martes, 21 de diciembre de 2021

LEYENDA DEL ISLOTE DE BENIDORM

En el año 2002 visité  Benidorm (Alicante, España), donde pude observar su famoso y misterioso islote (una extención de 7 hectáreas y una altitud máxima de 73 metros). 

El autor en Benidorm

El autor en Benidorm



Por supuesto que me interesé en  sus variadas leyendas, y, la que más me gustó (¡como siempre!), fue la del gigante:
 La leyenda cuenta que hace mucho tiempo, el Puig Campana (una montaña de 1.406 metros situada al norte-noroeste de Benidorm y a poca distancia de este) estaba habitada por un gigante llamado Roldán que se enamoró de una joven del pueblo del Finestrat. 
 La joven cae enferma y un mago anuncia que morirá con el último rayo de sol. En su  desesperación, el gigante destroza un trozo de la montaña para que el sol ilumine durante un poco más de tiempo a su amada. Según la leyenda, este trozo de montaña es la actual isla de Benidorm.

Islote de Benidorm (foto del autor)

Fuente: www.lavanguardia.com

martes, 27 de abril de 2021

EL RAYO PARALIZADOR por JOHN KEEL

 Continuando con nuestra intensión de recuperar material de archivo, compartimos un artículo de uno de nuestros investigadores favoritos: John Keel.


Un informe que procede de Londres afirma que un oficial del Ejército norteamericano destacado en Fort Omaha ha elaborado un dispositivo eléctrico que podría detener cualquier motor aéreo y traer el avión a tierra. 
 El informe afirma que el motor, cuyos detalles están cuidadosamente conservados, proyectará al aire una columna de energía eléctrica de casi cualquier resistencia que se desee, sobre cualquier objeto dado, durante una distancia de muchos cientos de yardas, el choque del cual incapacitaría a algunas personas asignadas en la fuerza aérea y hasta detendría sus motores.
 La evidencia documental mencionada implica que los Estados Unidos han desarrollado un rayo (electromagnético) EM capaz de obstaculizar los motores a la manera que lo hacen los platos voladores. Hay sólo un pequeño defecto en este asombroso informe: fue publicado en Mecánica Popular (Popular Mechanics), en setiembre de 1909. 
 Evidentemente, el informe de Londres fue meramente un disparatado rumor puesto que no tenemos conocimiento de aquel "oficial" o de su invención. Las invenciones fantasmagóricas son una de las canciones de Forteana más antiguas y familiares.
  En su último libro Talentos Salvajes (Wild Talents) publicado en 1932, CHARLES FORT ofreció este detalle atormentador: 
 "The New York Times, octubre 25 de 1930: Aproximadamente 40 automóviles fueron obstaculizados durante una hora en el camino, en Sajonia, entre Risa y Wurzen". 
 Aproximadamente 40 choferes quedaron probablemente sin voz en esta eventualidad, y de ser que el gobierno alemán hubiera estado experimentando "rayos secretos", eso sin duda sería un  secreto ajeno al público. 
En el "Times" del 27 de octubre se citaba al matemático y ex premier de Francia, PAUL PAINLEVE: "Ningún experimento hasta ahora efectuado nos permitiría dar crédito a tal informe, ni nos da ninguna posibilidad de verlo efectuado en un futuro cercano".
 HITLER no llegó al poder hasta 1933 y es muy improbable que ninguno de estos experimentos se estaban produciendo en 1930. Alemania estaba en ruina política y económicamente en esa época, y no se llevó a cabo ningún tipo de experiencia de ninguna clase.
 Sin embargo, en la primavera de 1936 hubo una ola de automóviles misteriosamente atascados en los caminos en los alrededores de Ostia, Italia. Los hechos recibieron en su momento una extensa atención en todos los periódicos. 
 RACHEL MUSSOLINI, esposa del dictador italiano, era precisamente uno de los pasajeros en uno de los tantos coches detenidos. Los campesinos de la zona se quejaron a las autoridades de que sus ovejas se morían en grandes cantidades en sus campos al mismo tiempo. 
Después de la Segunda Guerra Mundial se reveló que MARCONI, la gran empresa italiana, había estado experimentando en Ostia en 1936 y había sido la responsable de estos curiosos efectos (Véase El Arma de la Era Espacial de la Marconi), UFO REPORT, setiembre de 1977). El murió en 1937, e indudablemente ni los italianos ni los alemanes pudieron jamás utilizar su descubrimiento. 
 Sin embago, existían rumores universales sobre misteriosos desperfectos automovilísticos durante todo el año de 1930, particularmente en Alemania, pero también en Gran Bretaña.
 Nuestra fuente para esta información no es otra que el ex Director de Inteligencia del Comando del Aire de la Real Fuerza Aérea, R. V. Jones. En una conferencia ante la Sociedad Astronómica de Newcastle en 1968, afirmaba:
 "Los años anteriores a 1939 estaban llenos de relatos sobre un rayo que detenía los motores. Tal como escuché el relato en 1937 o 1938, fue que una familia inglesa que viajaba de vacaciones por Alemania en auto, cuando de repente se detuvo el motor de su coche, en un camino del campo y por lo general era invariablemente en el camino y al borde del bosque. 
 "Un centinela alemán saldría de los árboles y les diría que se estaban realizando pruebas especiales y que no podrían continuar. Algún tiempo después regresaría y les diría que todo estaba bien para ellos, y que pusieran en marcha el motor nuevamente, de donde fácilmente volvieron a poner en marcha el auto y partieron".
  Rumores similares surgieron en Inglaterra. "Uno de los casos, se dice que ocurrió en la llanura de Salisbury", continuó Jones, "no era una familia corriente a la que, se le había detenido su coche, sino a una familia de Cuáqueros, y los Cuáqueros, agregó, eran muy conocidos por decir la verdad". 
 Su conclusión fue que los rumores surgían del ensayo inofensivo de una estación de televisión en Frankfuhrt, Alemania, a muchos cientos de kilómetros de Wurzen y Risa; una explicación muy dudosa. 
 Había muchos efectos fantásticos electromagnéticos en la llanura de Salisbury en la era después de 1947. Expertos en Inteligencia, como científicos abominan lo desconocido y lo inexplicable, y puesto que los alemanes indudablemente no poseían un dispositivo que descompusiera los encendidos de los autos, todas estas historias tenían que ser pura ficción. 
 Los misteriosos desperfectos eléctricos tomaron un nuevo rumbo en 1944 cuando se convirtieron en una treta corriente en la pasta de la ciencia ficción.
  Una revista llamada Amazing Stories comenzó a hacer correr fabulosos relatos espaciales, que incluían casi todas las características de informes de los modernos OVNIs, incluyendo raptos, amnesia, extraterrestres que descendían a la Tierra para investigar nuestras repentinas explosiones nucleares, y los misteriosos rayos que podían detener a los autos y obstaculizar los teléfonos. 
 Los lectores fluyeron a las oficinas de la revista con cartas reclamando la veracidad de los relatos y si ellos habían tenido experiencias personales con tales rayos. 
 El editor RAYMOND A. PALMER inició un serio estudio de estas cuestiones y llenó sus revistas de cartas y artículos incluso sin ningún tipo de ficción. 
 En setiembre de 1946, un ingeniero de nombre W. C. HEFFERLIN publicó un artículo en Amazing Stories afirmando que un "avión alado de forma circular" había sido ensayado exitosamente en San Francisco en 1927. 
 En junio de 1946, un ex piloto del Ejército describió su extraña experiencia en una caverna en la India cuando su compañero sufrió "un orificio del tamaño de una moneda de diez centavos en su bíceps derecho... se había secado del lado de adentro". (¿Un rayo láser?). Firmaba la carta A. C., pero un año después sería mejor conocido como FRED LEE CRISMAN. 
 RICHARD SHAVER era la figura principal del Amazing Stories en aquellos días, con sus relatos del DERO que vivía en la profundidad de las cavernas y controlaba el mundo con sus rayos. Un detalle del Misterio de SHAVER en el número de junio de 1946, contenía esta pizca de inteligencia: "El Sr. SHAVER escribió que una mujer de la caverna le había contado que se había celebrado una reunión DERO debajo de Londres y Berlín para determinar qué hacer con nosotros".
 "Nuestro editor (RAY PALMER) tenía que ser investigado. Un resultado de esta reunión fue un complot para raptar a nuestro editor y al señor SHAVER, junto con todas nuestras familias; y para ocultar el rapto, tendrían que sustituirnos a todos nosotros, dobles entrenados, y el mundo jamás sabría que nosotros habíamos sido raptados y sustituidos los DEROS en nuestro lugar".
 Esta fue la primera referencia moderna al "convulsivo" rumor, un rumor que todavía está circulando y despertando un nuevo revivamiento en 1981.
  Al comienzo de 1947, Amazing Stories adoptó un atrevido subtítulo, "Hoy Ficción Extravagante -Mañana Hecho Frío". Sin darse cuenta, RAY PALMER estaba convirtiéndose rápidamente en una de las más grandes autoridades del mundo en objetos voladores no identificados. 
 De las miles de cartas que recibía se estaba enterando de las inexplicables deficiencias de energía, extraños casos de lavado de cerebro y amnesia, de misteriosos objetos observados en el cielo y el mar (un lector, buceador, afirmaba que en 1935 había recuperado un extraño cilindro del Océano Pacífico que contenía una ventana y extraños instrumentos... expertos en metales no pudieron perforarlo con mechas, ácido o dinamita). 
 PALMER se había sumergido en estos fascinantes fenómenos durante tres años antes de que los OVNIs irrumpieran en los titulares en junio de 1947 y KENNETH ARNOLD acuñara la frase "plato volador". Usted puede Imaginarse la alegría de PALMER cuando los primeros informes sobre los OVNIs comenzaron a aparecer en la prensa nacional. 
 Para él, y para sus lectores, esto era prueba de que todas las extrañas cosas que él había estado publicando eran ciertas. El y sus autores fueron exonerados por los actuales acontecimientos. 
 También fueron justificados los innumerables informes anteriores a 1947 de extraños objetos observados en los cielos, y misteriosas manifestaciones en el terreno. Los desperfectos de los autos en los bosques de Alemania pueden haber sido un síntoma de algo mucho menos común que el ensayo electrónico. 
 Sabemos ahora, gracias al trabajo de investigadores como LUCIUS FARISH, que misteriosos objetos aéreos han estado atravesando el cielo durante cientos de años. En ese naufragio de uno de los "cohetes fantasmas" que explotaron sobre Suecia en 1946, los científicos encontraron un pequeño tubo peculiar que contenía un "tablero de control en miniatura" 
 Hoy podríamos reconocerlo como una "ficha", circuito miniaturizado semejante a lo que actualmente usamos en las computadoras y dispositivos electrónicos. 
 Pero las fichas y transistores no se conocían en 1946. Al comienzo de 1900, los dirigibles y los aviones sólo se veían apenas frente a nuestros diseños por todo el mundo desde Suecia a Nueva Zelandia. En 1940, estábamos a lo menos pensando en construir aviones circulares (pero el "panqueque volador" de la Marina y el disco volador Avroe resultaron ser tristes fracasos). 
Gentileza Ufo/Report (USA) 

Este artículo fue publicado en la revista Cuarta Dimensión (número extra, Mayo de 1982)


John Keel

miércoles, 7 de abril de 2021

CUEVA MENDOCINA CONECTARÍA CON MUNDO INTRATERRESTRE Por SEBASTIAN ARANGUREN

Un ufólógo argentino que durante décadas profundizó en estudios sobre la posibilidad de mundos subterráneos que cobijarían bajo la faz de la tierra a civilizaciones desconocidas, aseguró que esa tematica abordada por investigaciones que combinaron tanto aspectos reales como legendarios, tiene en una cueva situada en Malargüe, al sur de la provincia de Mendoza, una de las tantas puertas que permitiría develar los misterios residentes en las entrañas del planeta.

  El investigador Javier Stagnaro ha dedicado más de 30 años de su vida a estudiar la realidad de los mundos que habitan en las cavidades de la tierra y que podrían explicar fenómenos y situaciones que hoy carecen de una respuesta definida, a partir que quienes habitarían esas profundidades podrían ser civilizaciones con mas de 250 mil anos de antigüedad. 

 Estos aportes forman parte de un libro próximo a editar por Stagnaro, en el cual vuelca sus conocimientos sobre el tema y ahonda en aspectos de una investigación que llevó a cabo junto con un grupo de estudiosos encaminados a comprobar si la Cueva de las Brujas, situada a unos 70 kilómetros de la ciudad mendocina de Malargue, foma parte de un cavernamiento mayor relacionado con otras galerías subterráneas en las cuales se asentarían otras civilizaciones.

 Stagnaro, cuyo libro llevará por título Austerria: los túneles de Agharta en América*, señaló a EXPEDIENTES SECRETOS que compilar su obra le llevó 36 años de estudios y otros 10 para volcar esa investigación por escrito, en la cual plantea lo que a su modo de ver son los testimonios directos que hacen referencia a los mundos subterráneos. 

 El trabajo de este investigador también especializado en el vinculo establecido entre armas ultrasecretas y los OVNIS, incorpora aportes de su búsqueda personal sobre las evidencias del mundo subterráneo, a lo que le añade elementos de la literatura universal, la mitologia, las leyendas y el folklore. 

 Uno de los puntos que Stagnaro no desdeña es, como manifestó, "los relatos de viajeros del siglo pasado y de exploradores y espeleólogos contemporáneos que aportaron información sobre el tema" en cuanto a búsqueda de aspectos concretos. 

Algo de historia 

"El Mundo Subterráneo en su calidad de continente habitado bajo nuestros suelos se encuentra arraigado en los mitos y leyendas de todos los pueblos, países o naciones a lo largo de toda la historia de la Humanidad", puntualizó Stagnaro. 
 El especialista manifestó que la relación con aspectos concretos de la realidad espacio temporal que nos toca vivir, difiere de la perspectiva de sus exploradores. Así -aseveró- mientras que para algunos todas las cavidades de la tierra que estudia la espeleología son formaciones naturales, otros sostienen -remarcó- que algunas de ellas son obra de civilizaciones desconocidas".
 La segunda de las teorías es la que, como apunta Stagnaro, es con la que comulgan exploradores y espeleólogos corno Juan Moricz o Julio Goyén Aguado, para quienes algunos de esos cavernamientos como los existentes en la región de Morona-Santiago, en la Cordillera Oriental del Cóndor, en Ecuador. "han sido trabajadas por una civilización desconocida con una antiguedad de 250 mil años".
 Para Stagnaro, "la relación inmediata de estas aseveraciones la vamos a encontrar en la mitología sumeria, cuyos dioses que se remontan a 450 mil años, se contactaron con Moricz contándole sus mitos y cosmogonias y como vinieron a la Tierra y se instalaron en el mundo subterráneo donde construyeron sus refugios, más precisamente en la llamada Cueva de los Tayos, allí en Ecuador"

Ramal Malargüe 

 La especulación de Moricz y Goyén Aguado se centró así a que como ocurría en ese punto del continente, una red profunda de galerías se entrelaza por debajo de la Cordillera do los Andes, extendiendo por todo Sudamérica la posibilidad de un hábitat para civilizaciones que no tuvieran necesariamente que ver con la humana.
  En 1987, luego de haber ingresado al Centro Argentino de Espeleología (CAE), del que era presidente precisamente Goyén Aguado, Stagnaro participó de una expedición a la Cueva de las Brujas, en Bardas Blancas, Malargüe, donde realizaron un amplio relevamiento de la zona. 
 "De esa expedición participamos junio a Goyén Aguado unas treinta personas y estuvirnos diez días investigando las cuevas de la zona. En aquel entonces -rememoró-la Cueva de las Brujas sólo había sido topografiada por el CAE en un tramo de un kilómetro y medio y se pensaba que podía tener algo así corno diez kilómetros de extensión.
 En su interpretación, la Cueva de las Brujas es hasta el momento "el cavernamiento más importante del país" y del cual, especificó, "no se puede decir con certeza si está o no conectada con la red de galerías subterráneas señaladas por Moricz y que existirían bajo la Cordillera de los Andes".
  "Es cierto que no se ha podido tener mayores precisiones en torno a las conexiones posibles o no de la Cueva de las Brujas con ese encadenamiento referido por Moricz -subrayó Stagnaro- pero si bien las investigaciones del CAE no lograron desentrañar la cuestión, Goyén Aguado creía firmemente en esa posibilidad". La de una entrada al mundo subterráneo por Malargue.

 REYES Y TALLERES DE OVNIS EN LAS PROFUNDIDADES DELA TIERRA

"Las creencias religiosas en torno a un mundo subterráneo en la India, Tíbet, Nepal, China y Afganistán son tan reales como las de los occidentales sobre la existencia de Jesucristo. O sea indiscutible". Así lo detalló Javier Stagnaro a EXPEDIENTES SECRETOS y recordó que en el país quienes oportunamente abordaron esas teorías fueron Fabio Zerpa y Héctor Antonio Picco.
  Stagnaro también subrayó que para Juan Moricz la civilización subterránea que había descubierto contaba "con talleres en donde se construían naves o vehículos que corresponderían con lo que llamamos comúnmente OVNIS y que tal vez seria más apropiado designar como platos voladores". 
 En ese sentido, apuntó que una de las obras que dio a conocer la relación del mundo subterráneo con los Ovnis fue "La Tierra Hueca", de Raymond Bernard, y puntualizó: en "Bestias, hombres y dioses", Ferdinand Ossendowski hizo mención en 1924 al reino subterráneo de Agarthi, donde según ese habita el rey del Mundo. 

Un Indiana Jones detrás de misteriosa civilización

Sin duda, la historia del húngaro nacionalizado argentino Juan Moricz, amerite un abordaje particular si de la investigación de los mundos subterráneos se trata. De hecho y como lo reconoce el propio Javier Slagnaro, en el investigador de origen europeo residen aspectos que permiten asociarlo con Indiana Jones, el personaje cinematográfico creado por el director de cine estadounidense George Lucas. 
 Muy lejos de Hollywood, Moricz defendía la teoría que bajo la tierra existía una humanidad más evolucionada de la que habita en la superficie, sobre lodo en lo tecnológico, a la cual había tenido la posibilidad de contactar en las profundidades do la Arnazonia ecuatoriana, donde según sus testimonios, dio con una extraordinaria biblioteca capaz de revelar los secretos intraterrestres.
  Las investigaciones de Moricz lo habían  Ilevado a la selva ecuatoriana, más precisamente al nudo georgiano de toda esta cuestión: una entrada al mundo subterráneo que existiría en la llamada Cueva de los Tayos, caverna a la que visitó en más de una oportunidad en la segunda parte de la década del sesenta, en algunas de ellas acompañado por Goyén Aguado. 
 El supuesto hallazgo que había conmocionado a Moricz era, como quedó dicho, el de una biblioteca que atesoraba placas metálicas escritas con caracteres ideográficos, que daban una versión distinta de acontecimientos ocurridos en la humanidad según la interpretación y el relato procedente de esa civilización hoy por hoy desconocida. 

 Humanoides intraterrestres

  De acuerdo a lo que habla recabado, las redes que enlazan todo el mundo subterráneo que se expande bajo Sudamérica, eran parte de la obra de esos seres superiores dispuestos a prestar ayuda a la humanidad terrestre.
  El investigador consideraba que la Cueva de los Tayos era una de las entradas a ese mundo Intraterrestre en el que habitaban humanoides que habían llegado hacía milenios y que encanaban una especie del tipo humano, pero superior.
  Sin embargo, Moricz no fue parte de la mayor expedición realizada en 1976 a la Cueva de los Tayos -nombre que recibe de unos extraños pájaros que moran en su interior considerados como auténticos fósiles vivientes- aunque si Goyén Aguado, quien ofició como guía del investigador a cargo, el escocés Stanley Hall. 
 La expedición tuvo unos setenta integrantes, 30 de ellos militares británicos, otros 20 soldados ecuatorianos y decenas de biólogos, médicos y arqueólogos en los que sobresalía un integrante singular: el astronauta Neil Armstrong, quien ocho años antes había sido el primer hombre en pisar la Luna.   Quizás por respetar la ausencia Moricz que no se puso de acuerdo con Hall en torno al espíritu y liderazgo de la misión, Goyén Aguado no llevó a los expedicionarios hasta la biblioteca intraterrestre. No obstante, la búsqueda de los expedicionarios les permitió hallar en las profundidades un gran lago habitado por peces ciegos y arañas gigantes entre miles de serpientes, hubieran erizado la piel del propio Indiana Jones. 

*El libro se puede adquirir solicitándolo en el blog o Facebook de Pablo Basterrechea

Este artículo fue publicado en Diario Popular de Buenos Aires, el Domingo 27 de Febrero de 2011

Julio Goyén Aguado en la Caverna de Las Brujas (foto Gustavo Cavallo)






Julio Goyén Aguado junto a Javier Stagnaro (expedición al volcán LLullaillaco)


Javier Stagnaro explorando una cueva del sur argentino


Juan Moricz y Julio Goyén Aguado en la Amazonia ecuatoriana



jueves, 25 de febrero de 2021

EL CERRO DE "LAS LUCES DEL DIABLO" POR RUBÉN SPAGGIARI

 

 




Cuando alguien se dedica durante años a investigar en el campo de los ovnis, aprende a trabajar con rigor y método. Pero, aun así, es casi imposible que se acostumbre a no participar emotivamente de cada experiencia o a no evaluar subjetivamente el comportamiento y los relatos de los testigos.

  Muchos de los casos de aparición de ovnis no se encuadran dentro de las pautas y reglas exigidas por el pensamiento racional, y es necesario realizar cotidianamente el esfuerzo de enfrentar tales hechos con la objetividad requerida para realizar una investigación seria, en especial cuando un caso determinado carece de pruebas contundentes e irrefutables.

 Una de las experiencias que recuerdo con más interés y nostalgia -por las razones que surgirán de mi relato- es la que viví en Hualfin. Este es un pequeño caserío rural, perdido entre los cerros y las quebradas de la provincia de Catamarca, pleno de color y sumido en la mansa tranquilidad de su paisaje y sus ríos estivales, que se vuelven traicioneros cuando el deshielo despierta su furia que todo lo arrasa.  La riqueza de los minerales contenidos en las estribaciones serranas de la región cambia allí la fisonomía del paisaje; en sus desérticas mesetas se alza Farallón Negro, uno de los yacimientos auríferos más importantes de Argentina. Allí también hay puzolana, estaño y uranio, cuyos yacimientos son explotados exclusivamente por la Comisión Nacional de Energía Atómica.

  La zona también es rica en historia y constituye un centro arqueológico conocido, aunque no explorado exhaustivamente. Se dice que en esos parajes el capitán Saldivar enterró parte del tesoro del virrey Sobremonte, después de la muerte de éste, por no poder llevar las pesadas bolsas consigo a Chile. También pasó por la región el general Lavalle, al encuentro de su trágico destino, que aún lo sobrevive. Allí intentó apropiarse de los caballos que sus hombres necesitaban, pero fue cercado junto con ellos por la peonada armada de la propietaria de esas tierras -bisabuela de mi anfitrión e interlocutor en Hualfín-. De ella recibió Lavalle una bofetada, tras lo cual le fueron proporcionados los caballos requeridos.

 Tal es el lugar, tal su historia lejana. Allí se encuentran las tierras del tronco familiar Leguizamón-Saravia, y en ellas se yergue el cerro Azampay, que en la lengua de los antiguos pobladores de la región (los diaguito-cal-chaquíes) significa "lugar donde baja el diablo" o “luces del diablo", y tiene desde siempre una historia particular y extraña.

 Llegué a Hualfín en noviembre de 1981, para realizar un relevamiento arqueológico, en compañía del ingeniero Slavo Poze Brazda, que se proponía efectuar un estudio de factibilidad minera para un proyecto que estaba a punto de concretarse. Allí nos recibió Don Aníbal Leguizamón, comandante retirado de Gendarmería Nacional e ingeniero, cordial anfitrión y amigo que, a partir de ese instante, se convertiría en nuestro guía.  Don Aníbal, como lo llamaba todo el mundo, aparentaba algo menos de 70 años. Al tiempo me enteré que, cansado de residir en Buenos Aires, había decidido trasladarse a la tierra de sus antepasados. No lo había hecho para concretar un sueño sino porque —gravemente enfermo de cáncer— había apostado a la vida; al radicarse en Hualfin se había tratado con “sales de kollpa" (sedimentos de las aguas de vertiente), curándose. Vivía una vida intensa con su segunda esposa y sus hijos casi adolescentes, en una humilde casita sobre la Ruta 40. Allí lo recuerdo, en las largas tertulias de sobremesa, junto a los chicos y su esposa, a la luz de un farol “sol de noche", dialogando sobre historia y política, temas que le apasionaban y que había vivido plenamente. Esas jornadas compartidas sellaron una linda amistad, que se manifestó en sus confidencias y relatos sobre hechos y cosas de su Hualfín. Hace muy poco me enteré de su no muy lejano fallecimiento, lo cual me motivó doblemente a contar por escrito algunas de las experiencias que viví con él, allí, en Hualfín.



 Una noche, antes de cenar, el ingeniero Slavo y yo vimos varias luces centelleantes que se desplazaban horizontalmente sobre el fondo del cielo recién oscurecido y parecían salir desde atrás de la oscura mole del cerro Azampay, lejano y de difícil acceso. Le comenté a Don Aníbal lo que había visto y le manifesté mi interés por este tipo de fenómenos. Eso bastó para que, luego de cenar y mientras su esposa levantaba los cubiertos de la mesa para luego reunirse con nosotros, Don Aníbal me contara lo siguiente (tal como quedó registrado en la grabación que conservo):

-Ocurrió el 27 de diciembre de 1980, a las 2 y 30 de la madrugada. Me había levantado para ir al baño -en las zonas rurales el baño se levanta cerca de la vivienda y no dentro de ella, por lo cual para utilizarlo se debe salir de la casa-. Como estaba construyéndolo, todavía no tenía techo, así que podía ver el cielo. Estaba allí cuando todo comenzó a iluminarse con una luz casi blanca y muy intensa, incluyendo el cielo. Fue tal mi asombro que salí fuera del baño y, al mirar hacia arriba, pude ver que la luz no provenía del cielo sino de un objeto en forma de disco que, muy lentamente, se desplazaba en dirección al Norte. Acostumbrado a realizar triangulaciones, pude determinar que el objeto tenía unos 400 metros de diámetro. Rápidamente, y dentro de la excitación del momento, llamé a mi esposa y a los chicos para que fueran testigos de ello, y así, juntos, pudimos observar cómo el objeto se alejaba y paulatinamente decaía la luminosidad.  

Se dio un respiro y prosiguió:

—La observación total habrá durado unos 15 a 20 minutos, en total silencio y sin ningún otro tipo de manifestación que no fuera la luz que despedía el objeto. No puedo precisar si era metálico, ya que por lo intenso de la luz no podíamos ver más nada, pero si que la forma que tenía era la de un gran plato, aunque nunca lo habíamos visto de ese tamaño, ya que luces y discos luminosos que salían de la compuerta del cerro hemos visto siempre, pero como este ¡nunca!...

A esta altura del relato, acostumbrado como estoy a recibir información de testigos sobre distintas experiencias y observaciones, no me llamó la atención la versión de Don Aníbal, pero si las dimensiones del objeto y la mención de la "compuerta" del cerro, de la que por ese entonces yo aun no había oído hablar, versión que fue corroborada tanto por su esposa como por sus hijos.

 A partir de ese momento, decidí grabar sistemáticamente cuanto se dijera al respecto y le pedí autoriza-ción a Don Aníbal para hacerlo. Todo lo que transcribo está tornado del registro completo, que abarca varias horas de conversación.

-¿Siempre salen luces del cerro?¿Cómo salen?

 -Algunas veces vemos "abrirse una luz", de la que salen.

 -Explíqueme eso de "abrirse una luz"...

 -...en la pared del cerro, corno si se abriera una puerta de un lugar con mucha luz.

 -Cuénteme qué pasa después.

 -Vemos salir las luces en distintas direcciones.

 -¿Las vieron regresar e ingresar y “abrirse la luz”?

 -No. Cuando regresan se meten dentro sin que se "abra la luz".

 -¿Desde cuándo se observa esto?

 -Desde siempre; es común que los pobladores relaten cosas similares a las que yo les estoy contando.

 -¿Usted nunca intentó investigar qué pasaba en el cerro?

 -No. Yo peleo contra lo que conozco, no con aquello que no conozco.  Eso lo dejo para ustedes... -risas de los chicos y de su esposa-.

 -¿Nadie intentó nunca ver qué pasaba allí?

 --Si. En La Ciénaga vive un paisano que subió con su burro y, cuando bajó, no sabía más nada; no era el mismo, no se acordaba de nada.

 -¿Lo puedo conocer?

Hubo un silencio y Don Aníbal dirigió miradas de consulta a su esposa:

-Sí. Mi primo puede llevarlo y ver si se puede convencer a su hijo para que lo deje ver, ya que desde entonces no habla con nadie y está al cuidado de su hijo. Además, si ustedes quieren subir yo les doy apoyo logístico desde la base del cerro...



 La noche llegó a su fin. Los hijos de Don Aníbal, contentos de haber participado de la conversación con los mayores -en especial los que habían llegado de Buenos Aires-, se fueron a dormir. El ingeniero Slavo y yo nos retiramos a la carpa que habíamos armado a pocos metros de la casa. Durante horas conversé con él sobre esta curiosa visión, en especial la que nos había contado Don Aníbal, testigo de gran confiabilidad. Nos propusimos tratar de averiguar más pormenores. A los pocos días logramos que nos vinieran a buscar para llevarnos a conocer a Don Pedro, el paisano que habla subido -presuntamente-al cerro Azampay. Quien nos acompañaría era el primo de Don Aníbal, también apellidado Leguizamón; con él debí partir solo, porque a último momento el ingeniero Slavo tuvo que permanecer en Hualfin por requerírselo su trabajo. Me dirigí, pues, al encuentro de una nueva experiencia.

  Luego de casi dos horas de marcha por caminos consolidados, entre cerros y quebradas, como es habitual en la Provincia de Catamarca, llegamos a La Ciénaga y nos dirigimos a la casa de Don Pedro Soto. Allí nos atendió su hijo, quien nos saludó y acto seguido se apartó con mi acompañante para conversar con él. Estaban suficientemente cerca como para que yo escuchara cuanto dijeron. Leguizamón le explicó al dueño de casa que yo era amigo de Don Aníbal, y que éste me había relatado los sucesos vividos por su padre, causantes del estado en que él se encontraba. La sola mención de que yo venía de parte de Don Aníbal sirvió para vencer los recelos y las reticencias que son habituales en todos los paisanos, temerosos de proporcionar información y de brindarse a personas extrañas a su mundo. Como por acto de magia, el dueño de casa me franqueó la entrada a su entorno familiar.

 Pasamos a un patio trasero de la casa, Allí, sentado en un banco y con la espalda apoyada contra la pared, se hallaba un hombre de pelo entrecano, de unos sesenta años de edad, que en ningún momento dejó de ignorarnos y de comportarse como un verdadero "convidado de piedra" . Leguizamón me indicó con una seña casi imperceptible, que lo observara. El dueño de casa ofreció el consabido mate, y comenzó el diálogo:

-Mi padre está así desde que le ocurrió aquello. Ahora está mejor; antes se despertaba con sueños y pesadillas, sudaba mucho, luego se dormía y... vuelta a empezar...

-¿Qué sabe usted de lo que le pasó a su padre?

 -No se... hace tanto tiempo que pasó que no tengo claras las ideas; muchas cosas se me fueron ya.

 -No importa. Cuénteme lo que recuerde.

 -Lo que recuerdo es que, por aquel entonces, se le ocurrió ver más de cerca lo que veíamos todos los de por aquí, y se fue con su burro. Yo por esa época no estaba en las casas... por trabajo, ¿sabe? Así que me avisaron cuando bajó. Estaba enfermo y así lo encontré en lo de un vecino que lo había cuidado.

 -¿Quién le avisó o como se enteró?

 -Bueno, me avisó otro vecino que lo encontraron caminando, como perdido, por Hualfín, cerca del río. Cuando le preguntaban qué le pasaba no contestaba; y no hablaba nada. Esto es todo lo que yo se... Cuando despertaba, a los gritos decía: "¡Me quieren llevar!”; y luego se callaba y se dormía.

 -La policía ¿está enterada? ¿Qué fue lo que dijo?

 -SI. Como la mula no apareció, ellos piensen que mí padre se cayó de la mula y se golpeó la cabeza. Pero yo se que no es así, porque él era muy baqueano para las mulas y las conocía bien. Además, la mula no regresó. Ellos dicen que alguien se la quedó cuando la vio por allí.

 - ¿Qué dice la policía de las luces?

 -Que yo sepa, nada; pero que las ven, ¡seguro!... y mejor que nadie, porque ellos por las noches están despiertos y caminando o andando por la zona. Nosotros dormimos y cuando las vemos entrar y salir por del portón es porque venimos de alguna fiesta o algo.

 -¿Qué portón?

 -El que se abre al costado del cerro…

Durante esta charla, que duró escasos diez minutos, percibí que nuestra presencia -o, quizá, mis preguntas- incomodaban al dueño de casa, por lo cual transcurrido ese lapso le sugerí a mi acompañante que nos retiráramos. 

El primo de Don Aníbal Leguizamón frente al grabador, respondiendo a un cuestionario formulado por el autor de esta nota


 Regresé a la casa de Don Aníbal con la idea de visitar algún día el misterioso cerro Azampay, para verificar sobre el terreno, con los recaudos y los instrumentos adecuados, qué realidad había detrás de los dichos que habla oído y de las visiones que había observado en la región de Huálfín. Pero cumplir con mis deseos hubiera requerido los preparativos de una verdadera expedición, lo cual en ese momento no era posible. A los pocos días debí regresar a Buenos Aires con el ingeniero Slavo, y allí otros intereses, otras investigaciones y otras ocupaciones me obligaron a archivar mi inquietud por conocer y estudiar de cerca el misterioso cerro Azampay, el de las "luces del diablo". Espero poder hacerlo algún día.

El autor en Hualfín, durante la estadía que relata en esta nota


Este artículo fue publicado en la revista MAS ALLA DE LA CIENCIA,  AÑO 1 NUMERO 3, 1991

El agradecimiento de siempre a Javier Stagnaro por facilitarnos este material