Un autodidacto que entró en la Universidad sólo para enseñar.
A los 63 años es miembro de la Sociedad Científica Argentina. Por fin en la Argentina lo consideran a ese nivel.
IBARRA GRASSO habla ¡y la historia se tambalea!
Hace mucho tiempo que queríamos hablar con Dick Edgard Ibarra Grasso, el antropólogo discutido que mueve constantemente, con sus profundos estudios, la estantería de la historia. Buscando largamente, lo encontramos. En uno de sus viajes semanales a Rosario, lo detuvimos para Cuarta Dimensión en su habitáculo transitorio de Morón, en la humilde casa que queda detrás del cementerio. Nos recibió en shorts sin camisa, con sus manos negras de trabajar en la tierra de la huerta; ABSOLUTAMENTE NINGUN FORMALISMO. Nos asombramos ante la presencia de este gigante de la indagación antropológica del hombre americano; nos sorprendimos ante este hombre huesudo, delgado, hirsuto; un F1A de su clasificación de razas, con su pipa permanentemente en la boca. Estuvimos seis horas interrogando, hablando; él levantándose para buscar libros y apuntes, sentándose para mostrarnos las pruebas de lo que decía. Su biblioteca inmensa, inundada de papeles, permite que le roben momentáneamente su documentación excepcional con el permiso escaso de
ver, examinar y analizar rápidamente para volver a su "lugar sagrado"; una documentación juntada y buscada en casi sesenta años de indagación, desde su lejana niñez con los "chamanes" bolivianos, esos que son "sabios de sabiduría", esos que le enseñaron tanto sobre el hombre americano a este ser tan especial que nunca fue a la Universidad, el que entró a ella sólo para enseñar. Este ser prácticamente único, que quebró los moldes de los arquetipos y que de golpe puede decir: "Usted que es profesor de Historia, Alejandro Magno, ¿de qué nacionalidad era'?" Claro, de repente, uno mira azorado, sonríe, bosqueja una sonrisa socarrona. Pienso: ¡cómo no voy a saber de dónde era Alejandro de Macedonia! Miro, vuelvo a mirar sonriente a mi señora, que también ríe simpática y nerviosamente. "Era griego". "¡No, era turco!" Nuevas miradas nerviosas entre los tres. Sonreímos sin saber qué decir. A tres horas de la charla ya no comprendo nada, pero me siento muy feliz. Ibarra Grasso se levanta, va a su biblioteca vieja y desvencijada y trae nueva documentación. La biblioteca espera allá, sonriente y satisfecha. Y de pronto todo cambia; se me dan vuelta 30 años de mi "precaria" historia y se me achica, una vez más, el diploma de profesor (y van...). Ahora ya sé que Alejandro era turco, no griego; recuerdo nuevamente sonriente aquello de "sólo sé que no sé nada". Este hombre es desconcertante en todo. Hasta esa rara combinación de nombres ingleses con castellanos que tiene. ¿Por qué Dick Edgard? "Se le ocurrió a mi padre, porque pensaba que iba a ser inglés y viajaba en un barco de bandera inglesa dentro del vientre de mi madre". Insólito pero cierto. Desconcertante porque este hombre, así como es de heterodoxo, ABRUPTAMENTE DA CONCEPTOS MUY ORTODOXOS de Antropología e Historia. Este hombre, ACADEMICO RECONOCIDO EN SU PAÍS A LOS 63 AÑOS, luego de una larga espera, se siente feliz con su nombramiento, y lagrimea.
Sabemos que sabe mucho más de lo que nos dijo en esa larga charla. Tiene gran sabiduría, y muchas veces calla, desconcierta. Pero se lo admira. Hemos intentado concentrar sus ideas. Aquí están:
C.D.: Las razas, como las entendemos actualmente, ¿no existen?
I. G.: A los animales los clasificamos por su constitución, no por su color. Siendo estudiantes se nos enseña que a los hombres hay que clasificarlos por su color. ¿No se reiría usted si a los caballos se los clasificara por raza negra, marrón, etc , aun sabiendo muy poco de caballos?" Un caballo de carrera es tal, tenga el color que tenga. Nunca, tratándose de animales, podríamos poner en el mismo grupo a un Don Quijote y un Sancho Panza. Sin embargo, eso hacemos con los hombres y nos quedamos muy serios. Lo importante es la constitución en la determinación de las razas. El color es algo externo.
C. D.: ¿La constitución psíquica es también importante?
I. G.: Sí. Es uno de los factores considerados para nuestra clasificación, que es de tipo Biotipológico.
C. D.: ¿De dónde surge la actual clasificación por colores?
I. G.: Es una larga historia que comienza al menos en los principios de las civilizaciones de la Mesopotamia antigua; luego Egipto, India y Grecia. Los egipcios representaban a cada punto cardinal con un color diferente: el Norte, negro; el Sur, rojo; el Este, amarillo, y el Oeste, blanco. Por supuesto este color no tiene nada que ver con el color real de los individuos sino que se los representó de esa manera de acuerdo al lugar que ocupaban en el mapa. Así, a los semitas ubicados al este de Egipto se los pintó de color amarillo. Ellos, los egipcios, se pintaron de rojo. A los libios los pintaron de blanco. Esos tres pueblos hoy se clasifican como blancos puros.
C. D.: ¿Cuáles son las características de su nueva clasificación?
I. G,: Como he dicho, es una clasificación de carácter biotipológico. Todo ser vivo se divide en dos grupos, que he llamado F y H, absolutamente necesarios para la evolución de la especie. Son dos formas evolutivas diferentes, que es la noción básica de la cual partimos. Dentro del F y el H existen clasificaciones de acuerdo a las características especiales, que van desde el 1 hasta el 8.
C. D.: ¿Qué diferencia hay entre un Hl y un H2, por ejemplo?
I. G.: Don Quijote era un Hl; Sancho Panza un H2. La tercera parte de la Humanidad actual son Sanchos Panzas. A su vez las dos especies generales se subdividen en razas: a, b, c, etc.
C. D.: ¿Cómo se constituye la raza americana?
I. G.: Hay orientaloides, indonesios en abundancia y hay blancos llegados del Pacífico.
C. D.: ¿Los romanos también llegaron a América?
I. G.: Por el Pacífico. En algunos mapas romanos se observa la tierra de Cattigara, que es la costa norte del Perú. Esos mapas son copia de mapas fenicios, que ya tenían conocimiento sobre la esfericidad de la Tierra aun 3.000 años antes de Cristo, al igual que los griegos. Colón, partiendo de un mapa de Ptolomeo, confeccionó otros donde agrega una masa continental y la llama Mondo Novo, con lo que vemos que no es verdad que Colón muriera sin saber que había descubierto el Nuevo Mundo. Este conocimiento, que se remonta a tanta antigüedad, no figura en la historia de los pueblos occidentales porque no fue Alejandro Magno con sus conquistas ni la expansión del Imperio Romano lo que llegó a ponerse en contacto con él, sino que fueron simples mercaderes y aventureros semipiratas los que llegaron a las tierras americanas. Y la historia de esos simples mercaderes no figura en la HISTORIA, así, con mayúsculas. Pero los hechos demuestran la existencia de ese comercio, y esas relaciones transpacificas son tan importantes que incluso dan origen a las bases primeras de todas las civilizaciones indígenas americanas.
C. D.: ¿No hay antecesores del hombre en América?
I. G.: No. América es poblada.
C. D: ¿Cómo se produce ese poblamiento?
I. G.: Por el Estrecho de Behring vinieron todos los pueblos primitivos preagrícolas y protoagrícolas. Todas las civilizaciones derivan de una única, ubicada en Asia, que llegó a Europa y luego a América.
C. D.: ¿Es decir, que la culturalización se hizo siempre desde Asia y Europa hacia América?
I. G.: Los comerciantes del sur de Asia que llegaron a América trajeron multitud de elementos que desarrollaron la civilización americana. Naturalmente llevaron de vuelta una serie de elementos, como en toda relación comercial. Un ejemplo de ello es el cero, que es indudablemente un invento maya. En la cultura Mochica, que comienza 400 años antes de Cristo, encontramos pinturas del año 200 a 300 después de Cristo con indiscutibles elementos griegos, y otros persas. (Nos muestra fotografías de esas pinturas donde se han representado cántaros debajo del puente de un barco; unidad de medida en el comercio antiguo donde no existia la medida por toneladas, y las compara con otras fotos de un barco hundido frente a Marsella en tiempos anteriores a Cristo, llevando varios miles de ánforas. Otro barco romano representando un barco griego de comercio también con cántaros.)
Otro elemento importante es la puerta Monada, que desarrollaron los Mayas en su arquitectura, y que es uno de los elementos fundamentales del arte gótico. Si vamos hacia su origen vemos que los romanos la toman de los árabes de España, éstos la toman de los árabes de Siria, éstos la aprendieron en la India y que a ésta llego de Indochina. Los Mayas la toman de la arquitectura de los nichos, donde se ponían los santos en las paredes y la desarrollaron.
C. D.: ¿Vendría a ser como un redescubrimiento...?
I. G.: Si. Siempre se nos ha enseñado que una misma invención se puede hacer multitud de veces. Yo lo niego rotundamente. La Naturaleza jamás reprodujo en toda su historia, ni una sola vez, una misma forma viva dos o más veces. En cambio un descubrimiento puede repetirse, con posibilidad de desarrollo.
Por ejemplo, la brújula se supone inventada en el 1200 después de Cristo. Pero la conocían los egipcios del Viejo Imperio. La brújula más antigua que se conoce es la de los Olmecas, en México, que data del año 1200 antes de Cristo. Se encontró una cajita con tapa y en el interior un trocito de piedra magnética. En sánscrito ya existía una palabra para denominar esa piedrita. Lo mismo que en quichua...
C. D.: ¿A qué se debe el gran desarrollo americano en cuanto al uso del calendario y la astronomía?
I. G.: Hay una razón muy simple. Todas las civilizaciones del Viejo Mundo quedan al norte del paralelo 23, lo que significa que el Sol quedaba al sur de ellas. En cambio todas las civilizaciones de América se desarrollaron en los trópicos, o sea 23 grados al norte y 23 grados al sur. El Sol pasaba en ellas por el Cenit, dos veces por año. Eso les permitió medir la duración del año con una seguridad diez veces mayor que todas las civilizaciones del Viejo Mundo.
C. D.: ¿Y esa idea suya sobre el Calendario Azteca, de que la representación no es en base al Sol en el centro del sistema sino que es la Tierra?
I. G.: Si. No es el Sol sino la Tierra. Hay 20 días alrededor. Si se piensa que es el Sol no se puede interpretar nada. Si se piensa que es la Tierra, lo que se ve es la Luna girando en torno de la Tierra. También están representados los rayos solares. Hay 27 formas curvilíneas, que son los días en que la Luna es visible. Los 16 dioses de los puntos del horizonte son las horas del día. Los turcos y los romanos tenían 18 horas al día, no 24. Alternadamente son masculino, y femeninos. Se trata de una interpretación totalmente geocéntrica como la que sólo se desarrolló en la ciencia helenistica. Un dato también importante para considerarlo así es que la figura central con la lengua colgante es la Gorgona, la antigua diosa de la Tierra.
Toda la ciencia astronómica azteca es el traslado de loa conocimientos helénicos y mesopotámicos del siglo II o III antes de Cristo. Como no tenían telescopio, hacían sus observaciones con muy buenas fínulas. La palabra "escrúpulo" -explica- quiere decir: un tercero, la sesentava parte do un segundo. Los árabes llegaron a contar cuartos y quintos. Como observar una telaraña en toda la superficie de la Tierra.
C. D.: ¿Que opina sobre las Cuevas de los Tayos en el Ecuador, sobre los corredores subterráneos? ¿Quién los construyó?
I. G.: Son construcciones naturales hechas por las aguas durante millones de años.
C. D.: ¿Y sobre las Pirámides de Egipto... quién las construyó?
I. G.: Los egipcios. Porque allí habla un genio, llamado Inoteh, de la Tercera Dinastia. Hasta ese momento todos los edificios se hablan construido de adobe. El reemplazó los adobes por piedras e inventó la primera arquitectura de piedra del mundo. Incluso les columnas griegas que llamamos estriadas las inventó lnoteh. Las primeras construcciones se hicieron de pequeño tamaño y luego fueron creciendo hasta hacerse con piedras de gran tamaño. En cuanto a mover esos grandes pesos, no es cuestión de milagros sino de ingenio.
Aquí en la Argentina existen pirámides en el Noroeste, llamadas Alpatancas en idioma quichua, de 10 a 12 metros de altura, del 500 al 800 después de Cristo. Están principalmente en Catamarca.
C. D.: Cuando los Mayas hablan de los carros "venidos del cielo", carros de fuego, ¿qué quieren decir?
I. G: Fantasía, lo mismo que en el libro de Daniel y en el Apocalipsis.
Muchos de los libros de la Biblia están totalmente falsificados. Por ejemplo, el Apocalipsis debería estar al final del Viejo Testamento y no al Final del Nuevo, porque es la continuación inmediata del libro de Daniel y éste así se completa. Por otra parle los cuatro evangelios no deberían estar antes de las cartas de los Apóstoles, sino al final, porque todos fueron escritos con posterioridad a éstas.
C. D.: La Argentina. ¿todavía encierra muchos misterios para la historia?
I. G.: Si. Principalmente porque se califica a los indígenas como primitivos, lo que es absurdo.
C. D.: ¿Qué puede decirnos de los araucanos?
I. G: Salieron de la costa ecuatoriana o del norte del Perú, al que atravesaron; pasaron por Bolivia, pesaron por la Argentina y al final entraron en Chile.
C. D.: Existe un grupo de araucanos que se comenta desapareció y no se sabe dónde está...
I. G.: Lo único que puedo decir sobre eso es que Calfucura poseía la piedra verde que era el símbolo de la realeza. La nieta de Calfucura está todavía en Neuquén y posee la piedra verde, o sea que es le jefa de todos los araucanos.
Esa es la misma piedra negra que sirve para la coronación de los reyes en Inglaterra. Es el símbolo real. Y que se dice descendió del cielo. Quizás un aerolito.
C. D.: ¿Qué opinión le merece Florentino Ameghino?
I. G.: En sus estudios palentológicos y sobre los terrenos de la Argentina fue extraordinario. Con respecto al hombre se equivocó. Pero no debemos extrañamos. Toda la evolución se produce por variación del estado de nacimiento. (Nos muestra una serie de cráneos de monos.) Unas veces hacia más, otras hacia menos. El hombre es un antropoide fetalizado. Nace dos meses antes del nacimiento de un chimpancé. Hay otros mamíferos que nacen en estado aún más fetalizado. Si nos vamos al otro extremo, el caballo, el elefante o la ballena, nacen en estado gerontizado, o sea envejecidos o mucho más desarrollados. El mono grande americano llamado Atheles, en estado gerontizado, se animalizó. La cabeza es la cuarta parte del conjunto; la mandíbula es descomunal: tiene el principio de una cresta dorsal. En cambio un monito fetalizado, como es el hombre, llamado Sebus, la proporción general es más de la mitad. La mandíbula se asemeja a la humana: la cabeza es chica como la del hombre. El hombre es un animal medio en el desarrollo de los mamíferos y llegó a ser hombre porque se fetalizó. Eso le permitió que el cerebro creciera al nacer con las suturas craneanas sin soldar. Antes del año nuestro cerebro crece dos veces y media con relación al tamaño de nacimiento.
Ameghino se equivocó porque al observar a los monitos Sebus, los más parecidos al hombre, dedujo que éste descendía de aquellos.
En lo que no se equivocó es en lo referente a la antigüedad del hombre en América, que se creía de 10.000 años y por lo menos data de 50 a 100 mil como se ha probado con los estudios del Carbono 14.
C. D.: ¿Qué fecha le da usted al hombre medianamente civilizado?
I. G.: Desde el momento en que el hombre comienza a hacer arte como en el paleolítico superior, ya es un hombre civilizado. Como dije antes, todas las civilizaciones derivan de una única, ubicada en Asia. No me atrevo a decir Sumaria porque hay periodos anteriores, como la cultura de Tell Halaf, con la primera fundición de cobre, que sé remonta posiblemente a 5.500 años antes de Cristo. Y antes de ella hay por lo menos un periodo con cerámica pintada.
C. D.: ¿Cuál es el origen de los talismanes?
I. G.: Teóricamente serian copias de "la piedra que descendió del cielo" y por lo tanto protectores.
C. D.: ¿Es real su protección?
I. G.: Depende de que lo crea o no el que lo lleva.
C. D ¿Cómo considera usted a un paranormal, que la ciencia ortodoxa califica como persona con alguna psicopatía?
I. G.: Es alguien que tiene una "abertura" hacia una comprensión superior.
C. D.: ¿Y por qué tiene esa "abertura"?
I. G.: Eso no lo sabemos. Nació así.
C. D.: ¿Es usted ateo?
I. G: No. Yo me considero absolutamente religioso, lo que no quiere decir que crea ninguna de las cosas que nos enseñan las religiones.
C. D.: ¿Entonces cree en un Hacedor Supremo?
I. G.: Ni siquiera eso. ¿Por qué tendría que ser exclusivamente masculino...?
Podriamos seguir cientos de páginas, porque quizás detrás de sus palabras está lo importante de Dick Edgard Ibarra Grosso: su sabiduría. Es un cabal hombre sabio. y por supuesto humilde y sencillo; hecho más allá de los libros y de los papeles. El autodidacto que caminó mucho investigando: el hombre que recorre aún 12 leguas (80 kilómetros) diariamente para buscar en la montaña el secreto del Hombre Planetario. Sabe mucho más de lo que expresa pero sólo dice y muestra lo que tiene documentado. Y sus verdades ya cambian la Historia.
DICK EDGARD IBARRA GRASSO: Por todo lo hecho y por lo que hará, nuestro habitual ¡GRACIAS POR ESTAR!
Revista Cuarta Dimensión n° 54 (año 1978)
buena entrevista , solo que en cueva de los tayos el agua no realiza con el transcurso del tiempo dinteles , ni ángulos a 90º, tampoco pisos o techos pulidos
ResponderEliminarPienso lo mismo. Tal vez la posibilidad de un mundo subterráneo era para este genio ir ya demasiado lejos, más allá de sus ideas revisionistas.
EliminarSiempre se agradece la publicación de un artículo o entrevista a un sabio que tuvo mucho para decir y poco espacio para hacerlo en los medios. Sin embargo habiendo leído 4 o 5 de sus libros me parece que la entrevista no es buena, sus puntos son abordados bastante superficialmente, logrando que se vean como un fenómeno y no como una investigación. Eso tiene más que ver con el entrevistador. Ahora si bien no conozco de la cueva que un anónimo menciona, he leído recién que tiene al menos 3 etapas de población. Es decir se considera su abandono y repoblamiento periódico. Y teniendo en cuenta que en la misma entrevista se menciona el período en que se implementa el trabajo en piedra, no veo la relación de asociar el "tiempo y el agua" al pulido de piedra o el uso de dintel, difundido en la región andina en los mismos tiempos de su población. Para no ser duro, duro de piedra bruta nomás, bastaría leer un poco más lo que hoy sí está en las redes para pulir la reflexión que se expresa. Saludos
EliminarEstoy de acuerdo con lo usted dice sobre la naturaleza de la entrevista, pero hay que tener en cuenta al entrevistador y al medio donde fue publicada. Una revista de misterios, ufología, parapsicolgía y temas afines, que tienen que ver mucho, obviamente, con el entrevistador y con el perfil de sus lectores. Si se busca por Internet no hay entrevistas a Ibarra Grasso y en general muy poca difución de su obra, más allá de algún libro en Pdf. Así que en la medida de nuestras posibilidades seguiremos a la busca de más entrevistas y la difución de sus investigaciones. Por suerte conozco personas que lo conocieron y trataron personalmente y nos pueden dar una mano en ese sentido. Saludos Peré
EliminarPablo la difusión de la obra de Ibarra nos desvela. Abrazo y para lo que necesites www.piraguahistorieta.blogspot.com
EliminarClaudio: Estuve viendo tu blog. Muy bueno! Me saco el sombrero
EliminarPuede tener mucho conocimiento, pero tiene un visible problema con las cosas "extra-terrenas" e intra-terrenas... Además cuando no sabe una respuesta, dice que es "fantasia", y ahi se le va todo lo de "académico" al pozo...
ResponderEliminarJulio Goyén Aguado, el gran buscador del mundo subterráneo lo presentaba a Ibarra Grasso como un sabio. También compartieron tertulias, ambos, con otro extraordinario investigador: Juan Moricz. Aún así es evidente que Ibarra Graso no compartía sus ideas.
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