jueves, 19 de noviembre de 2015

ALEX CHIONETTI, DE LA OSCURIDAD DEL ESPACIO A LA OSCURIDAD DE NUESTRA TIERRA

Alex Chionetti
Aprovechando el paso de Alex Chionetti por Buenos Aires, realizamos una entrevista con el ya legendario explorador, investigador y documentalista. Un verdadero honor para nuestro blog

¿Cómo llegaste a escribir ese fabuloso libro Mundos Paralelos, que muchos decían, parecía haber sido hecho por un niño prodigio, por la edad que tenías?
 Sí, a los 16/17 años. Un poco el libro salió, digamos por una furia existencial de ese momento, estaba en los últimos años de un colegio salesiano y lo que los curas me enseñaban no me cuajaba, tenía un montón de incógnitas sobre el origen del hombre, sobre la evolución. Empezaba a estudiar ciencias naturales, me la pasaba en el museo Bernardino Rivadavia. Me interesaba el pasado, pero también el futuro y en ese momento la idea era escribir ciencia ficción. El realismo fantástico cayó en mis manos y todo fue surgiendo. Llegó una invitación cósmica que fue el concurso monográfico de la revista Cuarta Dimensión, que me dio una gran apertura.
 Tuve un tío abuelo que fue un jesuita bastante famoso y controversial, el padre Hernán Benítez, confesor de Evita Perón;  y en esa época lo visitaba mucho. Me puso en "contacto" con  Teilhard de Cardin, que era un evolucionista jesuita, paleontólogo; y me prestó un libro que se llamaba El medio Divino, donde trataba de interpretar la evolución a un nivel crístico, toda la evolución, el punto alfa y omega convergían en la internación de Cristo sobre la Tierra... y como yo estaba en la iglesia saleciana, en el secundario tenía un montón de dudas y me escapaba de las clases a la biblioteca de los salecianos a leer libros de exploración, sobre todo de Sudamérica y así se fue tejiendo Mundos Paralelos. Era un poco la teoría de las dimensiones, los mundos paralelos que ya me interesaban por la ciencia ficción... todo converge y converge por supuesto el libro de Pauwels y Bergier El Retorno de los Brujos.
 -Fue un paradigma
 Sí, exacto. En esos momentos fue un libro cismático, el movimiento de la revista Planeta también. Mi tío me regaló toda la colección.
 -¿Y la ovnilogía viene de la mano de todo eso?
 La ovnilogía empieza con un cuento que yo escribo sobre una invasión extraterrestre, en el barrio de Almagro, esos momentos no había leído El Eternauta y era sobre un Ovni que estaba suspendido sobre la basílica María Auxiliadora, esperando la señal para invadir, envuelto todo el barrio en una niebla... Ese cuento me llevó a la ufología y conocí la revista 2001, después la Cuarta Dimensión... le tenía miedo al tema de los marcianos...
- ¿Cuánto tiempo te llevó escribir Mundos Paralelos?
 Me llevó como tres años, en el año `77 gané el concurso y fue publicado en Mayo del '79 en Cielosur, que era la editorial de Fabio Zerpa. Ya había conocido a Fabio y a un grupo, La Comisión de Investigaciones Ufológicas que editaba el boletìn Ufo Press, de Guillermo Roncoroni...
-¿Cuál fue tu primera investigación de campo?
Fue en el '77 o '78. A mi tía abuela, que era la hermana del padre Benitez, la iba a visitar a Tulumba, en el norte de Córdoba, donde está el Cerro Colorado, por eso el capítulo de mi libro que gana es el tema de los Comechingones; yo hago la interpretación sin saber nada de la historia de los Comechingones que vendrá después, el Bastón de Mando, Terrera... solo de las pictografías que tanto me fascinaron. Allí estudié un "aterrizaje", mi primer caso. Una quema de pasto con forma de herradura y recuerdo que fue la primera muestra que tomé, que lamentablemente desapareció, y fue el primer artículo que escribí para la Ufo Press.
-También eras un apasionado de las culturas andinas
 Otro gran ufólogo, el querido Eduardo Azcuy, me incentivó a abrir los ojos hacia latinoámerica. Conozco a un chico de Lomas de Zamora, Eduardo Gonzalez Gauna, que en cierta forma me conecta con Marcahuasi, Daniel Ruzo y también con Tayos, porque Gauna conocía a Goyén Aguado. Es una convergencia de varios factores...  y después voy a Perú, Bolivia y Chile en el año 1981. Visito Marcahuasi, pero igualmente ya antes estaba en contacto con Daniel Ruzo a nivel epistolar. Y a raíz de mi libro Goyén Aguado le dice a Eduardo Gonzalez, "quiero conocer a quien se ha atrevido a escribir sobre nuestros temas". Cuando llegué -me acuerdo Julio tenía mi libro- "y esto de dónde lo sacó", dijo... yo había transcrito, adaptado en uno de los capítulos, que hablo de Lemuria y el mundo subterráneo, una entrevista a Julio de la revista 2001 y él me preguntaba "¿cómo usted sabe que esto es cierto?", o sea él mismo dudaba de lo que había dicho años antes (risas)
- ¿Y ahí empezaste una relación con Goyén Aguado?
 Sí, una relación que me lleva a la Caverna de las Brujas con parte de su grupo y con gente nueva que se habían acercado y estaban interesados en la espeleología. Yo no sabía que era una escuela mística (risas)..
-¿Y qué buscaban en La Caverna de las Brujas en particular?
Yo buscaba una experiencia de estados alterados de conciencia y conectar con los seres que Goyén consideraba de alta espiritualidad, que estaban dentro de los Andes, creía que era una de las "entradas" y que conectaba con la Hermandad Blanca. Las Brujas era "Los Tayos" de la Argentina.
-¿Tu relación con él se prolongó a través de los años?
Sí, hasta casi el día de su muerte, siempre mantuvimos una amistad. La última vez que lo vi fue en el '97 , lo entrevisté en video porque justamente estaba armando un documental para hacerlo con Discovery y Julio me pidió humildemente si me podía acompañar y yo le dije "sí por supuesto, me tenés que acompañar, vos sabes realmente donde está la 'pomada' ¿no?."
 -¿Y en esa época, vos sabías que Julio había llegado junto con Moricz a ver ciertos "tesoros" de Tayos?
Sí, estaban esas versiones, esos recortes de prensa y estaba la versión de la revista 2001. Después del '76, él se cerró, luego de regresar de Ecuador...
-¿Un especie de pacto de silencio con Moricz?
 Claro, digamos un rompimiento con todo lo anterior y mantener esa palabra, pero cada tanto hablaba, salía el tema, dependía de su disponibilidad y la persona que tuviera en frente.
-Tengo entendido que El Centro Argentino de Espeleología (CAE) era un núcleo de gente muy "particular". Por ejemplo Ernesto Cabrejo, ¿lo conociste?
 Claro, por supuesto, que bueno que me lo recordás. Fue muy importante, lo conocí a través de Julio y lo frecuenté bastante. Lamentablemente nunca lo grabé. Daba unas conferencias estupendas. Sabía de los Andes, el padre había entrado en una ciudad subterránea y él también había tenido esa experiencia, estaba conectado con el tema de la abadía de los Siete Rayos, tenía una versión latino americanista, andina.. También recuerdo la descripción que hizo del padre y que él entró en esa cámara que tenía una mesa con sillas, algo parecido a lo que Moricz también contaba.
-¿Cuándo viajaste a Tayos por primera vez?
A Tayos intenté hacer las expediciones ya desde el año '81/82 . Recuerdo que nos entrenamos, íbamos a ir en esa época con Gustavo Fernández, salió en los medios pero nunca conseguimos la financiación y al final quedó ahí. Traté de ir en el '81, para conocer a Moricz y al padre Crespi, pero como había guerra con el Perú, me recomendaron no ir, y yo no me atreví, volví a la Argentina. En esa época estaba interesado en escribir un libro completo sobre los Comechingones y la interpretación de sus  pinturas, viajé a Córdoba pero todo también quedó ahí. Cuando emigré para Estados Unidos, me fui con la idea de recaudar fondos para una expedición. Fui a ver al cónsul y me recomendó ver a un ecuatoriano, el dueño de un periódico, que no aceptó financiar la expedición, pero me dio trabajo como editor en su periódico ecuatoriano (risas). Pasaron los años y siempre que intentaba hacer una expedición fallaba algo o había trifulca en la zona. Cada viaje que hacía a Buenos Aires, la pasaba con Julio y el último gran intento fue hacerlo en el '99, pero Julio muere y ahí me queda trunca otra vez.
-¿Tenías pistas, coordenadas donde ir?
 Iba a ir a la zona del Coangos y un año después descubro por mi cuenta la relación mormona en un viaje que hago a Salt Lake City porque Julio en mi entrevista no me lo decía. La clave había sido la expedición del '68. Yo de casualidad fui a la biblioteca, a los archivos de la iglesia y ahí encuentro material y me dicen que hay un Elder que estuvo a cargo de Latinoamérica, que sabe de esto, y lo fui a ver y era Jesperson. Me dio todo el material. Buscamos la película de la expedición, pero se la había quedado Julio (risas). Jesperson me dio los diarios y las fotos de la expedición.
- ¿Seguramente los mormones no se deben haber quedado con una muy buena impresión de Moricz?
 Jesperson lo estimaba a Julio, pero a Moricz lo consideraban un "chanta" total, un estafador. Tanto Wells como Jesperson decían que Moricz no sabía, que era la primera vez que iba... no sabía dónde estaba parado y parecía explorar el lugar.
-Esa sería la versión de los mormones, pero obviamente la de Julio y Moricz fue totalmente diferente.
Sí, pero los mormones no tenían el ímpetu o la misión de robar, pienso eran tipos íntegros. Wells consideraba que quedaron decepcionados y que realmente no existía lo que decía Moricz, que era una forma de sacarles plata, esa fue su impresión.
-¿Volviendo a tus expediciones a Tayos ¿después conociste a Stanley Hall?
A Hall lo conozco antes de ir a a los Tayos, justamente en esos momentos estaba trabajando en un documental sobre Marcahuasi. Lo entrevisto para la revista Más Allá. Estuve un tiempo en Italia y ya me queda el prurito, digo,  ahora voy a hacer el asalto final, lo voy a hacer por mi cuenta. Lo había discutido con Ecuavisa, tenía amigos que eran los dueños principales de la cadena de televisión, y me fui para Ecuador, sin nada concreto,¡ahora o nunca!, porque el llamado de Tayos ha sido tan fuerte, porque nunca me dejó, ¿por qué?... no lo se, es el gran misterio de mi vida.
 - Encaraste la expedición por la zona del río Pastaza
La primera expedición, lamentablemente la hago con el grupo táctico de la Fuerza Aérea ecuatoriana, que no iba a ir por el río Pastaza, sino directamente por el Namangoza y por los puentes. Encontramos hostilidad y como lo describí en el artículo de Más Allá: "Yo sobreviví a la maldición de los Tayos", la primer expedición es un desastre porque me abandonan... mandan a un "milico" que nunca había ido a la selva como castigo para sacárselo de encima, es cobarde y se asusta de las mujeres Shuars y eso me arruina toda la expedición.
 Estaba en mis objetivos ir a la cueva de Stanley Hall, al Pastaza, pero no sabía que íbamos a terminar ahí. Al no poder ir a la cueva del Coangos, para no despilfarrar ya la inversión, aparecemos en el Pastaza; yo no sabía que mi director de fotografía había abandonado a Stanley Hall unos años antes y lo había dejado a ahí, al pobre, enfrente de su "propia cueva" cuando estaba buscando el"Grailscope" (el telescopio del Grial). En esa expedición encuentro (en las cuevas) esos rectángulos dorados sobre el techo, los cuales grabé. Hay que explorar debajo del río y hacer expediciones para ir del otro lado, que coincide con lo de Jaramillo (Petronio)
-¿Cuál es tu opinión sobre Jaramillo?
Es un tema que lamentablemente es bien importante, si realmente Moricz escucha la historia de Jaramillo en casa de Moebius, el alemán que estaba en contacto con Andrés Fernández Salvador, el gran explorador de los Llanganates. Son los temas de discusión. Yo no me pronuncio por ninguno, pese que me queda intacta la duda si realmente Moricz tiene su propia fuente o se inspira en Jaramillo, aunque Jaramillo era un mitómano que alimentó su narrativa.
-Pero logró convencer a Hall
 Sí, es que Hall al perder la amistad con Moricz, se tiene que agarrar de algo y como buen gringo, "old gringo", se agarra de la última fuente, que no es realmente la fuente, yo dudo que sea Jaramillo, porque ya cuando Jaramillo da su versión a Pino Turolla, ya Moricz estaba explorando la zona de Tayos. Hay un desfasaje. Andres Salvador está totalmente convencido que Moricz escucha la versión de Jaramillo y se apropia de la historia y la adapta, ya que estaba buscando el tesoro de Atahualpa y otras riquezas.
Alex Chionetti en Buenos Aires
Volviendo a mi expedición, hago una segunda al Pastaza, hasta llegar a las profundidades y ahí de me acaba el término del documental con Ecuavisa y me quedo solo, me faltaba el Coangos porque me abandona el director de fotografía, como había hecho con Hall, y tengo que empezar de nuevo, digo "¿cómo lo hago?"  no tenía el Grupo Táctico para llegar, y de casualidad conozco al Grupo de Intervención y Rescate (GIR) y les propongo que me entrenen para llegar solo, yo no me quería ir de Ecuador sin llegar al Coangos, era mi momento de gloria personal y después la expedición se convierte en una pesadilla pero nunca me rindo, si el GIR me abandona continuo solo. Ya había vientos de hostilidad, y justamente cometí el error de, a través de Peña Matheus, quien me "puso" a Nivello, a este señor que yo no sabía que era odiado por los Shuars, porque llevaba gente europea y ellos consideraban que explotaba y desacralizaba las cuevas. Quedó ese estigma. Casi nos matan, tenemos que hacer la escapada final, no estaban emboscando y finalmente nadie salió lastimado pero pudimos haber muertos porque nos venían a linchar.
-Sobreviviste a la "maldición"
Sí, no se si es una maldición o una bendición, si bien mis anteriores colegas Julio, Stanley Hall, Moricz, Jaramillo, todos terminaron mal.
-¿Andreas Faber Kaiser?
 Él es algo menor en esta historia. Pensaba que Moricz no había muerto y que había que abrir su tumba.
-No era el único que pensaba así, hay algunas historias dando vueltas de gente que ha visto a un Moricz anciano en Ecuador y aquí en Argentina.
¿Con Hitler? (risas)
-¿Conociste a Zoltan Czellar, el secretario de Moricz?
No, conocí a su hijo. Él tiene los huesos de "la giganta", en Los Ángeles y no me los quiso dar para análisis. Uno de los huesos, un fémur se supone que está en la casa de la viuda de Goyén Aguado. Me lo mostraron, pero me pareció más un hueso de mastodonte que de ser humano.
-Algo que no se puede disociar del tema Tayos, es la colección del padre Crespi. Quiero saber tu opinión
 Yo no lo pude estudiar bien porque los salecianos de allí, típico, mentes cerradas, y bastante antipáticos, no me dieron acceso. Eso se tiene que rescatar, ahí se está pudriendo. Hay que hacer algo.  Yo pensaba ir a Torino para hablar con el director de los salecianos para hacer algo. Sacar eso de ahí, clasificarlo aunque sean latones. Tengo la mente abierta, puede haber algo de Tayos. Los salecianos habían bajado a las cuevas. En las entrevista que hice, aparece un cura italiano que dice que habían bajado y encontrado en la zona, esas placas... por eso era importante hablar con Crespi. Hall como gringo, tampoco lo supo encarar bien, yo creo que Crespi iba a hablar si uno no solo lo visitaba una tarde y desaparecía, sino estar con él y convivir, no ir solo a sacarle información.
- Tayos: ¿A través de los años, llegaste a una conclusión o esa conclusión sigue abierta?
 Es un tema difícil. Tanto en mi documental como en mi libro (aún no editado) no llego a una conclusión.
-¿Dudaste en algún momento?
 Empecé a dudar justamente cuando estaba en Ecuador, cuando volví a mi oficina en Ecuavisa, sentía que había algo luciférico con Moricz, algo no diabólico pero nefasto porque era una gran decepcion y me acuerdo que estaba revisando la correspondencia con Hall en esos momentos, en las que yo le recrimino varias cosas y también sobre "su cueva" y el gran estado de frustración de sentir por momentos de que no había nada y de que todo era un bluff, una estafa. Pero sigo considerando que Julio y Moricz tuvieron una experiencia en el año' 68, si fue física o no física, todavía no se. Vuelvo a mis Mundos Paralelos, si tal vez fue una experiencia dimensional, si esas bibliotecas están en otros planos de existencia que es un poco lo que Hector Burgos Stone también experimentó en el lugar, pero en una forma astral, viajando con su mente. Siempre digo: por mi amistad, respeto y por mi consideración de que Julio nunca ganó nada con esto, por qué iba a inventar esta historia. Hay cosas laterales que los periodistas deformaron.
-Como Von Daniken en su momento
 Claro, Von Daniken crea todo una debacle, una hecatombe, desinformación y exageración. El mismo Von Daniken en el año ' 93, me dice cuando lo entrevisto: "yo inventé la historia, tuve que embellecerla". Yo fui productor de Alienigenas Ancestrales y Giorgio (Tsoukalos) -que es el principal- y Von Daniken, no querían tocar el tema, por eso se fueron para el lado de S. Hall, entonces me peleé con la productora y dejé de trabajar porque me cambiaron todo, la historia era Moricz y Julio.
- Siempre me pregunté ¿por qué con el paso de los años, Moricz no volvió a llevar a Julio a Tayos, teniendo en cuenta que lo consideraba su discípulo, para completar la enseñanza de los tesoros que allí se encontraban?
 Es lo que yo también les recrimino a los Peña Matheus, por qué ellos no pidieron una prueba material. Estudiando sobre los mormones, veo que es muy parecida la situación de la evidencia de Joseph Smith y el libro mormón, de la evidencia que Moricz nunca da y como lo elude, pese a que hay testigos materiales. Es casi un calco, se vuelve a repetir la historia, aunque Moricz y Julio no crean una religión. Ese es un gran misterio y la clave era  Moricz. Y los Peña Matheus no le exigen pruebas, viven con él, lo financian, estaban como hipnotizados, no se animan a preguntar. y eso está en mis entrevistas.
-Si esto fuera un fraude, Moricz, la historia, la defendió hasta el último día de su vida, desde los años '60 a los '90 a capa y espada. ¿Puede una persona defender un fraude tantos años prácticamente sin ganar nada a cambio?
Y registrar todo ante notario público, tendría que estar muy chalado para llegar a ese "caradurísmo". Yo he hecho en los últimos años varios experimentos con psíquicos, médiums y remote view (visión remota) con respecto a los Tayos y sus personajes. La mayoría coincidió en que la historia no existía, que era una estafa, con el objetivo de ganar dinero. Eso fue independientemente, sin decirles ni describirles nada. Sigo trabajando en eso, con otro "visionador remoto", discípulo de Ingo Swann, veremos que pasa. Para mi próxima expedición quiero tener una pista. La idea es ir por el río Yaupi. Julio dice en mi entrevista (en el año '97): "hay librerías en muchas cuevas de los Tayos". En esa misma entrevista defiende a Moricz, no lo contradice, lo verifica; eso me da una constancia que algo hay. Habla de los guías, de los guardianes y eso queda inconcluso, si son guardianes físicos o invisibles...
-Para finalizar, ¿cuál es tu teoría sobre el mundo subterráneo?
 La que siempre es sostenido: la teoría de la Atlántida y Lemuria, los sobrevivientes se refugiaron en las alturas y en los niveles subterráneos, y que pudieron quedar resabios de esas culturas. Como los túneles de los Tayos, que considero no son naturales.
-¿La clave está en los Andes?
La clave está en los Andes. Hay que seguir experimentando como Julio, que no se cansó de buscar, su vida y su muerte son parte del misterio interno de los Andes, del mundo interior, de nuestro espíritu, de nuestro ser.

Alex Chionetti y Pablo Basterrechea

lunes, 9 de noviembre de 2015

RECORDANDO A JULIO GOYEN AGUADO

Un 7 de Noviembre de 1999 moría en un accidente automovilístico el gran espeleólogo, explorador, historiador y criptozoólogo Julio Goyén Aguado. Queremos junto a su amigo y colega Javier Stagnaro (quien nos acercó este material de archivo) recordarlo, publicando uno de los primeros reportajes sobre Julio y la naciente disciplina de la espeleología en Argentina, en el diario Clarín del miércoles 16 de Junio de 1971. Se notará como Goyén Aguado se refería con gran entusiasmo, en esos tempranos años, a las teorías y descubrimientos de Juan Moricz a quien había acompañado a la "Cueva de los Tayos" y percibido algunos de sus maravillosos "tesoros". Luego, por varios años Goyén hablaría poco y nada sobre estos hallazgos en un pacto de silencio con su mentor. Don Julio, un personaje sin par.




EL MUNDO DEL ESPLENDOR SUBTERRÁNEO
Congregados en Centro Argentino de Espeleología, estudiosos de diferentes especialidades investigan los misterios encerrados en el corazón de la tierra

"Miles de años atrás, cuando la amenaza de un cataclismo los ahuyentó de la superficie de la tierra, los hombres de raza roja buscaron refugio en las cavernas, que se multiplicaban debajo de la cordillera. En la entraña misma de la roca levantaron paredes de pulido granito que cobijaron sus bibliotecas de laminas de metal, y las estatuas talladas que aun hoy hablan de una fabulosa civilización. Es la perteneciente al antiguo continente Gondwana o Lemuria o Mu, que abarcara el sur de Asia, Australia, las islas de Melanesia y Polinesia y la Isla de Pascua, ensamblándose con América a lo largo de la cordillera de los Andes"
 Quien se demora en estos esplendores es Julio Goyén Aguado, fundador del Centro Argentino de Espeleología, arqueólogo autodidacto y apasionado "desde siempre" por el desafío de las cavernas.
 Un encuentro con Juan Moricz, espeleólogo húngaro radicado en la Argentina, habría de precipitar su pasión. Moricz le hablo de su descubrimiento de "la cueva de los Tayos", en la zona oriental de Ecuador. Se detuvo en los pormenores de la expedición donde con el auxilio de los indios Jíbaros y después de atravesar anchos ríos y peligrosos rápidos consiguieron llegar a la casi inaccesible boca de la caverna. Después del fatigoso descenso se encontraron por fin con el inmenso sistema de bóvedas que combinando estructuras naturales de andesita con elementos de granito pulimentado posibilitaba el acceso a las maravillas del mundo subterráneo cuyo silencio solo interrumpía el vuelo rasante de los murciélagos.
 Moricz continuo desplegando ante Goyén Aguado una fascinante teoría según la cual esas cavernas se prolongarían a lo largo de toda la cordillera de los Andes, sirviendo  de vivienda a los hijos de una fabulosa civilización cuyas huellas filológicas pueden  rastrearse en el idioma de los brahmanes de la India, ciertos vocablos egipcios, algunos sonidos griegos.
 La idea de la cordillera hueca atravesada por kilómetros de túneles fascinó a Aguado, que en octubre de 1970 fundaba el Centro Argentino de epeleología junto a un grupo de expertos en diversas disciplinas. Como Norberto Ovando, geólogo y bioquímico de Parques Nacionales; el doctor en ciencias químicas Alfredo Romanelli; el ingeniero electrónico Eduardo J. Quereilhac; el técnico en minería Anibal Sciarrett; el teniente Juan Carlos Varela, experto en pinturas rupestres y cerámica indígena; el espeleólogo internacional Carlos Fernández Bazán.
 Poco después Ovando y otros espeleólogos concretaban un espectacular descenso a la Caverna de las Brujas, en la provincia de Mendoza. Aunque no tiene conexión con el sistema de túneles- se trata de una depresión subterránea o "dolina"- el descenso a la cavidad configuró una faena fascinante. Los estudiosos se declararon impactados por el impecable silencio, el esplendor de la tierra traducido en forma de las estalactitas y estalagmitas talladas por un artista invisible que en deslumbrante recepción comenzaron a coruscar bajo la luz de las linternas.
 Las sierras de Lihuel-Calel en la provincia de La Pampa fueron el siguiente objetivo de los espeleólogos, esta vez con Goyén Aguado integrado al grupo que halló como recompensa de sus excavaciones, piedras de gran valor geológico. Los adeptos de un tema apenas explorado en la Argentina desempeñan sus tareas en medio de las consiguientes dificultades y todos deben costearse sus propios gastos.
 "Quiero destacar, sin embargo, de manera especial- dice el presidente del centro- el importante apoyo logístico que nos presta el Departamento de Investigación y Desarrollo del Estado Mayor General del Ejercito, por cuya gestión las diversas unidades destacadas en las zonas donde cumplimos actividades nos facilitan hombres, vehículos y aparejos especiales para subir y bajar de las cavernas".
 El espeleólogo francés Norberto Casteret afirmó en una ocasión que "las decoraciones más lujosas y bellas quedan ensombrecidas al lado de la esplendidez subterránea". El concepto es ampliamente compartido por sus colegas argentinos del Centro de Espeleología, cuyos miembros esperan hacer un indice de cavernas de nuestro país con miras a su proyección cultural y turística, explorando de manera especial la existencia de la galería subterránea que recorrería la cordillera de los Andes.
 Sus integrantes no lucen los equipos de colores vivos (rojos o azules) que han adoptado los espeleólogos extranjeros, en virtud de la dificultad y alto costo de su obtención. Los sustituyeron por ropa de trabajo en tela marrón oscuro, casco protector, botas y guantes de cuero. El entusiasmo suple mayores exquisiteces y cuando los 400 metros de soga de nylon comienzan de desenrollarse para descender a la fascinante oscuridad, los espeleólogos comienzan a vivir un éxtasis desconocido para quienes prefieren permanecer en la superficie de la tierra.
 Las cuevas del nordeste argentino son la próxima meta de nuestros especialistas; a través de ellas será posible hallar quizás otros indicios acerca de la probable existencia del mundo subterráneo, las huellas de la gigantesca civilización desaparecida que se extinguiera misteriosamente por el mundo. 


Recreación: un joven Goyén Aguado observando, en segundo plano, los descubrimientos de Juan Moricz en la Cueva de los Tayos en 1968 (ilustración Dan Joel Crocsel)

Julio junto a integrantes de la Fuerza Aérea Argentina, quienes colaboraban asiduamente en sus exploraciones
Goyén Aguado en el volcán Llullaillaco (Pcia. de Salta) en una de sus últimas expediciones