Hay que decir que sobre el misterio de la Cueva de los Tayos
se ha escrito mucho a través de los años e investigado realmente poco.
Antes que Internet sea una fuente
universal de información (y desinformación casi al mismo nivel), solo conocíamos
esta historia de pluma de Erich Von Daniken (El oro de los Dioses, 1974) y en mucha menor medida
por el libro “Los Intraterrestres existen” (1980) de dos autores franceses, y por diferentes artículos en revistas de enigmas y
misterios (periodistas como Faber Kaiser, Alex Chionetti, Villarrubia Mauso
abordaron la cuestión). Tal vez el sorprendente Austerria, los Túneles de Agharta en América (2010) del investigador Javier Stagnaro sea la excepción. Pero nos faltaba
a los aficionados a la historia ocultada y subterránea de Amerika, una
investigación que ordenara y relacionara las piezas de este puzzle. Por eso doy
la más calurosa bienvenida a esta obra de la “investigadora rebelde” Débora
Goldstern.
Quienes en mayor o
menor medida rondamos por los misterios subterráneos, sabemos apreciar el
trabajo de años y los datos reveladores aportados por Débora en esta su Magnum Opus.
Daniken, el mítico padre Crespi, la expedición
inglesa del año 76, el abogado ecuatoriano Peña Matheus, el espeleólogo
argentino Julio Goyén Aguado y su biógrafo Guillermo Aguirre, Faber Kaiser, y
un largo etcétera, y por supuesto el Leit motiv de esta historia: el enigmático
descubridor de los “tesoros de los Tayos”: Juan Moricz, desfilan por las
páginas del libro, permitiendo a Débora atar cabos, guiarnos como Virgilio al
Dante y no dejarnos perdidos en la confusión y el descrédito.
Es para mi enormemente
destacable la información presentada por la autora desde la lejana Hungría
tapando baches donde solo desconocimiento había.
¿Recomendar este libro?...
Me parece que a esta altura de lo
escrito, sería redundante.
Con Débora Goldstern (dedicándome su libro) |
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