P. Basterrechea, J. C. Spadafora y J. Stagnaro |
Juan Carlos comenzó contándonos como conoció en la India al famoso swami Sai Baba, luego de varias peripecias, dignas de las novelas de Dan Brown y como este, hizo materializarse de la nada en el dedo de Juan Carlos, un anillo con el signo del Om, que aún conserva.
La primera pregunta obligada fue naturalmente, cómo se interesó por el fenómeno Ovni. A los 18 años, almorzando con su familia, un caluroso mediodía de verano del año 1955, en el barrio Santa Rita (Villa del Parque), su padre llama a toda su familia para que salgan a la vereda para ver un objeto en forma de platillo, exactamente igual al que en la literatura ufológia se considera "Adamskiano"("tenía un color plateado...se veía perfecto...se bambaleaba un poquitito, hasta que en un momento determinado se fue a una velocidad increíble y desapareció... todo el barrio lo vio"). Desde ese momento empezó a investigar a fondo...
Luego de contarnos su paso por Capilla del Monte investigando la huella del cerro Pajarillo (1986) entrevistando a los testigos, se detuvo en su ultima experiencia, hacía nada más que un mes y medio, en la zona donde se encuentra la celebre - ufológicamente hablando- estancia La Aurora (Salto,Uruguay). Parando con un amigo en el hotel cercano Los Naranjos, al costado del río Daymán, una mañana bien temprano, Juan Carlos se despierta por los ladridos de un perro, se acerca al ventanal se su habitación y ve sobre el río un manto de niebla, de la cual se desprende otra masa de niebla en forma de nube que se desplaza hacia el medio del campo; de inmediato sale de ella un platillo invertido, pequeño (del tamaño aproximado de un plato para taza de café), plateado; se dirige hacia el perro que merodeaba por allí, el cual ladrándole furiosamente, trata de atraparlo. Del platillo sale un haz de luz que elevó al perro llevándoselo suspendido en el aire, Juan Carlos trata de avisarle a su compañero de habitación, pero en pocos segundos el objeto desaparece. Todo esto sucede a escasos quince metros del ventanal. Juan Carlos dice que podría haber abierto la ventana y pasar al balcón para acercarse más a su visión pero "en toda mi vida cuando investigué, dije que los que vienen de arriba son científicos, por ahí me llevan a mí y yo no quería que me lleven... siempre les dije a mis alumnos: nunca se pongan bajo la luz compacta y coherente..."
Juan Carlos Spadafora |
También Juan Carlos nos habló de una huella de un ser gigante que se encontró en ese bosque y que el molde de yeso lo conserva Fabio Zerpa; además, nos aseguró que (confirmando un antiguo rumor), enviados de la NASA y de Japón, estuvieron haciendo investigaciones en el lugar y que el conocido Ombú que apareció quemado, no fue por un rayo de tormenta sino por uno lanzado desde un Ovni.
Otra anécdota que nos asombró es la siguiente: en una oportunidad habiéndose desbordado el río Salado, Juan Carlos y un compañero investigador hicieron una vigilia cerca de una de sus orillas. Por la madrugada, mientras estaban escuchando música dentro de un coche, pasan por un costado dos "Kappas" (seres de los cañaverales en la mitología oriental), totalmente negros, con una vara en sus manos, similares a un "hombre rana", con una especie de pico y una estatura de alrededor de dos metros, caminando entre las malezas, hasta meterse en el río...
Un lugar donde Juan Carlos no podía dejar de ir a investigar es Victoria (Entre Ríos), zona con gran casuística Ovni, sobre todo en los años '90. Cierta noche -nuevamente con su compañero investigador Arturo- tomando mate en un paraje de Victoria, sienten un ruido a movimiento de maleza, Juan Carlos prende su linterna hacia ese sector y ve alrededor de quince "hombrecitos", con cuerpos finitos y cabezas y ojos muy grandes, de color amarillentos, que caminaron muy ligeros hacia un árbol cercano a una casa abandonada... a pedido de su amigo, se fueron del lugar.
Javier Stagnaro y Juan Carlos Spadafora |
Todo el que investiga tiene que tener fundamentos primordiales: la conciencia de saber que se está ante un fenómeno extraño que va mas allá de nuestro conocimiento científico y cotidiano; tenemos que enfrentarnos con algo extraño, y lo fundamental es tomarlo con calma, anotarlo, grabarlo, escuchar, escuchar mucho y llegar a las conclusiones que llegué yo: quedarme tranquilo, seguir investigando... Sigo investigando en silencio y se que son superiores a nosotros y no porque sean super inteligentes, sino porque están super adelantados, más allá de nuestra comprensión... manejan el factor tiempo de una forma brutal, extraordinaria y si no aparecen ante la gente es porque en realidad, (como me decía Pedro Romaniuk: 'a mi me toman por loco porque digo que hay miles de aparatos que andan por arriba de nosotros y no los vemos, pero están, con una vibración distinta a la nuestra'), nuestra inteligencia no está desarrollada para poder verlos... pero están. Si no estamos preparados, a lo mejor nos están haciendo un favor... Son viajeros del tiempo que vienen de otros lugares, con varias intenciones...
Entre anécdotas y recuerdos "ufológicos", compartidos con Javier Stagnaro (investigadores, congresos, casos investigados e intimidades del "ambiente") se completó una charla memorable.
J. C. Spadafora, J. Stagnaro y P. Basterrechea |
guauuuuuu mi profe...juan carlos, que gusto volver a verlo, que interesante charla...recuerdo cuando nos contaba en el auditorio.gracias profe por pasar por mi vida!!!!! ojala pudiera volver a verlo
ResponderEliminarHola Profesor, estudie con Usted allá por el año 1999, tengo muy buenos recuerdos, incluso me acompañó en mi única regresion, una hermosa experiencia.
ResponderEliminarProf Spadafora, a dónde se lo puede ver? Quisiera asistir a sus actividades si las está teniendo.
ResponderEliminarGracias.
El gran profesor Spadafora, en un encuentro con el investigador que más respeto, Javier Stagnaro y por importante buscador de la verdad, Pablo Basterrechea.....que encuentro de lujo. Como me hubiese gustado estar allí.
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