sábado, 29 de septiembre de 2012

AUSTERRIA, LOS TÚNELES DE AGHARTA EN AMÉRICA CAPITULO 2




Publicamos hoy el segundo capitulo del excelente libro del investigador Javier Stagnaro sobre "El mundo subterráneo", imperdible:
Capitulo 2:
Entidades no asociadas y Ovnis en la Cordillera Andina

De acuerdo al ítem 4 de la lista de Morales y en relación con la localidad de El Bolsón

específicamente, he consignado algunas experiencias personales, y recopilado testimonios de
lugareños, colonos, acampantes o turistas veraniegos. Sin embargo, la casuística de la
fenomenología Ovni registrada en la zona -salvo raras excepciones- no conduce necesariamente
a sostener un origen subterráneo o intraterreno de la misma. Como veremos más
adelante, los relatos en ese sentido, los encontraremos en provincias como Mendoza, La Rioja
o Salta, por nombrar algunas pertenecientes a la Argentina. Otros relatos asocian el fenómeno
Ovni a determinados grupos humanos, donde no queda claro su conexión, sea esta casual o
deliberada. A pesar de ello se pueden aventurar algunas hipótesis.
En el caso de los supuestos "extraterrestres" de la Isla de Friendship (Amistad) al sur de Chiloé
(ver capítulo 4, págs. 58 y 59) donde un yate, el Mitilus II, que es el que recoge a los pasajeros
conduciéndolos al paradisíaco enclave, encontramos una inevitable asociación -aunque
modificada- de la leyenda mapuche del "Caleuche" (un barco fantasma que transporta una
tripulación del más allá). Hay quienes sospechan una conexión con una colonia de alemanes
que, o bien pertenecerían a una comunidad religiosa de origen protestante, o a un grupo de
sobrevivientes nazis que desde la Segunda Guerra Mundial se habrían refugiado en distintos
países sudamericanos, siendo notorio en estas regiones sureñas el caso de la Colonia
Dignidad, en la región de Parral en Chile ,lugar donde además han sido observados ovnis en la
década del 50. Por otro lado, en las localidades de Cholila, Currú-Mahuida, Colonia de Paso
Flores, a orillas del río Limay, El Bolsón y Bariloche por nombrar algunos lugares, es importante
el asentamiento de colonias alemanas de similares características en uno u otro sentido.
En las laderas del Cerro Radal, perteneciente a la localidad de Puelo, Prov. de Chubut, lindante
con El Bolsón, existió hasta mediados de la década del 80, una colonia de alemanes quienes
emigraron de su país luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Según nos relatara en su
momento, “Don Guillermo” o sea Guillermo Cordier, quien contaba en 1976, con 60 años de
edad aproximadamente, vecino nuestro y responsable de liderar dicha experiencia comunitaria,
en el año 1955 se colocó un aviso en el periódico londinense “The Times”, el cual mencionó el
interés del grupo por trabajar en el exterior. Un marinero inglés escribió sólo para decir que él
conocía un lugar despoblado y que necesitaba gente. Se refería a las Malvinas. Allá fueron 40
personas que permanecieron cinco años. Luego fueron expulsados de allí por los ingleses,
supuestamente por razones religiosas. Winifred Bruckner, (-31 años de edad, en 1969- casado
con una hija de Cordier) aseguraba ante la mirada sospechosa de algunos periodistas (Rev.
“Periscopio” N° 15, 30 Dic. 1969, Bs. As.), que imaginaban que allí se refugiaban “gente extraña”
-tal vez miembros de una extraña secta esotérica o bien Nazis escapados de la justicia- que
sólo practicaban como único culto la lectura del Evangelio, ”una vez por la mañana y otra por la
noche”. La chacra recibió el nombre de “La Selva Negra”, un apodo que remitía a un misterioso
enclave de Alemania donde se levantaron enigmáticas construcciones a lo largo de su historia.
La Comunidad constituida en su mayoría por hombres al estilo de los Cuáqueros o Amish
Norteamericanos, se dedicaba a la recolección de frutos silvestres y a la cosecha de diversas
hortalizas, a la vez que a la elaboración de productos artesanales destinados a la gastronomía.
Entre las pocas mujeres que allí se desempeñaban, se encontraba Edda Leschi, quien en 1969
contaba con 38 años de edad y tres hijos. Algunos vecinos y amigos nos han relatado que en
dicha zona se ha visto el descenso de ovnis.
Los alemanes W. Bruckner y Edda Leschi (El Bolsón, 1969).

En un viaje de exploración que realicé en 1987, pude recoger la información, primero en la
sede del CIFE y luego por boca de su protagonista, de un encuentro con seres extraños en la
montaña. Nos dirigimos hasta la casa de la familia Carranza en pleno centro del pueblo de El
Bolsón; una casa antigua, flanqueada por una tranquera que da ingreso a una senda para
vehículos y a un jardín. Tras batir las palmas para ser recibidos, aparecieron dos muchachos
que se presentaron como Osvaldo y Javier -¡nuestros propios nombres!- hijos de Don Jorge
Carranza, "buscador de oro", entre otras cosas. Al presentarnos, la coincidencia de los
nombres rompió el hielo y despertó simpatías, lo cual nos permitió el ingreso a la intimidad
familiar. Después de cierta reticencia por el descrédito de aquellos a quienes había relatado
primero su experiencia -lo cual es del todo comprensible por lo bizarro de lo narrado, y por las
características personales de "Don Jorge", pudimos escuchar de primera mano lo siguiente:
Don Jorge había ido a buscar oro por la zona de Mallín Ahogado (término que designa un lugar
bajo o inundable), cerca de la chacra de los Warton, o "los ingleses", como suelen ser más
conocidos; por allí pasa un brazo del Río Azul, que toma el nombre sugestivo de Río
Encantado o Río Blanco, donde en la confluencia de los dos está la familia mapuche de los
Huenchupán, y en el mapa del Dr. Venzano figuran yacimientos de Lignito (carbón fósil que no
produce coque, es decir no combustible).
En un determinado momento, Don Jorge hace un alto para almorzar y relajarse un poco, para
lo cual -nos comenta- que se disponía a realizar un ejercicio de meditación trascendental (¡!), -
de hecho nos sorprendió esa terminología en un hombre con "pinta de baqueano", más que de
un cultor del yoga-.
Así en este estado percibe voces a su espalda, y al darse vuelta descubre una pareja, hombre
y mujer, vestidos con trajes ajustados al cuerpo de color azul, que en principio designa como
enterizos o monos, pero que sería más apropiado comparar con los trajes de esquiadores o
acuanautas (hombres-ranas).
De una altura aproximada a los dos metros para el hombre y de un metro ochenta para la
mujer, de tez cobriza y pelo negro, los individuos se expresaban en castellano, pero con acento
extranjero; si bien no observó ningún distintivo o símbolo en sus ropas, recuerda que llevaban
un cinto ancho con hebillas negras posiblemente de metal, y una especie de pulsera grande
también oscura, de forma cuadrangular, no pudiendo asegurar que se tratase de un reloj o de
algún otro aparato que pudiera identificar. El lugar en donde fue sorprendido por los visitantes,
no se encuentra dentro de los circuitos turísticos habituales, resultándole extraño que
preguntaran si la localidad de El Bolsón se hallaba cerca, siendo que se hallaban en dicha
región precisamente. Don Jorge respondió afirmativamente; seguidamente le comentaron que
tenían su vehículo o automóvil a un kilómetro de allí, y querían saber si un puente que se
encontraba cerca de donde estaban era resistente; Don Jorge asintió, y les propuso que
esperaran un segundo a que recogiera sus enseres, que consistían en su escudilla para lavar
oro, un detector de metales y un recipiente con la vianda, que cargaba en su mochila, para
poder hacerles de guía hasta la salida del camino que los conduciría hasta el pueblo.
Ellos no hacen ningún comentario, y cuando él voltea para guardar sus cosas mientras les
dirige la palabra, descubre asombrando al incorporarse que la pareja ha desaparecido de su
lado; mira atónito a todos lados sin ver por donde pudieron haberse ido, carga su mochila al
hombro y se dirige a la carrera hasta el puente de metal, que cruje a su paso y allí toma
conciencia que no ha escuchado ese sonido anteriormente, es decir, en el caso que los sujetos
hubieran pasado por allí, llamándole la atención -nos comenta Don Jorge- que una mujer (al
menos uno de ellos lo parecía) pudiera correr tan rápido. Sin perder tiempo corre con su
mochila a cuesta con un peso no mayor a diez kilos- para él casi nada- hacia el lugar de donde
venía, intentando encontrar a los sujetos o al auto, no pudiendo hallarlos por ninguna parte. En
el camino de regreso hacia el pueblo nadie los ha visto pasar. Don Jorge está seguro de no
haberse quedado dormido y soñar mientras meditaba en su descanso, y dice, que salvo su
familia, nadie cree en su relato. Aunque en el CIFE consideraban a Don Jorge fantasioso,
hemos recogido otros testimonios similares, con lo cual no lo convierte en el único caso de estas
características en la zona. Don Jorge Carranza no afirma que pudieran tratarse de
“extraterrestres”,solo señala su comportamiento extraño. Sin embargo, su señora, sus hijos y él mismo, han sido testigos del paso de ovnis en la región. Estos datos fueron registrados en los archivos del CIFE
en casa de su presidente, nuestro anfitrión Carlos Straub.
Entre los años 1984 y 1986 muchos habitantes de la zona fueron testigos de extraños
fenómenos. Uno de ellos fue el paso de una esfera de apariencia metálica, que reflejaba el
color celeste de la atmósfera, la cual presentaba unas pequeñas aletas, provocando un
apagón, y haciendo saltar la usina eléctrica de la localidad. La misma fue vista desapareciendo
detrás del cerro Piltriquitrón. La famiilia Carranza pudo observar el paso del objeto desde
distintos ángulos desde su propia casa; la señora con su pequeña hija en brazos, observó una
luz que se desplazaba por entre los árboles de su jardín (hoy mucho más altos que en aquel
entonces), desde el interior de la vivienda y a través del mosquitero de la puerta que da al
patio trasero, donde, también, pudo observar la esfera que en un vuelo bastante bajo se dirigía
hacia el cerro. Al mismo tiempo, uno de los hijos que regresaba del colegio pudo ver la esfera
desde la calle en proximidades de su casa. Carranza comenta que la esfera, cuando se
acercaba a la ladera del cerro, ascendió para luego desaparecer detrás del mismo, en dirección
a la localidad de El Maitén, zona donde se ha registrado un caso histórico de ovnis con
ocupantes, ocurrido el día domingo 20 de febrero de 1949 a las 4.45 horas y protagonizado por
un viajante de comercio (cabe mencionar que en el listado o catálogo de casos de "ovnis con
ocupantes" de la Argentina del investigador Roberto Banchs, figura como el primero registrado,
y con la sigla SC, que significa: Sin Confirmación, por tratarse de testigos de existencia dudosa,
anónima o desconocida, dentro de lo que pudo investigar).
El caso de la esfera celeste pudo ser observado por varias personas, incluso un locutor de la
emisora de Radio Nacional fue alertado y éste, asomándose a la calle, pudo seguir el paso de
la misma y relatarlo en vivo a los sorprendidos oyentes. Algunos casos no pasan del rumor ya
que no existen datos suficientes para confirmarlos, de tal suerte un muchacho llamado Jorge
que conocimos de paso en la Feria Artesanal de El Bolsón, quien dice poseer una chacra en la
zona o barrio del Mallín Ahogado, contigua a la clínica "Arbol de la Vida", nos comentó que en
una oportunidad dirigiéndose al pueblo (es decir, el habitante de la periferia de la ciudad
propiamente dicha, como en el caso de Mallín Ahogado que dista del centro aproximadamente
30 kilómetros, utiliza la expresión "bajar al pueblo", aunque no se encuentre precisamente a
mayor altura, ni fuera del mismo, sino lejanos al circuito comercial), con un amigo a pie, cuando
divisaron un objeto oscuro que desde el este se iba acercando velozmente. Próximo a ellos y
pensando que los embestía, se tiraron al piso, observando que el objeto tenía la forma de un
balón de rugby aplanado, de color marrón oscuro, casi negro. El mismo no emitía luz, pero sí
podía percibirse un sonido, un zumbido producido por la velocidad desarrollada, que en
palabras del testigo definió como: "Venía cortando el aire"; el objeto presentaba un borde que
sobresalía de la estructura dividiéndolo por la mitad, pero no pudo apreciar ventanillas ni otros
detalles en su fuselaje. El hecho habría ocurrido a plena luz del día, en horas de la tarde, sin
precisar día, mes o año. Según el informante un paisano vecino de ellos, días después, habría
sido testigo de un hecho similar, quizá en un intento de reforzar su historia, pero no pudimos
saber de sus señas particulares, con lo cual, dichos casos, como dije al principio, sólo engrosan
el archivo del mito popular.
Sin embargo, haciendo un poco de historia, en el mes de enero de 1979 en un viaje de
vacaciones organizado junto a mis amigos Rubén O. Tillous "Pájaro", técnico electrónico y
fotógrafo profesional, y Pablo J. Cegarra, estudiante de psicología por aquel entonces (hoy
doctorado, casado, con hijos y autor de varios libros en su especialidad), decidimos cambiar
nuestro primer itinerario, hacia la región del cañón de Talampaya (que según un artículo de
Eduardo Gudiño Kieffer en la revista Clarín, era un lugar ideal para un "Encuentro Cercano del
Tercer Tipo", título de la película de Steven Spielberg estrenada el año anterior, en clara
referencia a un posible contacto con una nave y tripulantes extraterrestres), por una región
menos calurosa en esa época del año. Así fue que decidimos volver a Bariloche y El Bolsón,
que resultaba igual de expectante en ese sentido.
Días después de nuestro arribo se nos sumarían, procedentes de Buenos Aires, otros amigos y
novias, entre ellos: Leticia Santagata, Jorge Maldonado y Marcela Capeloni. Ricki Pozo y
Leonor, su mujer, también porteños, quienes residían desde un tiempo atrás en El Bolsón,
habían sido miembros del staff de una revista cultural, que nos aunaría a todos por algunos
años, la gloriosa : "Popol-Vuh" (revista subterránea), donde volcábamos nuestras inquietudes.
Una vez en El Bolsón, fuimos invitados a hospedarnos en la casa de Celia y "Bocha Barret", ex
caseros del Camping Municipal de Río Azul, en donde los habíamos conocido dos años antes,
quienes estaban al tanto de nuestro interés en ufología y fenómenos paranormales. Éstos, por
esa época del año, estaban gozando de sus vacaciones y junto a sus hijos y un grupo de
chicos amigos, habían decidido acampar en las proximidades del Lago Puelo, que pertenece al
Parque Nacional "Los Alerces", distante a unos quince kilómetros del paralelo 42, límite entre
las Provincias de Río Negro y Chubut. Nos invitaron a unirnos al grupo, y allí conocimos a
Alejandro Ciarlo, "Jani", cuyo hermano, el Ing. Agrónomo Francisco Ciarlo, se desempeñaba
como Director del Servicio Forestal Andino; Alberto Almeida, residente de El Bolsón, cuya
familia era propietaria de la ferretería Casa Funes; Marta Pastorino y su hermano Francisco
"Pancho", familia tradicional de la región, concesionarios de Citröen y dueños del taller
mecánico "La Técnica"; Federico Lister "Fricky", Marilú y otros, todos residentes de la zona.
La noche del 20 de enero de 1979, junto a nuestros amigos recién llegados de Buenos Aires y
los allí presentes, fuimos testigos de sucesos inolvidables.
Cuando comenzó a oscurecer, alrededor de las 22 hs., nos reunimos en torno a un fogón, que
en un claro del bosque iluminaba y calentaba a los sones de una guitarreada, improvisada por
mi amigo "Pájaro", Celia y Bocha, anfitriones del campamento, entre mate y mate amenizaban
la velada con anécdotas de nuestra estadía en años anteriores, comentándoles a los chicos
que nosotros éramos "amigos de los marcianos", aunque ellos nunca habían tenido
oportunidad de ver ovnis junto a nosotros, ni en todo el tiempo que hacía que residían en El
Bolsón, con lo cual, dicho tema se lo tomaban a risa, o con cierto escepticismo.
Broma va, broma viene, observando un cielo espectacular tachonado de estrellas en ese claro
entre los árboles, podíamos apreciar el paso de meteoros denominados vulgarmente "estrellas
fugaces", lo cual despertó la curiosidad de los allí presentes, detectando además el paso de
satélites artificiales que periódicamente circunvalan la atmósfera terrestre. Así al rato todos
miraban detenidamente esa porción de cielo sobre nuestras cabezas, donde puntitos luminosos
como pequeñas estrellas surcaban el firmamento de norte a sur, de sudoeste a noreste y desde
otras direcciones que, poco a poco y dada la gran cantidad de los mismos, llamaron
poderosamente nuestra atención.
En una oportunidad, dos puntos luminosos se desplazaban paralelos de sur a norte y en el
cenit de nuestra visual, uno de ellos se detuvo e invirtió su trayectoria (¡!), lo cual provocó el
asombro de todos los allí reunidos, generando espontáneamente la pregunta: ¿Los satélites
dan marcha atrás? Ninguno tenía la respuesta. Otros presentaron cursos erráticos y por la
ansiedad por ver más y con menos obstáculos, decidimos trasladarnos unos cuantos metros
hasta la orilla del Lago Puelo, donde no hubiera árboles que dificultaran la visión.
El lago tiene un largo de 15 kilómetros hacia el sur, donde, majestuoso, se eleva el Cerro Tres
Picos, considerado sagrado para los mapuches; nosotros nos encontrábamos ubicados en un
ángulo donde se forma una curva hacia el oeste del mismo, aproximadamente a 10 kilómetros
de donde se une con el lago inferior o interior, que marca el límite con Chile en el último tramo
del Lago Puelo.
Ahora ubicados de cara al lago y mirando hacia el sur, vimos venir en línea recta atravesando
la bóveda celeste, un punto luminoso similar a los otros observados, que se dirigía derecho
hacia otro punto de mayor tamaño, posiblemente una estrella de la magnitud de Sirio o similar;
siendo un satélite no podría de ninguna manera pensarse que tal trayectoria llevara un "rumbo
de colisión con una estrella", la lógica y las distancias no permiten que esto pueda ser
apreciado a simple vista, aunque el comentario en forma de chiste fue la ocurrencia del
momento. Fue entre risas que lo insólito ocurrió en el momento en que el objeto que llamaremos
satélite, iba a eclipsar a la "estrella", esta última se corrió a un costado dando paso al
mismo, para luego volver a ocupar su lugar anterior. Esto fue el prólogo de un "festival" de
luces que se avistaron por dos noches seguidas en el mismo escenario.
Cuando todavía nos hallábamos comentando lo observado y sin salir del asombro, fuimos
nuevamente sorprendidos por un foco luminoso que desde el oeste, es decir desde el lado
chileno, se iba acercando y agrandándose a medida que avanzaba. Nuestra mente racional
nos decía que debía tratarse de un avión, tal vez un vuelo nocturno desde Esquél a El Bolsón,
o Bariloche, aunque no era lo habitual por aquella época y alrededor de la medianoche, dado
ciertos conflictos con Chile, que habían generado un clima de guerra virtualmente posible. Aún
así parecía lo más lógico, hasta que el foco luminoso se acercó lo suficiente como para tomar
conciencia que lo observado, no se parecía en nada a las luces de un avión, no se escuchaba
el sonido de sus motores, ni el del rotor de un helicóptero, convirtiéndose en un globo o esfera
luminosa resplandeciente, del tamaño de una luna llena o de una pelota de fútbol número 5,
observada a un metro de distancia; quedó estática o ingrávida en el espacio, encima del Lago
Puelo, pudiéndola observar en un ángulo de 45 grados y por debajo de las siluetas de los
cerros que bordean el lago, y que están por debajo de los 2.000 metros. Ningún sonido se
percibía en esa noche fresca, que nos diera un indicio de qué era aquello que observábamos,
cuando de pronto desde esa masa luminosa surgió otra similar pero más pequeña,
desplazándose a un costado dejando una estela blanco celeste, como si de un láser se tratara,
entre una y otra, para luego desvanecerse dejando las dos esferas enfrentadas, las cuales
presentaban un movimiento palpitante, que en ese momento interpretamos como una señal
similar a la que realiza un automovilista cuando "sube y baja" los faros en la ruta, para llamar la
atención del que viene de frente; al instante las esferas salieron disparadas en sentidos
contrarios, una hacia el Oeste -la mayor- es decir hacia la Cordillera y la otra hacia el Este, o
sea hacia el interior del Continente, o bien rumbo al Océano Atlántico, dejándonos sin habla. Si
bien no tomamos el tiempo de duración, ya que fue una sucesión de hechos que surgieron
desde el inicio del fogón, podemos conjeturar que lo último habrá durado escasos minutos,
considerando el trayecto de la fuente lumínica por encima de los 15 kilómetros a lo largo del
lago, y un total de dos horas como máximo para todos los fenómenos observados esa noche.
Recreación artística de la experiencia OVNI del autor junto a un grupo de testigos frente al Lago Puelo (1979)



 En los días previos a este hecho, precisamente entre el 17 y el 19 de enero de 1979, durante
el viaje en tren desde Buenos Aires a Bariloche, y cuando se acercaban a la ciudad de Bahía
Blanca, el Licenciado Jorge Maldonado observa una fuente lumínica que se desplaza paralela
al tren, en horas de la noche, cuyas características lo inducen a pensar que se trata de un
fenómeno anómalo, es decir que no sería un avión u otro aparato convencional, decide alertar
a su novia Marcela y su amiga Leticia, que se encontraban en el salón o coche comedor.
Cuando el convoy está tomando una curva que las vías férreas dibujan sobre el terreno, Jorge
y las chicas pueden observar desde las ventanillas, que el objeto luminoso sobrevuela el tren,
ubicándose al otro lado, pudiendo compararlo con la Luna que ocupa otra posición, el objeto
sigue siendo divisado hasta que ingresan a la localidad de Bahía Blanca, donde las luces de la
ciudad hacen prácticamente imposible distinguirlo. Una vez reanudada la marcha intentan
localizarlo, pero el objeto luminoso ha desaparecido. En años posteriores he recogido
testimonios de primera mano de avistamientos de OVNIS en el Lago Puelo durante 1988, como
el caso de la esfera plateada que observó salir debajo del mismo, el amigo José Aníbal Peltre.
En las reuniones del CIFE comentaban que alguien habría visto salir una esfera metálica del
interior del lago, la cual se elevó por el aire para luego desaparecer, pero no constaban en sus
archivos los datos pertinentes. En un boletín local del que poseo una fotocopia de una de sus
páginas, en un artículo publicado por el Sr. Sergio Zárate se lee lo que sigue:
"El día 3 de julio de 1984, muchos habitantes de El Bolsón, Bariloche, y distintas poblaciones
del país y en Chile, presenciamos, con algunas variantes, un fenómeno que pasaré a detallar
como testigo presencial y enriqueciéndolo con aportes de gente que lo vio, desde otros lugares,
por ejemplo desde el Cerro Piltriquitrón. Yo lo observé desde la Biblioteca local. Aproximadamente
a las 19.35 horas se comenzó a ver una nube circular clara, se calcula a 4.000
metros, a la altura del Cerro Morrudo -próximo a la Roca del Tiempo- y tenía una luz en el
centro, la nube se desplaza a velocidad mediana en dirección sur-norte, al tiempo que su
centro más luminoso se movía en igual sentido, emitiendo un cono con base hacia el sur, a la
altura del Cerro Lindo la luz comenzó ya a salir de la nube, hasta quedar iluminándola, el color
era blanco azulado. A la altura del Cerro Hielo Azul comenzó a virar tomando dirección
aproximada oeste-este, es decir se acercaba hacia nosotros, al mismo tiempo que, debido a
esto, crecía aparentemente de tamaño y casi habían desaparecido el cono y la nube circular.
Luego volvió a tomar dirección sur-norte y se fue dispersando, girando sobre un eje central,
haciéndose cada vez más grande, formándose un círculo negro en el centro, para desaparecer
todo el fenómeno detrás de una nube negra, eran entonces aproximadamente las 19.40 horas".
"No es la primera vez que observamos un fenómeno similar -aclara Sergio Zárate-, se vio algo
parecido en Abril del mismo año, y en septiembre de 1983, cuando apareció durante algunos
días". "Desde mi opinión -agrega- no cabe ningún lugar a dudas que hemos presenciado el
vuelo de un OVNI...". Luego continúa con algunas disquisiciones sobre el Universo y la
posibilidad de la vida extraterrestre, se plantea algunas dudas, y concluye que aunque existen
fraudes, algo de realidad hay en torno a esta cuestión; acompaña la nota con una ficha técnica,
donde comenta que algunos testigos observaron el fenómeno de color anaranjado, y que el
estado del tiempo era fresco, despejado con pocas nubes y la Luna se veía en cuarto
creciente. Un croquis y una foto ilustraban el artículo de este boletín.
Entre los años de 1986 y 1987, poco antes de nuestra llegada a El Bolsón, todavía se reunían
en una de las márgenes del Río Quemquemtreu, próximo a Lago Puelo, un grupo contacto que
recibía directivas de la Misión RAMA, la cual se había originado en Lima, Perú, en el año 1974,
en el seno de la familia Paz Wells. Las reuniones se realizaban dentro de la propiedad de
"Yuyo" Di Pascuale, que prestaba sus instalaciones, donde algunos miembros que habían
pertenecido al CIFE, ahora oficiaban de "canales o antenas", en la jerga ufológica, para la
recepción de mensajes extraterrestres, según aseguraban. Esto produjo la ruptura del CIFE,
que no compartían esta modalidad, por considerarla una aberración en el campo de la ufología
racional, no por que negaran la posibilidad de un contacto con una civilización extraterrestre,
sino por que dudaban de la honestidad de aquellos que se autoelegían en embajadores
celestes, por no hablar de su salud mental. Aunque esto no pasó de una moda, los restantes
miembros del CIFE mudaron su lugar de reunión a la casa de Don Pedro Korchenewsky, que
supo ser colaborador de "Cuarta Dimensión", la revista de Fabio Zerpa y ONIFE; allí asistían
también la señora "Mimi" Belanger (a quien conocía personalmente desde el año 1975, siendo
una de las personas más y mejor informadas de la temática ovni por aquellos lares), la Sra.
María Elena de Gueidú, maestra de escuela primaria y secundaria en las localidades de El
Bolsón y Hoyo de Epuyén, el matrimonio Campos del Mallín Ahogado, Carlos Straub y su mujer
Alicia, entre otros que iban y venían; a una de estas reuniones fuimos invitados, donde
comentamos nuestras inquietudes e hicimos partícipes de la misma, a una pareja de amigos
residentes de Bariloche: Juan Carlos "Banqui" Lotito y su mujer Gloria, quienes estaban
interesados en temas afines y en adquirir unas parcelas de tierra en la zona.
Según informes que nos llegaron por correo una vez de vuelta en Buenos Aires, para
noviembre de 1989 esperaban la visita a El Bolsón de Sixto Paz Wells, líder de Misión Rama en
el ámbito mundial, para la formación de un nuevo grupo Rama, cuestión ésta que como
veremos más adelante, tuvo su repercusión en años posteriores.
En el verano de 1989, me hallaba trabajando en el diario “El Cronista Comercial” y junto a mi
compañero de sección, el amigo Jorge Gómez, decidimos organizar nuestras vacaciones
juntos, ya que no sólo compartíamos la afinidad de estos temas, sino del gusto por el turismo
aventura y de la localidad de El Bolsón especialmente, ya que ambos la conocíamos. Así, para
la segunda quincena del mes de enero, estábamos pisando aquellas regiones.
Fue tanto el entusiasmo de Jorge Gómez después de aquel viaje, que a su regreso a Buenos
El autor acompañado de Jorge Gómez, en El Bolsón de los Cerros
Aires renunció a su trabajo en el diario y junto a su novia Mónica, se fueron a vivir primero a
Bariloche y luego a El Bolsón. En una carta fechada el 19/12/1989 y despachada el día 21,
Jorge Gómez me cuenta que el día 16 de diciembre de 1989 se reportó el paso de un ovni en
la zona, según Gómez en su informe: un hombre que trabaja en el Instituto de Forestación
Nacional (IFONA) -conocido de María La Paz, ex mujer del bombero Eduardo La Paz- del cual
se reserva el nombre, habría sido testigo del avistamiento de un ovni sobre el Cerro Motoco o
Blanco, que baja de la cordillera y se une al Río Azul en el camino del Puelo, es decir, a unos
cinco kilómetros del paralelo 42, y a nueve kilómetros del Lago Puelo; el objeto que pudo
divisar era de forma lenticular, de color metálico, viéndolo en detalle ya que se mantuvo
suspendido durante cuatro horas (¡!), a plena luz del día, entre las 14.00 y 18.00 horas. El
testigo olvidó llevar en esa oportunidad su equipo de radio-comunicación, no pudiendo avisar ni
compartir con nadie tal suceso. 
Posteriormente en una carta fechada el 14 de agosto de 1990, Carlos Straub me informa de
hechos insólitos que tienen por protagonistas a la familia Carranza. Así Don Jorge Carranza, o
bien alguno de sus hijos, le muestran a Straub una escultura realizada en una pieza pétrea de
color verde, supuestamente hallada en una excavación en el faldeo del Cerro Piltriquitrón, de
aproximadamente 30 centímetros de alto, no brindándose más detalles de la misma en cuanto
a forma y contextura. No se descarta la posibilidad de un fraude, pues el hecho no trascendió y
ante mi requerimiento sobre más información, el asunto se tapó.
En otra oportunidad, Don Carranza relató al CIFE que trabajando para una Compañía
Americana en la búsqueda de oro, en la región del Río Turbio, al sur del Lago Puelo, se vio
sorprendido ante el espectáculo que ofrecía cierta luminiscencia fosforescente en el bosque en
el cual se hallaba.
La imagen que le vino a la mente, fue la semejanza de una ciudad de noche con las luces
encendidas; se acercó y tomó un trozo de madera de uno de los árboles que despedían ese
extraño brillo, y luego lo llevó al CIFE, quienes a su vez lo enviaron a la Comisión de Energía
Atómica de Bariloche para su análisis. La respuesta al enigma del bosque fosforescente, se
resolvió como cierta clase de hongo o bacteria de origen desconocido, que ataca a este tipo de
árboles, siendo tal vez una variedad aún no clasificada.
A esto debemos sumarle otra curiosidad, según Osvaldo Carranza, que se registra en dicha
zona. Se trataría de cierta anomalía magnética que afecta u obstruye el funcionamiento de
artefactos eléctricos, como linternas, grabadores, o walkman, que funcionan a baterías o pilas,
recobrando su funcionalidad una vez alejados de ese campo de energía invisible.
Según Carranza, en este lugar las brújulas enloquecen y además ocurriría otro fenómeno aún
mas extraño todavía: "El sol no proyecta sombras" (SIC). Obviamente, la única posibilidad que
se nos ocurre para que esto suceda, es que el Sol hallándose en el cenit, o sea en la vertical,
haya despistado al excursionista en cuestión, pues es sabido que en ese caso un objeto o
persona no proyectaría sombra alguna; vaya uno a saber (!).
Para completar el panorama, se comenta que en esa región no sería extraño encontrar un
yacimiento de diamantes, o ver aflorar pirámides de cristal de cuarzo verde, o toparse con un
arco o portal de piedra de origen natural, que la leyenda mapuche atribuye como entrada a la
Ciudad de los Césares.
En el mes de agosto de 1995, se desató lo que suele llamarse una "oleada ovni" por todo el
país, siendo el eje o disparador que acaparó la prensa tanto nacional como extrajera, el
avistamiento denunciado por el piloto de Aerolíneas Argentinas, Jorge Polanco y los pilotos
Cdtes. Cipuzak y Gaitán de Gendarmería que en ese mismo instante sobrevolaban sobre la
nave de Polanco, por sobre el Aeropuerto Internacional de San Carlos de Bariloche, esperando
pista para aterrizar. El hecho llamó la atención dado que en la ciudad misma y en el aeropuerto
(que posee un grupo electrógeno de emergencia), se registró simultáneamente un apagón
eléctrico que sumió a Bariloche en la total oscuridad.
La oleada continuó por la provincia de Río Negro y antes de finalizar agosto, primero el viernes
11 y luego el viernes 18, en la localidad de Cutral Co y simultáneamente en El Bolsón, fueron
avistados fenómenos aéreos luminosos o bien ovnis.
La noche del viernes 18 de agosto (como dijimos), la localidad de El Bolsón volvió a tomar
protagonismo, ya que muchos pobladores detectaron una luz intensa que parpadeaba y
cambiaba de colores (al blanco, verde y rojo), ubicada en dirección sur, sobre el Lago Puelo.
El fenómeno fue visible durante toda la noche y se registraron otras luces sobre el cielo en
dirección Norte, que (según el diario "Río Negro”), alentaron las ilusiones de los amantes de los
ovnis.
"Un camarógrafo de la localidad filmó secuencias de la luz, que se mantenía extática y en la
cinta es posible apreciar una secuencia lógica de cambio de colores. El objeto que aparece en
la filmación cuenta con un núcleo de color negro, una potente luz a la izquierda y se adivina un
halo tenue con forma oval. El acontecimiento, que fue alertado por el Canal 4 de Cablevisión
Sur, pudo observarse desde las 20 horas aproximadamente. Las cámaras fijas sobre trípodes
registraron un desplazamiento lento hacia la izquierda del observador".
Por supuesto, como en todos los casos, se intentaron explicaciones razonables para dicho
evento, barajándose todo tipo de hipótesis, como por ejemplo, que lo visto podría tratarse de
una supernova que había explotado hace millones de años, recibiendo recién los instantes
finales de su muerte, o incluso algo más simple, como que en realidad se tratase de una
estrella muy luminosa en aquella época del año, cuya luz se distorsionaría provocando tal
efecto visual.
Los que fueron testigos del hecho, recordaron un avistamiento de ovnis en El Bolsón ocurrido
en 1984 (del que ya dimos cuenta), cuando gran parte de la población divisó lo que sería "una
flotilla de naves extraterrestres" que avanzaba hacia el Cerro Lindo para luego desplazarse a
velocidades inéditas y desaparecer en el firmamento".
Hace un tiempo hablaba con el investigador de ovnis, Jesús Roberto Rovere, quien fuera uno
de los fundadores de la FAECE (o sea la ex Federación Argentina para el Estudio de la Ciencia
Extraterrestre) de Rosario, que además organizó el Congreso de Mendoza de 1981, donde
visitó por primera vez nuestro país el Dr. Joseph Allen Hyneck (padre de la Ufología Científica
mundial), al que tuve la suerte de conocer al año siguiente en el Congreso de la FAECE en
Rosario, y recordábamos aspectos y anécdotas de la famosa Estancia "La Aurora", en la
localidad de Salto, Uruguay. Dada su amistad con el dueño de la estancia, Don Angel Tona,
"Tonito" para los amigos (Rovere vivió mucho tiempo en Posadas, Misiones; no muy lejos de
Uruguay), conoció de cerca todos los entretelones de las experiencias reales e inventadas (a
veces con el consentimiento del dueño del campo) sobre la casuística ovni. Un rumor da cuenta
que por allí habría pasado el astronauta Neil Armstrong (tal vez por haber estado en la Cueva
de los Tayos en 1976) ahora en calidad de ufólogo, y por aquel otro rumor que lo hacía testigo
de ovnis o naves espaciales que lo acompañaron y lo vigilaron mientras alunizaba.
Muchos autores extranjeros de libros sobre ovnis dan cuanta de esta historia, y casi todos los
ufólogos vernáculos lo han reproducido en sus libros y revistas. Hace un par de años, la revista
especializada en el fenómeno ovni que publicaba el Diario Crónica de la capital porteña,
reprodujo un reportaje que le hiciera la edición "en los lagos" del diario "La Mañana del Sur", a
un empresario radicado en El Bolsón de nombre Juan José "Chiche" Caro. El empresario dice
tener en su poder una grabación realizada por el astronauta norteamericano Armstrong, en la
estancia La Aurora, con sonidos presuntamente emitidos desde platos voladores. Dicha
grabación, que es una de tantas copias que le hiciera llegar "el contactado" Edgardo Marranti, y
que fuera difundida por el FUPEC (Fundación para el Encuentro Cósmico de Dante Franch),
entre otros grupos contactistas, no son otra cosa que un cassette elaborado a partir de un disco
de efectos especiales utilizados por los disc-jockeys (ahora DJ), con la utilización de
sintetizadores. Esto es así porque tal disco con los mismos sonidos repetidos una y otra vez,
fue descubierto por Julio Piaggio, un amigo ufólogo, que incluso alertó a los desprevenidos
escuchas sobre éste hecho. Este podría ser el caso del Señor Caro, pero nadie quiso perder la
ilusión de seguir oyendo los "sonidos del espacio".
Cuando le pregunté a Rovere qué había de cierto sobre la visita de Neil Armstrong a La Aurora,
me dijo que el Sr. Tona le había mostrado como prueba, una carpa de un modelo que él
consideraba, no existía en el país o no podía ser conseguida, con el escudo de la NASA y el
nombre del astronauta en la misma.
Para alguien que quiso pasar desapercibido, ya que ninguna fotografía muestra su visita al
Uruguay, y mucho menos en la Estancia La Aurora, al lado de su "orgulloso" dueño o junto a
algún afamado ufólogo, hubiera sido un compromiso dejar tal evidencia (por otro lado, fácil de
falsificar), lo cual como es de suponer, no se trataba nada más que de un rumor, como lo
afirmaba el investigador Uruguayo Milton Hourcade (residente en U.S.A.), a quien consulté
sobre el particular, un hecho improbable, que intenta dar prestigio y una cuota mayor de
misterio a ese paraje, que en su momento fue una "zona ventana", y que tal vez su dueño y
algunos interesados no querían que dejara de serlo, generando un lugar de culto a los ovnis, y
explotar convenientemente su peregrinación.
No dudo que el señor Juan J. Caro, como muchos otros entusiasmados por el fenómeno ovni,
de buena fe han aceptado estas "pruebas materiales" que les acercan otros entusiastas que
creyéndose "contactados" imparten las enseñanzas de los "Hermanos del Espacio". Y lamento
no haberlo conocido personalmente, ya que desde mediados de los años ‘70 he vivido y
visitado El Bolsón, como consta en este libro y en el Mallín Ahogado, en lo de mi amigo Alberto
Fernández Ongaro, en su "casa de diez pinos" (bautizada así por una canción del grupo
“Manal”), donde he pasado varias noches, durante meses, escrutando el cielo, con la
esperanza de volver a ver lo que sé que existe, y no porque me lo han contado.
En cuanto a Marranti, Dante Franch, Francisco Chechi, Sixto Paz Wells y tantos otros, a todos
los conozco, y no es mi intención aquí levantar opinión sobre sus dichos o "verdades
reveladas"; cada uno sabe, o cree que sabe. Todos los inmersos en esta temática formamos
parte del Mito, ya sea voluntaria o no nuestra participación.
Lo importante, más allá de lo anecdótico, es que seamos honestos con nosotros mismos si es
que buscamos por sobre todas las cosas, la verdad, una Verdad que para mis amigos, los fans
de los Expedientes Secretos X (The X-Files), sin duda "está ahí afuera”.

Se puede leer el primer capítulo de AUSTERRIA  aquí 
y su continuación aquí


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Sobre el Autor
Javier Eduardo Stagnaro, nace en Buenos Aires el 12 de agosto de 1954. Realiza estudios
primarios en la Escuela Nº 1 del C. E. 1ª Onésimo Leguizamón y en la Escuela Juan José
Castelli. Estudios secundarios en el Colegio Nacional D. F. Sarmiento y en el Colegio Nacional
Manuel Belgrano. Con el ciclo básico ingresa en la Escuela Nacional de Bellas Artes: “Manuel
Belgrano”. Todos los mencionados establecimientos, situados en Capital Federal. Se desempeña
como artista plástico en múltiples actividades. Su curiosidad innata lo lleva a incursionar
desde su adolescencia en la exploración de la naturaleza como miembro del Movimiento Scout
Argentino (I.N.S.A.). En éste período se interesará por la Carrera Espacial y la Literatura de
Anticipación (Ciencia Ficción), la Historia, la Arqueología y la Antropología. También incursiona
en el estudio e investigación del fenómeno OVNI y la Parapsicología. Posteriormente cursará
estudios de Radiestesia y Geobiología, elaborando un audiovisual sobre Piramidología que
presentará en distintos Institutos de enseñanza privada del país. En 1974 conoce al Profesor
en Parapsicología y Ovnilogía, Pedro Romaniuk, con quien colabora realizando ilustraciones
para algunas de sus obras. En 1976, con el grupo Maran-Athá, se afinca en la localidad de El
Bolsón, Prov. de Río Negro, donde establecen una filial del I.C.I. (Instituto Cosmobiofísico de
Investigaciones Paranormales, Extraterrestres y Atómicas) dirigido por el citado Romaniuk.
Incursiona en el periodismo gráfico y en la publicidad. En 1980, junto a un grupo de amigos,
edita la “Revista Subterránea: “Popol-Vuh” (prensa underground), donde se destaca como
ilustrador, a la vez que incursiona como cuentista y redactor, convirtiéndose en uno de los
medios más originales y elaborados del periodismo alternativo e independiente de aquellos
años, dentro de un período muy significativo de la Historia Nacional. En 1989 ingresa en el
Diario: “El Cronista Comercial”, y en la Agencia publicitaria: “Planeta”. En Radio (FM), se
desempeña como productor, entrevistador y conductor de programas desde 1982; y llega a
ejercer el cargo de Director ejecutivo, comercial y artístico de FM “Aloha” de la localidad de Villa
Gesell, en la provincia de Buenos Aires, entre 1990 y 1994, al margen de participar como
columnista e invitado en varias emisoras del país hasta el presente. Desde 1982 participa como
disertante sobre el fenómeno Ovni en Congresos Nacionales e Internacionales de Ufología. Es
convocado para participar como panelista en programas televisivos, en calidad de ufólogo,
desde 1987. Es autor de la Revista (Boletín Ufológico): “OVNIS / UFOS: ARMAS SECRETAS”
y “GENIOS PRECURSORES” (1989-1997), donde documenta los proyectos aeronáuticos de
naves discoidales desarrolladas en nuestro planeta a lo largo de la historia, siendo uno de los
primeros trabajos monográficos de habla hispana en esta especialidad, editadas en Capital
Federal (dicho material y otro de archivo que posee, conformarán un próximo trabajo editorial).
Desde 1987 es miembro del Centro Argentino de Espeleología (C.A.E.), habiendo participado
en diversas expediciones a cavernamientos en la Cordillera de los Andes de la República
Argentina, donde ha realizado además, estudios en todas las disciplinas de su interés. En 1988
participa como panelista especializado en tema ovni, en la entrevista al Prof. Pedro Romaniuk
en el programa:”El Pueblo Quiere Saber”-(El Misterio de los Ovnis)-conducido por los
periodistas Lidia Satragno ”Pinky” y Lucho Avilés para el canal Crónica TV.(dicho programa se
ha repetido alo largo de los años siendo su última edición en Marzo de 2011).
Entre 1990 y 1994, asiste regularmente a las reuniones de investigadores del fenómeno OVNI
(R.I.F.O.) que venían realizándose desde 1989 en el tradicional café Tortoni, sito en Av. de
Mayo 825, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, donde comparte sus investigaciones
con destacados estudiosos del país y del exterior que han visitado la Argentina. En 1994 es
invitado a ingresar como miembro activo a la Comisión de Estudios de Fenómenos Especiales
(C.E.F.E.), dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación Argentina, patrocinado por el
CITEFA (Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas), en
calidad de investigador del fenómeno OVNI, archivista y Relaciones Públicas con el
Periodismo. Luego de disuelta la Comisión de Estudios de Fenómenos Especiales en 1997, es
convocado por el periodista Jorge M. Iglesias y el investigador amigo Asdrúbal Acosta para
integrar el llamado “Club del OVNI”, en calidad de secretario. El Club del Ovni, una iniciativa del
Sr. Iglesias, surge a partir de la publicación de un suplemento del diario Crónica de Capital
Federal, titulado: “Crónica del fenómeno OVNI”, que se distribuía gratuitamente con el
periódico, a partir del año 1998, realizando sus reuniones -después de su inauguración, el 5 de
octubre del 2000 en el histórico Club del Progreso- en el pintoresco café Tortoni, que en
diversas ocasiones y en años anteriores, le había cedido un espacio a la difusión de dicha
fenomenología. Tras la jubilación del Sr. Iglesias, en el mencionado diario y su renuncia como
presidente del Club del O.V.N.I., ésta entidad civil canceló sus actividades a fines de marzo del
348
año 2001. Como conductor-entrevistador (G.E.T.), participa en el programa: “Guías Extraterrestres”
-luego: “Guías Argentinas”- para el Canal de Cable: “Infinito”, en el año 2002.
A partir de ese momento continúa sus investigaciones de forma independiente. En el año 2000
pone por escrito gran parte de sus experiencias personales relacionadas con el estudio e
investigación del fenómeno ovni, sus prácticas espeleológicas y documentación relacionada
con el mundo subterráneo, pero decide por circunstancias adversas suspender la publicación
de los mismos hasta encontrar el momento oportuno. Es así que “sin prisa y sin pausa”-como le
gustaba decir a Goyén Aguado cuando trabajaba en su biografía del tenor Florencio Constantino,
obra que le llevó treinta años de su vida- fue acrecentando la documentación y los
recuerdos relativos a los pormenores de la exploración subterránea del continente americano.
Los últimos diez años a partir de la redacción del cuerpo principal de dicha obra, han depara-do
algunas sorpresas interesantes en esta línea de trabajo. Forma parte de algunos foros y grupos
de intercambio sobre casuística OVNI, y participa activamente desde el año 2007 de la Rueda
de Investigadores del Fenómeno OVNI de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (R.I.F.O II),
hasta el año 2010, en que ésta se disuelve para dar paso a la R.A.D.I.O (Red Argentina de
Investigadores de Ovnis). En octubre de 2010, es convocado por los investigadores, Bibiana
Bryson y Esteban Von Frigan, (ex- C.E.F.O.R.A) a participar como disertante sobre la temática
del Mundo Subterráneo y La Cueva de Los Tayos, en el Primer Simposio Internacional de
Exopolítica y Ufología. En el mes de noviembre, a instancias del investigador ovni Adolfo
Gandin Ocampo (C.E.F.O.R.A -R.I.F.O II) participa como invitado del programa televisivo
“Informadísimos”, en el canal de cable Magazine, para informar sobre las experiencias
consignadas como “Visitantes de dormitorio”, una variante de Encuentros Cercanos del
3er.Tipo (E.C.III), donde las víctimas denuncian haber sido secuestradas o abducidas por
supuestas entidades alienígenas. En febrero de 2011, es reporteado por el periodista
Sebastian Aranguren del Diario Popular sobre la relación de la Cueva de las Brujas en
Malargüe, Mendoza, Argentina con la Cueva de los Tayos, en Morona-Santiago, Ecuador, de la
que da más detalles en su obra dedicada a los Mitos y Realidades del Mundo
Subterráneo:”Austerria: Los Túneles de Agharta en América”. En el mismo mes es entrevistado
para el programa radial “Carrozas de Fuego” de Fm Model, de Monte Grande, por el periodista
Jorge Muñoz donde brinda información sobre espeleología y fenómeno ovni.
En la actualidad se encuentra abocado a la realización de otros proyectos editoriales
relacionados con el origen de los platos voladores y su injerencia en la cultura popular.




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