En su libro La respuesta de los dioses, Erich Von Dániken sostiene la teoría de que en algún lugar, por ahora ignorado, existe un depósito con las pruebas materiales de la presencia extraterrestre en tiempos remotos. A continuación presentamos la segunda y última parte de la entrevista con el astroarqueólogo Dániken.
CE: ¿Cómo sería ese depósito de pruebas materiales y por qué está tan seguro de su existencia?
EVD: Bueno, mis detractores siempre me han pedido que aporte una prueba objetiva en apoyo de mi teoría. Y no renuncio a poder hacerlo algún día. Pero debe comprenderse que no es nada fácil. Consideremos que la mayor parte de la superficie terrestre está cubierta por agua, bosques o selvas inaccesibles, desiertos de arena o de hielo, elevadas montañas y un largo etcétera. Apenas un 20 por ciento de la superficie terrestre es habitable, y de esa parte sólo se ha explorado por los arqueólogos el uno por ciento. Debido a todo ello no es muy razonable que se exija un legado palpable del paso de los dioses. Y sin embargo, esa prueba podría estar en cualquier parte, esperando a ser descubierta. Pero, ¿cómo localizarla? Sin embargo, el fantasma que persigo no puede ser una reliquia dejada por azar y que hubiera de ser encontrada azarosamente. Creo que deberían haberla dejado intencionadamente. Si los extraterrestres provocan la "hominización" sobre la Tierra, es lógico que supiesen cuánto podrían esperar de sus "productos", comprendiendo que tarde o temprano el hombre se desarrollaría técnicamente, hasta alcanzar la navegación espacial. Sería lógico que quienes crearon la inteligencia humana dejasen un regalo de despedida para atestiguarnos su presencia y actividad. ¿Dónde habría que buscar ese legado? Desde luego no podrían haberlo dejado en un lugar bien visible, porque una cosa que llamase la atención habría sido recogida hace tiempo por generaciones anteriores, incapaces de interpretarlo. Además, sabían que las catástrofes naturales y las guerras podrían dar cuenta rápidamente de todos los santuarios accesibles. Las pistas que deberíamos buscar creo que corresponderían a puntos lógicos-matemáticos, sea de la superficie terrestre o del sistema solar. Científicos solventes, como Lunan Duncan, han sugerido ya ideas semejantes. Podrían haber situado en uno de esos puntos un satélite con toda la información dentro, dejando una serie de indicios que nos condujeran hasta el mismo. Pero también podrían haberla grabado en nuestro código genético, de tal manera que podríamos tener esa información dentro de nosotros mismos, al alcance de nuestra mente, sin saberlo y sin conocer de qué manera acceder a ella.
Daniken entrevistado en Madrid para la Televisión mexicana por una reportera de Televisa |
LOS MAESTROS LLEGADOS DEL IMPERIO ESTELAR DE SCHWERTA
CE: En este momento, ¿sigue usted algún rastro concreto? En su último libro habla de la Crónica de Akakor y de la posible existencia de un depósito tecnológico en las profundidades amazónicas, en busca del cual tengo entendido que realizó el año pasado una expedición fallida.. .
EVD: Toda esa historia se remonta a 1972, cuando el historiador y sociólogo alemán Karl Brugger —que hace años trabaja como periodista en Brasil—, conoció al jefe indio Tatunca Nara. Tras entablar amistad con el mismo, éste le narró "con pelos y señales" la historia de su pueblo desde el año 10,481 antes de nuestra era, fecha en la que partieron los dioses hacia su mundo, hasta nuestros días. Su narración ha sido publicada en Alemania en un libro apasionante' . En El libro del Jaguar se narra la colonización de la Tierra por los dioses, que llegaron unos 13,000 años antes de la llegada de los europeos, a bordo de unos barcos celestes que brillaban como el oro, aterrizando en medio de truenos, potentes luces y un temblor que conmovió la tierra. Procedían de Schwerta, un mundo muy lejano en las profundidades del universo, que formaba parte de un fabuloso imperio compuesto por tantos planetas como los granos de polvo de una carretera, de donde salieron para llevar a otros mundos su saber. Estos seres, que habían develado la suprema ley que rige el universo, dirigieron la construcción de Akakor, capital del imperio de los indios Ugha Mongulala, que se creen el pueblo más antiguo del mundo. Aquella era la sede de los dioses que reinaban sobre la Tierra. Poseían naves que volaban más rápido que ningún pájaro y piedras mágicas para mirar a lo lejos, en las que se reflejaba cuanto ocurriese en la tierra o en el cielo. Pero lo más maravilloso eran sus casas subterráneas, que legaron a sus servidores predilectos, indicándoles —antes de su partida— que se refugiasen en ellas para estar a salvo de la catástrofe que se aproximaba. Les prometieron volver si alguna vez los indios se encontraban en peligro.
CE: Esta historia parece una novela de ciencia-ficción. Recuerda vivamente las diversas historias que guardan los pueblos sobre el diluvio universal y sobre los "Noés" a los que los dioses ordenan resguardarse en el Arca... ¿Regresaron los dioses nuevamente, según Tatunca Nara?
EVD: Lo hicieron tras dos terribles catástrofes, aunque fueron pocos los que sobrevivieron para saludar a los "primeros señores", como les llaman. Ellos les habrían dado —según cuenta Tatunca Nara— tanto sus nombres como el lenguaje, la escritura, las leyes y la agricultura.
EVD: Toda esa historia se remonta a 1972, cuando el historiador y sociólogo alemán Karl Brugger —que hace años trabaja como periodista en Brasil—, conoció al jefe indio Tatunca Nara. Tras entablar amistad con el mismo, éste le narró "con pelos y señales" la historia de su pueblo desde el año 10,481 antes de nuestra era, fecha en la que partieron los dioses hacia su mundo, hasta nuestros días. Su narración ha sido publicada en Alemania en un libro apasionante' . En El libro del Jaguar se narra la colonización de la Tierra por los dioses, que llegaron unos 13,000 años antes de la llegada de los europeos, a bordo de unos barcos celestes que brillaban como el oro, aterrizando en medio de truenos, potentes luces y un temblor que conmovió la tierra. Procedían de Schwerta, un mundo muy lejano en las profundidades del universo, que formaba parte de un fabuloso imperio compuesto por tantos planetas como los granos de polvo de una carretera, de donde salieron para llevar a otros mundos su saber. Estos seres, que habían develado la suprema ley que rige el universo, dirigieron la construcción de Akakor, capital del imperio de los indios Ugha Mongulala, que se creen el pueblo más antiguo del mundo. Aquella era la sede de los dioses que reinaban sobre la Tierra. Poseían naves que volaban más rápido que ningún pájaro y piedras mágicas para mirar a lo lejos, en las que se reflejaba cuanto ocurriese en la tierra o en el cielo. Pero lo más maravilloso eran sus casas subterráneas, que legaron a sus servidores predilectos, indicándoles —antes de su partida— que se refugiasen en ellas para estar a salvo de la catástrofe que se aproximaba. Les prometieron volver si alguna vez los indios se encontraban en peligro.
CE: Esta historia parece una novela de ciencia-ficción. Recuerda vivamente las diversas historias que guardan los pueblos sobre el diluvio universal y sobre los "Noés" a los que los dioses ordenan resguardarse en el Arca... ¿Regresaron los dioses nuevamente, según Tatunca Nara?
EVD: Lo hicieron tras dos terribles catástrofes, aunque fueron pocos los que sobrevivieron para saludar a los "primeros señores", como les llaman. Ellos les habrían dado —según cuenta Tatunca Nara— tanto sus nombres como el lenguaje, la escritura, las leyes y la agricultura.
EL FRACASO DE LA "EXPEDICION AKAHIM"
CE: ¿Y cuál fue el motivo de la llamada "expedición Akahim"?
EVD: Akahim significa "fortaleza tres", igual que Akakor significaba "fortaleza dos". Ambas forman parte de los trece núcleos o ciudades subterráneas que los señores del espacio regalaron a los Ugha Mongulala y que se encuentran escondidos profundamente en las entrañas de las montañas, bajo los Andes. Tatunca asegura que el plano de dichas ciudades reproduce el esquema del sistema solar de Schwerta, del que procedían sus dioses. Las dos fortalezas citadas fueron destruidas recientemente por los indios, puesto que se habían vuelto demasiado peligrosas para ellos, al revelar a los blancos su presencia. Actualmente vivirían en Subakakor, ciudad construida en una enorme cueva artificial, dominada por el templo del Sol, de cuyo interior partirían doce corredores que conducirían a las restantes doce ciudades subterráneas. Nuestros planes consistían en llegar hasta Akahim y alcanzar desde allí el templo del Sol. Tatunca Nara, con quien estuve en contacto a través de un piloto alemán, me aseguró que así podría llegar hasta el depósito tecnológico dejado allí por los dioses extraterrestres. Si le damos crédito, habría allí un disco volador dorado, construido de un metal desconocido; un extraño vehículo "capaz de caminar por el agua y por las montañas" muy similar al utilizado por los americanos en la Luna,
y a otros artefactos. Pero lo más interesante sería, según el jefe indio, la existencia de cuatro bloques de una piedra transparente, en cuyo interior se podrían observar cuatro misteriosos "muertos vivientes que yacen en el seno de un líquido que los cubría hasta el pecho. Se trataría —seguramente— de los cuerpos de tres dioses y una diosa, similares a los humanos, pero con seis dedos en las manos y los pies.
CE: La verdad es que toda historia suena a relato basado precisamente en sus teorías sobre los dioses cósmicos, las leyendas de distintos pueblos y las fantásticas novelas del británico Lobsang Rampa... ¿Qué motivos tendría Tatunca Nara para revelarle un secreto tan celosamente guardado hasta este momento por su pueblo?
EVD: Efectivamente, la cosa se fue volviendo más sospechosa a medida que avanzamos. El hecho es que Tatunca nos expuso clara-mente sus intereses: los "bárbaros blancos", corno llaman a los brasileños, están exterminando a todos los indígenas, fundamental-mente a raíz de la construcción de la carretera transamazónica, un enorme sistema viario que atravesará la selva virgen. Los expertos calculan que en el plazo de unos veinte años se habrá acabado totalmente con los 180,000 nativos que hasta hoy han sobrevivido en el inmenso territorio brasileño. Tatunca Nara —que afirma ser hijo de una enfermera alemana que fue raptada por un jefe indio— asegura haber realizado todo tipo de gestiones para preservar a los suyos del exterminio que llegará con la transamazónica, sin haber obtenido resultado alguno. Habiendo tenido conocimiento de mi obra a través del ex-piloto Ferdinand Schmid, pensó que yo podría dar a conocer en todo el mundo el triste destino que aguarda a su pueblo. Tras una serie de contactos escritos y a través de cintas magnetofónicas, me comprometí a escribir un libro sobre el asunto si me conducía hasta la ciudad subterránea.
CE: La verdad es que toda historia suena a relato basado precisamente en sus teorías sobre los dioses cósmicos, las leyendas de distintos pueblos y las fantásticas novelas del británico Lobsang Rampa... ¿Qué motivos tendría Tatunca Nara para revelarle un secreto tan celosamente guardado hasta este momento por su pueblo?
EVD: Efectivamente, la cosa se fue volviendo más sospechosa a medida que avanzamos. El hecho es que Tatunca nos expuso clara-mente sus intereses: los "bárbaros blancos", corno llaman a los brasileños, están exterminando a todos los indígenas, fundamental-mente a raíz de la construcción de la carretera transamazónica, un enorme sistema viario que atravesará la selva virgen. Los expertos calculan que en el plazo de unos veinte años se habrá acabado totalmente con los 180,000 nativos que hasta hoy han sobrevivido en el inmenso territorio brasileño. Tatunca Nara —que afirma ser hijo de una enfermera alemana que fue raptada por un jefe indio— asegura haber realizado todo tipo de gestiones para preservar a los suyos del exterminio que llegará con la transamazónica, sin haber obtenido resultado alguno. Habiendo tenido conocimiento de mi obra a través del ex-piloto Ferdinand Schmid, pensó que yo podría dar a conocer en todo el mundo el triste destino que aguarda a su pueblo. Tras una serie de contactos escritos y a través de cintas magnetofónicas, me comprometí a escribir un libro sobre el asunto si me conducía hasta la ciudad subterránea.
Encuentro en Río de Janeiro de los expedicionarios con el supuesto guía. De derecha a izquierda: Daniken, Tatunca Nara y Clark Darlton |
¿UNA BROMA PESADA?
CE: ¿Y qué ocurrió con la expedición que iniciaron?
EVD: A mediados de abril, Tatunca partió hacia Akahim en busca de alguna prueba y fotografías de la ciudad que pudieran corroborar su historia. Convinimos en que, a lo sumo, a mediados de junio debería estar de regreso en Manaus, que es el principal centro comercial y ciudadano existente en los límites de la selva y donde reside habitualmente Tatunca, casado a su vez con una enfermera blanca.
Desde allí viajaríamos a bordo de dos helicópteros hasta nuestra lejana meta. A principios de junio nos reunimos allí, acompañado por mi secretario Willi Dunnenberger y el escritor de ciencia-ficción Clark Darlton, con Ferdinand Schmid, que se había encargado de realizar todos los preparativos y conseguir las autorizaciones legales que re-quería nuestra empresa. Pero Tatunca no aparecía y tanto la empresa de helicópteros como la Oficina Brasileña para los Asuntos Indígenas (FUNAI) impusieron un plazo de cuatro semanas antes de iniciar la, expedición. Si Tatunca hubiera regresado de la selva a mediados de julio, no hubieran podido partir hasta mediados de agosto, lo cual complicaba enormemente las cosas. Así que, desengañados, el 11 de julio atravesamos nuevamente Brasil en avión. Apenas llegamos a Río de Janeiro recibí una llamada telefónica de Schmid, que había quedado en Manaus aguardando la llegada de Tatunca, explicándome que este último había regresado muerto de hambre y de cansancio. Les pedí que tomaran el primer avión hasta Río, donde pude conocer personalmente —por fin— al jefe mestizo, quien excusó su tardanza explicándonos que hacía veinte años que no visitaba Akahim, donde reside su cuñado, situada a más de mil kilómetros del lugar donde habita su tribu, resultándole muy difícil localizar el poblado. Cuando le pregunté qué había de las pruebas prometidas, aseguró haber entregado la cámara fotográfica a un comerciante que viajaba en una canoa más rápida que la suya, a fin de que se la entregara a Schmid en Manaus; pero no tuvimos la menor noticia del mismo.
CE: ¿No le resulta bastante truculenta toda esta historia?
EVD: Aunque muchas de las cosas que nos contó podrían ser ciertas, hay otras que nos resultaron bastante increíbles. Tatunca se dio cuenta de nuestro escepticismo y eso le enfureció, insistiéndonos en las enormes dificultades que implicaba una visita a la ciudad subterránea y de la oposición de los sacerdotes tribales a la llegada de nuestros helicópteros. Aseguró que durante los últimos cinco años se habían producido muchísimos cambios: el rumor de las máquinas subterráneas era diferente y en ellas se iban encendiendo luces, lo que —según sus escrituras— es un presagio del regreso de los dioses y cualquier helicóptero que intentara aproximarse se estrellaría. Yo no renuncio sin más a la expedición, pese a que todo lo ocurrido resulta dudoso y las explicaciones de Tatunca muy ambiguas. Este verano estoy dispuesto a intentarlo nuevamente, eso sí, siempre que, antes Tatunca me haga llegar alguna prueba material de la existencia de los aparatos subterráneos.
EL REGRESO DE LOS DIOSES
Por lo menos, no podrá decirse que no lo ha intentado. Porque lo cierto es que Dániken no es un escritor de gabinete, sino que se des-plaza a los lugares que describe en sus libros, ya que cuenta con los medios económicos para hacerlo. La fallida expedición a Akahim le costó a su editor una suma respetable. Pero si hubiera obtenido resultados positivos, toda inversión habría resultado despreciable.
CE: Queda algo interesante en toda esta historia. Como en tantas otras, los dioses habrían asegurado antes de su partida que regresarían cuando la tribu de Tatunca estuviera en peligro, y éste asegura que su llegada es inminente...
EVD: Insistió bastante en ello. Además, nos aseguró haberse encontrado en la sala subterránea de las máquinas con un hombre muy anciano que no pertenecía a su pueblo y del que nadie sabía su procedencia ni qué hacía allí, pero que debía estar en continuo contacto con los dioses y tal vez fuera uno de ellos. El jefe, cuñado de Tatunca, mostró un gran respeto por él, llamándole "la eminencia". Tatunca debió contestarle a numerosas preguntas acerca de mí y mi obra. Y finalmente le pidió que me comunicara que me daba 130 días de plazo para visitar su residencia, pero debía hacerlo por río y a través de la jungla y no por medios aéreos. Me concedía esa última oportunidad, corno único interlocutor válido y representante de nuestra civilización, sobre la que debería responderle a numerosas preguntas, para juzgar luego —según mis respuestas— si ésta había equivocado su camino. Repito que no sé qué pensar de toda esta historia y continúo a la espera de las noticias de Tatunca Nara. Si bien es cierto que en todas las tradiciones consta la promesa hecha por los dioses de que volverían algún día, ignoro cuándo piensan hacerlo.
CE: ¿Y no podrían estar haciéndolo en estos momentos? ¿Serían los OVNIS las pruebas de su regreso?
EVD: Yo no he visto ningún OVNI. Pero hay numerosos testigos dignos de crédito y no podemos dudar de su existencia. Estoy convencido de que existen estos fenómenos inexplicados y que se están multiplicando constantemente. Sin embargo, no sé de qué se trata exactamente y, suponiendo que sean extraterrestes, ¿qué razones podrían tener para realizar un aterrizaje oficial?. .. Habrá que esperar.
Durante la expedición en busca de los vestigios extraterrestres el mismo Dániken se vio obligado a trabajar arduamente en pleno campo. El hidroavión representaba para los expedicionarios el único medio de comunicación con la civilización.
LAS APARICIONES SON DE ORIGEN EXTRATERRESTRE
CE: Usted, que ha transformado a los dioses de los más diversos credos en visitantes extraterrestres, ¿en qué cree?, ¿qué piensa de las religiones?
EVD: Todas las religiones me merecen la máxima estimación, o mejor dicho, todas aquellas que tengan también en estima y en consideración a sus respectivos creyentes. Pero si explotan la ignorancia de éstos y les amenazan con castigos, no puedo verlas con buenos ojos. Para mí, el sacudirse la coerción confesional no supone de modo alguno el abandono de la fe de Dios, causa ,y origen de todo lo existente. Si los dioses extraterrestres nos proporcionaron la inteligencia, tenemos que preguntarnos cómo adquirieron ellos la suya. Podríamos remontarnos así en el tiempo a través de millones y millones de años, pero siempre debería haber un origen de todo lo creado, porque en algún momento llegaríamos a un límite. Mis investigaciones no me han llevado al ateísmo. Creo en los extraterrestres y en que estuvieron entre nosotros, pero también creo en su Creador, en Dios.
CE: Usted ha visitado, en sus correrías por el mundo tras las huellas
de los antiguos astronautas, numerosos escenarios de apariciones milagrosas y luego ha escrito un libro sobre el particular. ¿A qué conclusiones llega en el mismo?
EVD: Desde que visité Lourdes por vez primera, hace ya catorce años, comencé a comprender que el fenómeno de las apariciones y de las visiones nos afecta a todos. Estimo que deben existir más de 40,000 apariciones registradas. En ellas todo suele comenzar con la visión o encuentro de una persona o de un grupo pequeño con alguna entidad que asegura ser de naturaleza divina o celestial y que coincide con las creencias aceptadas en la época y el lugar, ya sea en. Oriente como en Occidente. Estos personajes poseen el poder de curar, de salvar a la gente o de aniquilarla, e influencian a las muchedumbres, entrometiéndose en los asuntos de carácter político y religioso.
Creo que hay apariciones o visiones que surgen de las mentes inteligentes, las cuales dispondrían de un mecanismo que las provocaría. Nacen de la imagen que el vidente, sugestionado por su entorno religioso, tiene formada en su mente. Pero el impulso creador de las apariciones es de origen extraterrestre.
CE: ¿Podría explicarnos esto más detalladamente? ¿Cómo encaja en su teoría fundamental?
EVD: Creo que no somos los únicos hijos de nuestros progenitores celestes. Tienen que haber en nuestra galaxia seres inteligentes que piensen, sientan y actúen como nosotros, puesto que los extraterrestres debieron llevar a cabo en la Tierra mutaciones artificiales orientadas en el sentido de formas de vida ya existentes en múltiples puntos de nuestra galaxia. Injertando unas características esenciales a los homínidos, los dioses les transmitieron —"a su imagen y semejanza"— su extrasensitiva y sumamente desarrollada percepción. En realidad, para ellos, este ingente trabajo de perfeccionamiento y humanización era algo así como un experimento técnico realizado para evitar que los conocimientos acumulados desaparecieran con ellos. Plantaron depósitos de su saber que, con el tiempo, se convirtieron en otros tantos centros de comunicación de todos los "hijos" creados a su imagen y semejanza. Para la transmisión de pensamientos las distancias no suponían una dificultad. Pero la transmisión telepática se vio insuperablemente dificultada por el surgimiento de diversos idiomas sobre la Tierra. Los sentimientos de amor, de odio, de paz, de violencia, tranquilidad o peligro, emitidos convenientemente, tienen una real universalidad entre todos los hijos de los dioses y podrían ser comprendidos en todo el Cosmos.
Desde allí viajaríamos a bordo de dos helicópteros hasta nuestra lejana meta. A principios de junio nos reunimos allí, acompañado por mi secretario Willi Dunnenberger y el escritor de ciencia-ficción Clark Darlton, con Ferdinand Schmid, que se había encargado de realizar todos los preparativos y conseguir las autorizaciones legales que re-quería nuestra empresa. Pero Tatunca no aparecía y tanto la empresa de helicópteros como la Oficina Brasileña para los Asuntos Indígenas (FUNAI) impusieron un plazo de cuatro semanas antes de iniciar la, expedición. Si Tatunca hubiera regresado de la selva a mediados de julio, no hubieran podido partir hasta mediados de agosto, lo cual complicaba enormemente las cosas. Así que, desengañados, el 11 de julio atravesamos nuevamente Brasil en avión. Apenas llegamos a Río de Janeiro recibí una llamada telefónica de Schmid, que había quedado en Manaus aguardando la llegada de Tatunca, explicándome que este último había regresado muerto de hambre y de cansancio. Les pedí que tomaran el primer avión hasta Río, donde pude conocer personalmente —por fin— al jefe mestizo, quien excusó su tardanza explicándonos que hacía veinte años que no visitaba Akahim, donde reside su cuñado, situada a más de mil kilómetros del lugar donde habita su tribu, resultándole muy difícil localizar el poblado. Cuando le pregunté qué había de las pruebas prometidas, aseguró haber entregado la cámara fotográfica a un comerciante que viajaba en una canoa más rápida que la suya, a fin de que se la entregara a Schmid en Manaus; pero no tuvimos la menor noticia del mismo.
CE: ¿No le resulta bastante truculenta toda esta historia?
EVD: Aunque muchas de las cosas que nos contó podrían ser ciertas, hay otras que nos resultaron bastante increíbles. Tatunca se dio cuenta de nuestro escepticismo y eso le enfureció, insistiéndonos en las enormes dificultades que implicaba una visita a la ciudad subterránea y de la oposición de los sacerdotes tribales a la llegada de nuestros helicópteros. Aseguró que durante los últimos cinco años se habían producido muchísimos cambios: el rumor de las máquinas subterráneas era diferente y en ellas se iban encendiendo luces, lo que —según sus escrituras— es un presagio del regreso de los dioses y cualquier helicóptero que intentara aproximarse se estrellaría. Yo no renuncio sin más a la expedición, pese a que todo lo ocurrido resulta dudoso y las explicaciones de Tatunca muy ambiguas. Este verano estoy dispuesto a intentarlo nuevamente, eso sí, siempre que, antes Tatunca me haga llegar alguna prueba material de la existencia de los aparatos subterráneos.
EL REGRESO DE LOS DIOSES
Por lo menos, no podrá decirse que no lo ha intentado. Porque lo cierto es que Dániken no es un escritor de gabinete, sino que se des-plaza a los lugares que describe en sus libros, ya que cuenta con los medios económicos para hacerlo. La fallida expedición a Akahim le costó a su editor una suma respetable. Pero si hubiera obtenido resultados positivos, toda inversión habría resultado despreciable.
CE: Queda algo interesante en toda esta historia. Como en tantas otras, los dioses habrían asegurado antes de su partida que regresarían cuando la tribu de Tatunca estuviera en peligro, y éste asegura que su llegada es inminente...
EVD: Insistió bastante en ello. Además, nos aseguró haberse encontrado en la sala subterránea de las máquinas con un hombre muy anciano que no pertenecía a su pueblo y del que nadie sabía su procedencia ni qué hacía allí, pero que debía estar en continuo contacto con los dioses y tal vez fuera uno de ellos. El jefe, cuñado de Tatunca, mostró un gran respeto por él, llamándole "la eminencia". Tatunca debió contestarle a numerosas preguntas acerca de mí y mi obra. Y finalmente le pidió que me comunicara que me daba 130 días de plazo para visitar su residencia, pero debía hacerlo por río y a través de la jungla y no por medios aéreos. Me concedía esa última oportunidad, corno único interlocutor válido y representante de nuestra civilización, sobre la que debería responderle a numerosas preguntas, para juzgar luego —según mis respuestas— si ésta había equivocado su camino. Repito que no sé qué pensar de toda esta historia y continúo a la espera de las noticias de Tatunca Nara. Si bien es cierto que en todas las tradiciones consta la promesa hecha por los dioses de que volverían algún día, ignoro cuándo piensan hacerlo.
CE: ¿Y no podrían estar haciéndolo en estos momentos? ¿Serían los OVNIS las pruebas de su regreso?
EVD: Yo no he visto ningún OVNI. Pero hay numerosos testigos dignos de crédito y no podemos dudar de su existencia. Estoy convencido de que existen estos fenómenos inexplicados y que se están multiplicando constantemente. Sin embargo, no sé de qué se trata exactamente y, suponiendo que sean extraterrestes, ¿qué razones podrían tener para realizar un aterrizaje oficial?. .. Habrá que esperar.
Durante la expedición en busca de los vestigios extraterrestres el mismo Dániken se vio obligado a trabajar arduamente en pleno campo. El hidroavión representaba para los expedicionarios el único medio de comunicación con la civilización.
LAS APARICIONES SON DE ORIGEN EXTRATERRESTRE
CE: Usted, que ha transformado a los dioses de los más diversos credos en visitantes extraterrestres, ¿en qué cree?, ¿qué piensa de las religiones?
EVD: Todas las religiones me merecen la máxima estimación, o mejor dicho, todas aquellas que tengan también en estima y en consideración a sus respectivos creyentes. Pero si explotan la ignorancia de éstos y les amenazan con castigos, no puedo verlas con buenos ojos. Para mí, el sacudirse la coerción confesional no supone de modo alguno el abandono de la fe de Dios, causa ,y origen de todo lo existente. Si los dioses extraterrestres nos proporcionaron la inteligencia, tenemos que preguntarnos cómo adquirieron ellos la suya. Podríamos remontarnos así en el tiempo a través de millones y millones de años, pero siempre debería haber un origen de todo lo creado, porque en algún momento llegaríamos a un límite. Mis investigaciones no me han llevado al ateísmo. Creo en los extraterrestres y en que estuvieron entre nosotros, pero también creo en su Creador, en Dios.
CE: Usted ha visitado, en sus correrías por el mundo tras las huellas
de los antiguos astronautas, numerosos escenarios de apariciones milagrosas y luego ha escrito un libro sobre el particular. ¿A qué conclusiones llega en el mismo?
EVD: Desde que visité Lourdes por vez primera, hace ya catorce años, comencé a comprender que el fenómeno de las apariciones y de las visiones nos afecta a todos. Estimo que deben existir más de 40,000 apariciones registradas. En ellas todo suele comenzar con la visión o encuentro de una persona o de un grupo pequeño con alguna entidad que asegura ser de naturaleza divina o celestial y que coincide con las creencias aceptadas en la época y el lugar, ya sea en. Oriente como en Occidente. Estos personajes poseen el poder de curar, de salvar a la gente o de aniquilarla, e influencian a las muchedumbres, entrometiéndose en los asuntos de carácter político y religioso.
Creo que hay apariciones o visiones que surgen de las mentes inteligentes, las cuales dispondrían de un mecanismo que las provocaría. Nacen de la imagen que el vidente, sugestionado por su entorno religioso, tiene formada en su mente. Pero el impulso creador de las apariciones es de origen extraterrestre.
CE: ¿Podría explicarnos esto más detalladamente? ¿Cómo encaja en su teoría fundamental?
EVD: Creo que no somos los únicos hijos de nuestros progenitores celestes. Tienen que haber en nuestra galaxia seres inteligentes que piensen, sientan y actúen como nosotros, puesto que los extraterrestres debieron llevar a cabo en la Tierra mutaciones artificiales orientadas en el sentido de formas de vida ya existentes en múltiples puntos de nuestra galaxia. Injertando unas características esenciales a los homínidos, los dioses les transmitieron —"a su imagen y semejanza"— su extrasensitiva y sumamente desarrollada percepción. En realidad, para ellos, este ingente trabajo de perfeccionamiento y humanización era algo así como un experimento técnico realizado para evitar que los conocimientos acumulados desaparecieran con ellos. Plantaron depósitos de su saber que, con el tiempo, se convirtieron en otros tantos centros de comunicación de todos los "hijos" creados a su imagen y semejanza. Para la transmisión de pensamientos las distancias no suponían una dificultad. Pero la transmisión telepática se vio insuperablemente dificultada por el surgimiento de diversos idiomas sobre la Tierra. Los sentimientos de amor, de odio, de paz, de violencia, tranquilidad o peligro, emitidos convenientemente, tienen una real universalidad entre todos los hijos de los dioses y podrían ser comprendidos en todo el Cosmos.
Y vemos que toda aparición comienza con el envío de mensajes tranquilizadores, de índole fundamentalmente emotiva...
ENCUENTROS LEJANOS DE TIPO EMOCIONAL
CE: ¿Quiere entonces decir que esas apariciones son extraterrestres?
EVD: Ciertos grupos de descendientes de los dioses espaciales, que habrían sido visitados por ellos mucho antes que nosotros, nos llevarían miles de años de ventaja en su evolución. Habrían podido desarrollar y entrenar adecuadamente sus cerebros. Y nos estarían enviando a nosotros, que somos sus hermanastros, impulsos energéticos que estimularían y ampliarían nuestra conciencia. Así que la visión o la aparición no sería extraterrestre. Al vidente se le presentaría la imagen según él quiera verla, o sea, según sus creencias particulares. Pero en el mismo momento que penetrase en el ámbito de llegada de los impulsos extraterrestres quedaría transformado en médium, no pudiendo evitar el impacto de los mismos. Su cerebro entonces comenzaría a producir, inconscientemente, figuras que se le harían visibles, que podrían ser inmateriales o materiales —o sea, materializaciones ectoplásticas, producidas por su propio psiquismo—, pero que para él serían siempre reales y verdaderas. Los videntes no tienen la menor idea —en general—, acerca de cómo se producen sus visiones; al igual que los emisores extraterrestres no pueden saber exactamente qué clase de receptor estará situado dentro del campo de acción de sus impulsos. Pero lo cierto es que todas las apariciones declaran abiertamente su origen extraterrestre, extrahumano.
CE: ¿Cuál sería entonces la finalidad de las apariciones?
EVD: Los verdaderos videntes dan lugar con sus visiones a un paso gigantesco en el camino del progreso. Por ejemplo, Leonardo da Vinci fue uno de esos receptores que surgen cada mil años, uno de esos genios cuyas células grises parecen estar esperando los impulsos llegados del exterior. Hay muchos sabios, como Einstein, Bohr, Kekulé, que vieron sus geniales descubrimientos en sueños. .. Las auténticas apariciones han contribuido esencialmente a la tarea de abrir la consciencia de la humanidad. Así pues, los extraterrestres se comunicarían con nosotros por medio de emociones, símbolos o imágenes y música o sonidos, que tendrían validez universal. Algo muy similar a lo que se plantea en la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, realmente fascinante.
"ESTOS SON MIS PROYECTOS"
CE: Tenemos entendido que acaba de aparecer un nuevo libro suyo en Alemania.. .
EVD: No es exactamente un libro mío. Se trata de una recopilación de algunas preguntas o acusaciones que se me han ido planteando durante los últimos ocho años, a través de coloquios, conferencias y publicaciones en distintas partes del mundo, junto con mis respuestas a las mismas. Su título en alemán viene a ser algo así como Fuego cruzado contra Dániken. Y Ediciones Martínez Roca lo lanzará en España durante el próximo otoño.
CE: ¿Prepara en este momento alguna otra obra?
EVD: Sí. Se trata de un libro no ya de pruebas, sino exclusivamente de especulaciones, de imaginación, en torno al pasado y especialmente al futuro del hombre. ¿Qué le puede suceder en los próximos años? ¿Qué posibilidades tiene? ¿Qué ocurrirá si este planeta es destruido por una catástrofe atómica? Se tratará de una obra para especialistas e ingenieros que no renuncian a soñar.
CE: Tras el rotundo éxito de su primera película, que no llegó a ser igualado por El mensaje de los dioses, ¿tiene en marcha algún otro proyecto cinematográfico?
EVD: No exactamente cinematográfico. La televisión alemana prepara una serie de seis películas en color, con una hora de duración cada una, que estarán terminadas para el año próximo.
Así es el fascinante "Mundo de Dániken", nombre por cierto de una exposición monográfica desarrollada hace unos meses en unos importantes almacenes alemanes, en la que sus libros y la música de sus películas se vendían en una enorme sala repleta de las numerosas estatuillas, estelas, reproducciones y fotografías por él recogidas a lo largo de sus viajes, contando con la proyección continua de sus filmes. Discutido y admirado. Acusado como farsante e idolatrado como profeta de un nuevo credo. Más de cuarenta millones de libros vendidos en 34 idiomas. Autor que ha marcado indiscutiblemente con sus ideas lo que llevamos del siglo, Dániken siempre es noticia.
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en el devenir de los siglos estas serian culturas a su tiempo y protoculturas hoy en dia
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