sábado, 23 de diciembre de 2017

DE REPTILIANOS, HARLAN ELLISON Y STAR TREK

 Si se escribe la palabra reptilianos y/o reptiloides en Google (ya sea en castellano o en inglés)     aparecerán miles y miles de páginas web que nos hablan de este mito ¿moderno?
 Para acercar al debate de reptilianos sí, reptilianos no, hay un curioso pie de página en un   capítulo del libro Danza Macabra (Danse Macabre, 1981) de Stephen King, donde el célebre  escritor dedica un estudio sobre la obra de Harlan Ellison (famoso autor de historias de  ciencia  ficción y otros géneros). 
 En la anécdota que se cuenta -en la que está involucrado Ellison- aparecen historias de  Reptilianos en el pasado dominando nuestro planeta, viajes en el tiempo y otras ideas asociadas a estas conspiraciones actuales. Lo curioso es que estos pensamientos ya sobrevolaban en la fantasía de los escritores a mediados de la década de los '70 del siglo pasado y seguramente más atrás en el tiempo.
 Pagina 209 y 210:

(109) Esta podría ser la nota a pie de página más larga de la historia, pero de verdad que necesito hacer una pausa para contar dos anécdotas más sobre Harlan, una apócrifa, y la otra la versión del propio Harlan acerca del mismo incidente. 
 La apócrifa la oí por primera vez en una librería especializada en ciencia ficción y más tarde en varias convenciones de fantasía y ciencia ficción. Se decía que Paramount Pictures había organizado una conferencia de preproducción a la que invitó a varios autores de ciencia ficción de renombre antes de iniciar el rodaje de Star Trek: la película (Star Trek, the Motion Picture, Robert Wise, 1979). El objetivo de la conferencia era recabar ideas para una misión que fuera lo suficientemente importante como para hacer volar al Enterprise desde el tubo catódico a la gran pantalla... y GRANDE era la palabra que el ejecutivo al cargo de la conferencia no hacía más que enfatizar una y otra vez. Un escritor sugirió que la Enterprise podía adentrarse en un agujero negro (la Disney echó a perder la idea unos tres meses más tarde). Al ejecutivo de la Paramount no le parecía lo suficientemente grande. Otro sugirió que Kirk, Spock y compañía podrían descubrir un púlsar que en realidad era un organismo vivo. Seguía sin ser lo suficientemente grande, le reprocharon. Una vez más, a los escritores se les recordó que tenían que pensar a lo GRANDE. Según este relato, Ellison permaneció sentado en silencio acumulando mala leche, sólo que con Harlan este tipo de acumulaciones suelen durar unos cinco segundos. Finalmente, habló: "La Enterprise", dijo, "atraviesa un pliegue interestelar, el bisabuelo de todos los pliegues estelares. Se ve transportada un gogol de años luz en apenas unos segundos, y surge junto a un gigantesco muro gris. El muro marca el final de todo el universo. Scotty prepara una carga de iones superintensa que consigue abrir una brecha en el muro, de modo que puedan ver que hay más allá del fin de todo. Observándolos, bañado en una increíble luz blanca, está el rostro de Dios". 
 A esto le siguió un breve periodo de silencio. Después, el ejecutivo dijo: "No es lo suficientemente grande. ¿No os acabo de decir que penséis a lo GRANDE?"   
 A modo de respuesta, se supone que Ellison le dio un corte de mangas al tipo y salió de la habitación. Éste es el resumen que hace Ellison de lo que verdaderamente pasó:
 "Paramount llevaba algún tiempo intentando poner en marcha la película de Star Trek. Roddenberry estaba empeñado en colocar su nombre de un modo u otro en los créditos... El problema es que es incapaz de escribir una mierda de pollo. Su única idea, repetida seis o siete veces en la serie, y una vez más en la película, es que la tripulación del Enterprise viaja al espacio profundo, encuentra a Dios, y Dios resulta estar loco, ser un niño, o ambas cosas a la vez. Previamente a 1975 ya me habían llamado en dos ocasiones para discutir el argumento. También habían exprimido a otros autores. En la Paramount no conseguían decidirse e incluso habían echado a Gene del proyecto en un par de ocasiones, hasta que trajo a sus abogados. Entonces la guardia de palacio volvió a cambiar en Paramount y Diller y Eisner llegaron de la ABC y se trajeron consigo una cuadrilla de... amiguetes. Uno de ellos era un antiguo diseñador de producción llamado Mark Trabulus.
 "Roddenberry me sugirió como guionista de la película al tal Trabulus, el último de toda una ristra de ignorantes a los que Paramount les había asignado este dificultoso proyecto. Tuve una charla con Gene acerca del argumento. Me dijo que estaban empeñados en conseguir una historia cada vez más grande, y que no importaba lo que se sugiriera, nunca les parecía lo suficientemente grande. Preparé un tratamiento, a Gene le gustó y organizó una reunión con Trabulus para el 11 de diciembre (de 1975). El encuentro se canceló... pero finalmente pudimos verle el 15 de diciembre. Sólo estábamos Gene (Roddenberry), Trabulus y yo en la oficina de Gene en los estudios de la Paramount.
 "Les conté la historia. Trataba de viajar hasta el fin del universo conocido para viajar en el tiempo hasta el pleistoceno, el periodo en el que emergió el hombre. Postulé un desarrollo paralelo de una vida reptiliana que podría haberse convertido en la especie dominante de la tierra de no haber prevalecido los mamíferos. Postulé una inteligencia alienígena procedente de una lejana galaxia, en la que las serpientes sí habían acabado siendo la forma de vida dominante, y una criatura reptiliana que había llegado a la tierra en el futuro de Star Trek había visto que sus ancestros habían sido aniquilados y había retrocedido al pasado de la tierra para alterar el flujo temporal de modo que los reptiles pudieran prevalecer sobre los humanos. La Enterprise retrocede al pasado para deshacer el entuerto, localiza al alienígena y la tripulación se ve enfrentada al dilema moral de dirimir si tienen el derecho a aniquilar toda una forma de vida sólo para asegurar su propio imperativo territorial en el presente y el futuro. La historia, en resumen, abarcaba todo el tiempo y el espacio, con un dilema ético y moral. 
"Trabulus escuchó todo esto y permaneció sentado en silencio un par de minutos. Después dijo: "Sabe, acabo de leer un libro de un tal Von Daniken, en el que demuestra que el calendario maya era idéntico al nuestro, lo que demuestra que debe provenir de los extraterrestres. ¿Podría introducir algunos mayas en la historia?" 
 "Miré a Gene. Gene me miró a mí; no dijo nada. Miré a Trabulus y le dije: "No había mayas en el amanecer de los tiempos". Y él dijo: "Bueno, ¿y quién va a saberlo?" Y le respondí: "Yo lo sabré. Es una sugerencia estúpida". De modo que Trabulus se puso muy tenso y dijo que le gustaban mucho los mayas y que si quería escribir la película tenía que meterle mayas. Así que le dije: "Yo soy escritor. Usted no sé qué coño es". Y me levanté y me marché. Ése fue el fin de mi asociación con la película de Star Trek".
  Lo que nos deja al resto de los mortales, que nunca encontramos las palabras exactas en el momento indicado, sin otra cosa que decir aparte de: «¡Bien hecho, Harlan!»

 Desconozco si Harlan Ellison escribió alguna vez este argumento en alguna de sus obras, pero ya lo había argumentado en 1975... para pensar, ¿no?

Fotogramas de un cápitulo de la serie Star Trek  (1966-1969) donde el capitán Kirk se enfrenta a un ¡alienígena reptiliano!
Aún así, debo confesar que conozco, por haber hablado con uno de sus protagonista (un prestigioso abogado argentino), una experiencia que vivieron tres personas (dicho abogado, un periodista y un arquitecto) en el Noreste de mi país, Argentina, donde ocurrió un encuentro con seres de apariencia reptiloide. Ninguno de los involucrados quiere dar a conocer públicamente lo vivido por diversos y respetables motivos y, sobre todo, porque la experiencia fue realmente muy perjudicial y nociva para uno de ellos.

lunes, 11 de diciembre de 2017

UFOS/OVNIs TERRESTRES por JAVIER STAGNARO



En el mes de Enero de 1988 conocí junto a Osvaldo Massanet en el 1er Congreso Argentino de Ciencia Cósmica organizado por el investigador Francisco Checchi y su Grupo Alfa, en la Ciudad de Buenos Aires, al poeta, periodista y escritor pampeano Héctor Antonio Picco, quien se desempeñaba como redactor de la revista “En la Cuarta Dimensión” dirigida por Fabio Zerpa.
Javier Stagnaro, autor de este artículo
En esta ocasión, encontramos a Picco en una mesa del bar del predio donde se desarrollaba el encuentro ufológico junto a varios ejemplares de su reciente libro titulado: “Las Pruebas Materiales de la Tierra Hueca”,(Ediciones Uritorco, Bs.As. 1987) donde incluía en un capítulo del mismo, fragmentos de la obra del ex diplomático Chileno Miguel Serrano Fernández: “Adolf Hitler: el último Avatara” donde documentaba por medio de un texto perteneciente a un manual técnico de la aeronáutica militar alemana que los Platos Voladores (Fliegende Sheibe o Flugsheibe) habían sido desarrollados por los ingenieros del Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial tras muchos años de estudio y experimentación con revolucionarios medios de propulsión. Adquirí uno de los ejemplares y entablamos un diálogo que derivaría con el tiempo en una simpatía con el autor. En un intercambio de información con Héctor Picco sobre este particular, ya que poseía en mi biblioteca libros y revistas que contemplaban esta variante respecto del origen de los mismos, y alentándolo para que publicara una obra específica en este sentido, ya que la suya se apoyaba en la hipótesis intraterrena, fui recabando material suficiente para confeccionar algunos boletines y eventualmente un libro en algún momento futuro. Dado que Picco no se involucró en este proyecto, decidí - luego de dos años pidiéndole su visto bueno para llevarlo a cabo por mi cuenta- presentar un trabajo en un Congreso Ufológico de la FAECE (Federación Argentina para el Estudio de la Ciencia Extraterrestre) organizado por el Juez Dr. Andrés F. Miotti en la localidad de La Banda, en la Provincia de Santiago del Estero, Rep. Argentina en Noviembre de 1989 a donde había sido invitado a disertar. La ponencia llevó por título: “Ovnis: Arma Secreta” -la hipótesis terrestre para el origen de los Platos Voladores- lo cual causó bastante “revuelo” entre los investigadores, ya que en general se dividían entre los que sostenían la “H.E.T.”(Hipótesis Extraterrestre) y aquellos que comenzaban a abrazar la psicología social o psicosociología, convirtiéndose en escépticos detractores o refutadores de la existencia del mismo fenómeno o de su interpretación más popular. Por supuesto, hubo quienes se burlaron y quienes comenzaron a considerar esta posibilidad. Y aunque me convertí en un referente de la misma, siempre confesé que mi propuesta había comenzado con un comentario chistoso que le hiciera a Massanet-que era seguidor del Grupo Rama de Perú afianzado en el “Contactismo”- después de conocer a Picco: “¡Mirá si dijéramos que los Platos Voladores o los Ovnis son alemanes (Nazis), en lugar de extraterrestres!, se volverían locos!!, Ja, ja!”. Sin embargo, fui adquiriendo libros y notas de revistas especializadas, tanto nacionales como extranjeras que aportaban documentación y análisis de casos históricos de avistamientos de ovnis que reforzaban esta hipótesis de trabajo. Entre 1991 y 1995 confeccioné 10 boletines bajo los títulos de: “Ovnis/Ufos: Arma Secreta” y “Genios Precursores” donde expuse suficiente material para preparar un libro, sentando las bases de lo que muchos volcarían en Internet en años posteriores. Algunos investigadores entusiasmados me pidieron permiso para publicar monográficos en sus boletines institucionales y otros haciéndose pasar por “amigos” me robaron y plagiaron mis trabajos publicándolos en medios masivos a cambio de unos pesos y haciéndoles creer a otros que eran “periodistas profesionales”. En 2002 el canal de cable “Infinito” en Bs. As., convocó para la producción del programa “G.E.T.” (Guías Extraterrestres”) -luego Guías Argentinas- a diversos investigadores Ovni como entrevistadores de otros ufólogos. Así José Alberto Tunich, director del grupo C.E.F.A.E. (Centro de Estudios de Fenómenos Aéreos Extraños) de la Ciudad de El Palomar,  Pcia. de Bs.As.- quien había publicado mi trabajo como monográfico en el Nº 31 de su revista “Investigando” en 1991- me entrevistó para éste programa junto a los investigadores: Luis Burgos de la Ciudad de La Plata y al Ing.(U.B.A.) Jorge Marcelo Ferro, autor de un proyecto de Nave Discoidal o Plato Volador (quien presentó su pedido de patentación) publicado en su obra: “Cibernética-El Nuevo Paradigma”( Ed. Del Autor, Bs. As. 1989). A pesar de haber grabado durante casi una hora, en el programa apenas aparecen pocos minutos de las explicaciones del caso. Como siempre sucede la voz de un locutor en off comenta cosas que no se corresponden con lo que se ve; en este caso la lectura o lo que se muestra, no es del libro del ex -diplomático chileno Miguel Serrano sino que la imágenes del libro hojeado son de: “Ovnis: Armas Secretas Nazis” (Ufos: Nazi Secret Weapons) de Mattern-Friederich, editado en Toronto, Canadá en 1988, de similares características. Es necesario acotar que dicha obra es de propaganda filonazi, por lo tanto no puede ser considerada objetiva en su información o bien como un documento oficial o científico sobre dicha cuestión, a pesar que abreve para sus intereses en alguna data interesante de ser chequeada. En la actualidad hay varios blogs o páginas web que difunden estas hipótesis de trabajo, pero hay pocos autores o investigadores que tratan el tema con seriedad o con documentación de peso. Puedo agregar que parafraseando el título de mis boletines, si los Platos Voladores son “Armas Secretas”-ya no importa a quien pertenezcan- por su condición de Confidencialidad, dicha documentación no saldrá a la luz durante mucho tiempo o quizá nunca. Eso no implica que la observación del fenómeno o bien los detalles de algunos casos paradigmáticos y la investigación de manera racional de la evolución aeronáutica no nos permitan sacar conclusiones al respecto.

Javier. E. Stagnaro, Diciembre de 2017