Una sombra siniestra se extendió aquella madrugada,
una sombra que oscureció el país y pretendió anularnos la memoria.
Las altivas “fuerzas”, en nombre de de Dios , de la nación y el orden
desplegaron sus garras para arrancarnos las ideas y adormecer nuestra conciencia.
La “reorganización” empezó y nadie podía saber que era el comienzo de uno de los procesos más ruines de nuestra historia; el pueblo se fue sumergiendo en el miedo que luego dio lugar al espanto.
La espada del verdugo se lanzó contra todos, sin diferenciar el sexo, la clase social, la ocupación , la edad, y trato de enmudecer así las voces de aquellos que pensaban diferente, pretendiendo sepultar en este suelo las ideas de igualdad, de democracia, de justicia , de libertad.
La sangre derramada en nuestra patria rego la tierra, he hizo germinar la semilla de la resistencia.
Las voces de “las madres” que clamaban por sus hijos, sus nietos; nuestros desaparecidos se fueron multiplicando.
El apabullante festejo de un gol no logro ocultar la realidad que pateaba duro a los argentinos: la creciente pobreza, el aumento de la deuda y centenares de jóvenes marchando hacia las islas.
Sí, nos desgarraron un pedazo de historia, quisieron quitarnos la identidad, pretendieron deformarnos la memoria.
Pero ni la ardiente hoguera de la censura, ni el punzante dolor de la picana, ni la proscripción, ni la soledad del exilio pudieron silenciar nuestro ser que hoy grita a viva voz que seguiremos luchando por la justicia, porque la verdad ha sido revelada, está en nosotros encarnada y no podrán callarla ya Nunca Más!!!!!!!!!!!!!
Mariel Cuello
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