Un 7 de noviembre de 1999 fallecía en un trágico accidente automovilístico el espeleólogo vasco-argentino Julio Goyén Aguado y, aunque nos gusta más recordar los natalicios en lugar de los fallecimientos, lo haremos, demostrando nuestra infinita admiración por este personaje singular, en la recuperación de una crónica hecha por un diario de la época y del lugar. Vaya nuesto gran agradecimiento al amigo investigador Javier Stagnaro, quien nos facilitó este precioso material.
LA VOZ DEL PUEBLO
Tres
Arroyos, Domingo 27 de Junio de 1971
La
Conferencia del Espeleólogo Julio Goyen Aguado resultó muy Interesante
Mucho
interés suscitó le conferencia pronunciada ayer en el local de la Biblioteca
Pública Sarmiento por el espeleólogo Julio Goyén Aguado, presidente del Centro
Argentino de Espeleología, la cual había sido organizada por la subcomisión
del Museo "José A. Mulazzi", con el auspicio de la Dirección
Municipal de Cultura. El orador se refirió el tema "El mundo subterráneo
que se extiende por debajo de la cordillera de Los Andes". La disertación
fue ilustrada con la proyeccion de una película y diapositivas en colores.
El acto, que contó, entre otras autoridades,
con la presencia del intendente municipal, doctor Oriente Blas Calabrese, y del
secretario de Obras y Servicios Públicos de la comuna, Ingeniero Carlos Hugo
Aprile, fue abierto por el señor Miguel H. Cacellas, curador arqueólogo y
miembro del museo “José A. Mulazzi”, quien procedió a la presentación de Goyén
Aguado. Este agradeció primeramente las atenciones recibidas durante su visita
en nuestra ciudad, para pasar luego a la proyección de una película ilustrativa
sobre las expediciones realizadas, conjuntamente con el doctor Romanelli, secretario del Centro Argentino de
Espeleología, también allí presente, y el señor Juan Moricz, húngaro
nacionalizado argentino, quien financió la empresa, en tierras peruanas y
ecuatorianas.
En el film se pudieron apreciar vistas de la
región -por ejemplo del volcán Chimborazo en Ecuador, las cumbres máximas
cordilleranas, zonas selváticas, el valle de Quito, ríos formados por los
deshielos, etc.-, explicando asimismo Goyén Aguado, las dificultades sufridas
durante la travesía de la selva para llegar a la boca de las cavernas buscadas,
las que se prolongaron por un mes, aproximadamente, perdiendo en la misma los
integrantes del grupo "15 kilogramos de peso”; la trayectoria fue cubierta en distintos
elementos, avionetas, balsas, y a pie en gran parte.
Aportó también datos sobre la forma de vida de
los 350.000 jíbaros existentes en la zona, quienes les prestaron valiosa
colaboración.
Luego procedió a exhibir diapositivas, sobre
la parte específica de la charla, es decir, los descubrimientos realizados en
la exploración que efectuaron a lo largo de 6 kilómetros, en las profundidades
de una caverna subterránea andina.
Indicó
Goyen Aguado que cuando le comunicaron la existencia de un túnel infinito, por
debajo del contrafuerte andino, pensó que era una nueva forma de engaño, de la
que se quería hacer objeto a los argentinos, pero al enterarse de una frase
pronunciada por un cacique jíbaro: “es hora de que el mundo tenga conocimiento
de la existencia de un mundo subterifineo americano”, lo impulsó a trasladarse
al lugar indicado para verificar la veracidad de la información.
Remarcó una serie de detalles y experiencias
técnicas, lo que se puede resumir de la siguiente forma:
Supuestamente existe por debajo de toda la cordillera
de Los Andes, y a una profundidad de más o menos 70 metros, un túnel que constituiría un verdadero mundo subterráneo.
La existencia de mismo se habría producido por cataclismos producidos en épocas
remotas, los cuales abrieron fisuras en la corteza terrestre; por problemas en
la superficie terrena, la civilización entonces existente, de la cual no se
tiene el más mínimo Indicio, buscó refugio en las mismas, dotándolas de un
elevado confort, lo que hace pensar de un alto desarrollo tecnológico de esos seres.
Una prueba de que existían lo da el hecho de que Pizarro, al arribar a Tumbes,
persiguió a unos 20.000 habitantes del lugar hasta la ciudad de Santa Elena, coincidente
con la entrada a las cavernas, en la cual los citados seres desaparecieron. A la
casualidad no se le podría achacar el hecho. Goyén Aguado recorrió 5 kilómetros
de las galerías, que son varias con una central de 70 u 80 metros, las cuales
poseen una temperatura que oscila en los 22 grados. En las mismas, naturales y
artificiales, no había luz natural, lo que impidió a los expedicionarios
avanzar más adelante, pudiéndose encontrar todo tipo de metales, esculturas y
pictografías en las paredes, herramientas metálicas, etc. El suelo poseía residuos
de una altura de 1,50 metros, con una distancia de 3 metros desde su capa
superficial hasta el techo, lo que da una idea de una estatura normal de los
habitantes que las construyeron. Se observan asimismo, estalagmitas de 2 metros
de alto, cuyo trabajo natural de formación demanda alrededor 1.000.000 de años.
Se encuentran también formaciones graníticas.
Todo lo indicado constituye una hipótesis de
la existencia de un túnel a lo largo de Los Andes americanos, formado
naturalmente, pero acondicionado con seres técnicamente adelantados y de los
cuales no se tiene conocimiento por el presente. Según leyendas jíbaras, ellos
lo recorren de generación en generanción,
existiendo otras bocas de entrada que facilitan su acceso. Por medio de los
citados indígenas, cuyas tribus analizaba, tuvo conocimiento del hecho el
señor Moricz, quien lo puso en conocimiento de Goyén Aguado.
Señaló el explorador que se han realizado dos expediciones, y en la actualidad se continúa explorando, pero ningún material, a no ser películas, fotos y diapositivas, ha sido sacado al mundo exterior, lo que no permite una definición científica por el momento. Sólo eso podrá ser posible en 1972, cuando convergan en el lugar de los hallazgos, una comisión investigadora internacional.
Indicó Goyén Aguado, en otro orden de cosas, que durante
1969, presentó un informe al entonces presidente Onganía, quien prometió
estudiar el asunto, mostrando interés en ello, pero hasta el presente no ha recibido
contestación sobre una solicitud de su parte para que el estado avale una expedición
de estudio formada por investigadores argentinos.
En suma, algo que es tema de nunca acabar.
Goyén Aguado expuso una serie de revelaciones verdaderamente importantes. El
tiempo dará la ultima palabra.
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