Ernesto Cabrejo |
La Baskonia presenta un trabajo del señor Ernesto Cabrejo,
colaborador desde nuestros comienzos, profundo conocedor de un vasto temario que abarca mitos, leyendas, historia, relatos y comentarios acerca del imperio incaico y de las implicancias que ciertos estudiosos del tema, le conceden.
-Papi!...Papi!...
-Quéeeeeee!- contestó malhumorado el padre, dejando a un lado el diario ante lo que creía una "molestia".
-Papi... ¿qué quiere decir ingeniero sideral?
-Tienes cada pregunta, nene...!
-Y tú, tienes cada respuestas...!-terció la madre.
-Entonces, contéstale tú!...-dijo el padre
-Yo estoy mu ocupada...!
-No se enojen por tan poca cosa-dijo el niño- solo quería saber si conocían esas dos palabras, porque les voy a contar un cuento...Escuchen...
Un Ingeniero Sideral llegó a la Tierra, con su familia, donde pensaron encontrar seres pensantes, pero se chasquearon porque sólo hallaron unos feos animalitos (1), a los que se propusieron hacer útiles en un tiempo prudente (lo que Natura hubiese hecho en largos períodos) .
Este ingeniero y sus hijos, cultivaron arboles frutales para el sustento, hicieron canales para traer agua de los deshielos, seleccionaron combustibles, analizaron minerales, atrajeron-con sonido- a la hermosa e inteligente fauna marina, en plena selección natural. Por medio de colores, se relacionaron con los pájaros, con palabras graves domesticaron a las fieras, las que -mansas- correspondían con sus servicios a tan magnos Señores. Pero, por sobre todo, construyeron hermosos pueblos, con escuelas confortables para sus seres humanizados.
Miríadas de siglos habían transcurridos, cuando una violenta transformación geológica hizo añicos edificios y monumentos, destrozando los hermosos pizarrones donde se enseñaban símbolos a los educandos
Todo fue confución, murieron muchos y los hermanos se disgregaron, sucediéndose edades tras edades. Pero, como siempre acontece, empezó a contarse la historia. Los que se salvaron en el Sud, creyeron que estaban en el Norte, y los que estaban en el Norte, aseguraban que estaban en el Sud. Ambos, si, huyeron durante mucho tiempo de los rayos del sol-¿por qué?- y se cubrían la cabeza con un casco rojo. Después, se fueron olvidando, embruteciendo, se pelearon, se volvieron envidiosos, haraganes, codiciosos, "valientes", ladrones, y lo peor, egoístas.
Con el transcurso del tiempo, se identificaron, unos como arios, los otros como hiperbóreos. Los dos añoraban sus antiguos lares: Austerria para estos, Oausterland para aquéllos. En su memoria racial se conservaba el recuerdo de Mayllyam y Allman, existiendo hasta la fecha estos hermanos, separados por un gran abismo.
Quedan, si, como relicario, el nombre de muchos lugares en su bello y común idioma, deformado por el tiempo: Chum-ram, Nina, Kala, Ur, Tiky,Keshpe, Marka, Mena, Pira, Ere, Ara, Andia, Ante...
En el cerebro del niño picoteaba, como pájaro salvaje, las memorias de las vocales perdidas, sin las que no se pueden componer las palabras claves. Se despojó respetuosamente de su boina roja, y dijo con tristeza, mirando a sus progenitores:
-Gritan cuando uno les pregunta, y duermen cuando les cuento la verdad!
-"No todos", contestó la Urmimikuna (2) , que había escuchado el relato detrás de la puerta. "Cuando yo tenía tu edad, conocí esta historia de los labios de un Uillak-Umu (3), quien se lamentaba de los que la deformaban diciendo que un Inka flechaba al sol cuando se ocultaba, como hoy, detrás de nuestros Ork' os (4). Todo el valle de Urubamba adquiría un tinte rojizo y de los enormes macizos calcinados, parecían brotar sus reminiscencias: la tierra toda vibraba acorde con musicalidades de Manchaypuitos (5). Nuestro sabio decía -culminó la nodriza- que solamente con la traducción de la palabra Pakariytampu se podría hacer una historia, que resucitara la grandeza de las razas que poblaron la tierra...
Perú-Marcahuasi- El monumento a la humanidad. Tercer perfil. Mira hacia el Sur y lo vemos desde el Este. Los cuatro perfiles miran hacia el polo del hemisferio, el más importante, y representan a la raza blanca. (Daniel Ruzo-LA HISTORIA FANTÁSTICA DE UN DESCUBRIMIENTO) (1) Ezequiel 16: 4al 6 (2) Nodriza (3) Sabio relatador de historias (4) Cerros (5) Instrumento místico: humano-telúrico Fuente: Revista La Baskonia n°1675 (1978) http://urazandi.euskaletxeak.net/vol1/dvd03/Publicaciones/La%20Baskonia/htm/index.htm |
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