sábado, 21 de junio de 2025

DANIEL RUZO, INAGOTABLE FUENTE DE CONOCIMIENTOS

Nuestro reencuentro con Daniel Ruzo se hizo después de muchos años, en el Planetario del Morro Solar en donde había sido invitado a dar una conferencia. El tema era: Cronología Tradicional.

  Desde sus primeras palabras volvimos a sentir el especial embrujo que emana de este hombre que en cualquier lugar este cambió como por arte de magia el “climax” del ambiente, llevando a los que fo rodean a otra dimensión. Pensábamos haber llegado al Planetario “condicionados” por el encanto del camino, por el ensueño de la bruma nocturna y por la bellísima vista que desde el Cerro se goza; pero no era eso, ya que el mismo embrujo nos envolvía días más tarde cuando Ruzo visitó nuestra redacción y Otras veces más, todas las veces que le estamos cerca y lo escucharnos.

 Tiene Ruzo la calidad de los grandes: la de hacerse entender de todos.

  Se pensaría que a su punto de evolución, la comunicación con los demás es difícil, el diálogo inexistente; mas, el siempre encuentra el camino para llegar a todos, calidad que, repetimos, solamente poseen los grandes. 

 Poeta, escritor, filósofo, explorador, ducho en arqueología y descubrimientos que hablan de otras dimensiones y de otras humanidades, Daniel Ruzo es conocido en el mundo entero; principalmente a raíz de sus estudios y conclusiones acerca de Marcahuasi. Es esta, la famosa meseta 24,000 metros de altura, en la cual Daniel Ruzo supo ver “el más importante conjunto de esculturas protohistóricas y de montañas talladas del mundo”. De la importancia del lugar ya se hizo mención en nuestra revista y próximamente lo haremos más detalladamente, a la luz de las informaciones que su descubridor nos deja.

  —Daniel, háblanos de Marcahuasi, de la cultura Masma...

  —Marcahuasi no es eso, sino mucho más. Al principio pensé que se trataba de una cultura peruana, por eso le puse el nombre Masma, surgido de un sueño de Pedro Astete. Todo ello lo explico yo en mi libro “La Historia Fantástica de un Descubrimiento”. Más tarde, cuando encontré en México y Brasil culturas similares, consideré que se trataba de una cultura americana, lo vi como algo de dimensiones aún más amplias. Paro tampoco era solamente americana, esa cultura. Cuando di a conocer mi descubrimiento, recibí informaciones, datos, de que en otras partes del mundo habían lugares que quizá encajaban en el mismo tipo. Viajé, fui a conocerlos, y encontré centros sagrados decorados con esas esculturas, en Europa y en Africa, en Egipto. Ahora estoy convencido de que se trata de una cultura mundial, de templos de piedra de una humanidad desaparecida. Los hay en Francia y en Rumanía. Los he estudiado, fotografiado miles de veces, a horas y estaciones diferentes y he descubierto cosas extraordinarias, de capital importancia para la humanidad. Todo ello está dicho en mi libro, y también en el del “Valle Sagrado de Tepoztlán” que justamente está ahora en imprenta aquí, en su primera edición peruana. La primera se hizo en México. 




—Dinos, Daniel, además de Marcahuasí, ¿hay otros lugares así en el Perú? En Marcahuasi se suponía que solamente se trataba de formaciones rocosas caprichosas, de resultados de erosiones, etc. Tú, que supiste ver lo que realmente eran, ¿has encontrado otros lugares similares aquí?

 —Por supuesto, en el Macchu Picchu, entre otros. El Intihuatana, por ejemplo, seguramente observatorio solar, es una roca viviente. No tiene ni un centímetro paralelo o perpendicular: da sombras diferentes según el momento, es una escultura fuera de serie, Luego, el Bosque de Piedra; es fabuloso, todo hecho por escultores de la protohistoria. Y aquí nomás, tenemos el Cerro San Cristóbal... 

 —¿ El cerro San Cristóbal?

  — ¡Claro! Es una montaña sagrada. El cerro jorobado es el hombre después de la caída. La joroba tiene siete patas. Hay cosas que deberías fotografiar. Todo es simbólico, tiene varias cabezas de perro. como tienen todas las montañas sagradas, El perro es el Can Cerbero, guardián del tesoro. Y el tesoro, ¿sabes qué es? Es la sangre humana; la sangre es el verdadero tesoro que hay que cuidar, Aún no se sabe todo acerca de la sangre; tiene humores, y eso no ha sido estudiado... Es la razón por la cual no siempre dan resultado las transfusiones, a pesar de utilizarse sangre del mismo tipo...

  Mira, me parece muy importante que se sepa lo del Cerro San Cristóbal; te voy a preparar, si es que tengo tiempo, unas líneas para que las publiques en la revista.

 — ¡Ojalá! Daniel, muchas gracias. Y de los trazados de la pampa de Nazca ¿Qué es lo que piensas?

  —O contienen una confrontación astronómica que permita fijar la fecha en que eso se hizo, o no vale nada. El Servicio Fotográfico del Ejército es el que debe encargarse de hacer un mapa de todo, general, a curva de nivel; que haga diez copias de este mapa y que las manden a diez centros astronómicos mundiales, Es lo único que hay que hacer, lo digo desde hace sesenta años porque hace sesenta años que conozco la pampa, desde hace mucho antes que la señora Reiche. Si no, no se puede probar nada, porque se trata de piedritas barridas para formar líneas; no se puede fijar cuando se ha hecho, 

 Me dicen que en Canto Grande hay algo similar; si ambas tuvieran una confrontación con el cielo de un ápoca, sería sumamente importante, se daría valor a esas obras; sólo tienen valor si hay una correlación con situaciones astronómicas antiguas y sí eso queda probado.

 -¿Cuánto tiempo te quedarás en Lima, Daniel?

  -Muy poco tiempo más; hasta que salga de imprenta mi libro, El Valle Sagrado de Tepoztlan. Me han dicho que estaría terminado en los últimos días de enero. Allí hay algo importante, por si quieres publicarlo: el Manifiesto de Tepoztlán, dado en 1974,

  -Tepoztlán, ¿por qué?

  -Por el lugar: Tepoztlán es un lugar sagrado, tan importante como Marcahuasi.

  -Daniel, ¿Quiénes son los que lo firman?

  -No se ha querido que vaya firmado, para darle mayor amplitud, y por las condiciones particulares de los firmantes . .   Luego, acá en el Perú, saldrá en edición de bolsillo, un libro con la primera parte de La Historia Fantástica de un Descubrimiento; la que se refiere al Perú. También tengo otros dos libros, a medias. Uno se titula: Los Brujos del Perú y México y la Mística Eterna y en ese se demuestra que la mística es la misma y la metodología, igual, El otro sería sobre Nostradamus, Malaquías, Trithemius, Daniel y Juan: son los profetas del fin del mundo. También me está interesando la alquimia, pero de esto no se puede hablar mucho, es algo hermético.

  Tengo un artículo de catorce páginas que me han hecho escribir para una revista; como no se ha publicado aún, no lo puedes dar a publicidad, pero te dejo una copia; de allí puedes sacar lo que quieras. Es sobre Tepoztlán. 

 Seguimos conversando con Daniel Ruzo de más y más cosas. El tiempo es corto cuando se le escucha, Es una inagotable fuente de conocimientos y lamentamos su próximo regreso a Cuernavaca, México. Nos consuela su promesa de enviarnos de vez en cuando algo suya para la revista. Será difícil encontrar palabras para agradecérselo.




CERRO SAN CRISTÓBAL MONTAÑA SAGRADA

                                                              escribe DANIEL RUZO

  En el límite norte de la ciudad de Lima se levanta el cerro San Cristóbal, invadido hoy por las “barriadas”. 

 Se eleva cuatrocientos seis metros sobre los terrenos adyacentes y remata su cumbre una pequeñísima meseta, trabajada en la piedra, ocupada por pequeñas construcciones y por las bases de una cruz que se ilumina en la noche. 

 La Historia de nuestro cerro comienza para los limeños, con la llegada de los españoles y con la fundación de la ciudad en los primeros días de 1535. Nadie ha imaginado nunca que se trata de un cerro sagrado y que las esculturas y tallas que lo decoran y que vamos a exponer aquí, acreditan una antigüedad de más de 85 siglos. 

 Su masa es de un granito duro que, por su color, se denomina “ala de mosca”, y que aparece trabajado por el hombre en muchos lugares de su superficie. Muchas esculturas, la mayor parte de ellas desastrosamente erosionadas, la decoraban por todas partes especialmente en sus aristas, en las que se van todavía representaciones de perros. 

 Irreverentemente ha sida cortado el San Cristóbal, hace un siglo, por un camino que puede conducirnos en automóvil hasta la plazoleta de su altura, desde donde domina toda la ciudad y, a pocos kilómetros hacia el Oeste, tas playas del Océano Pacífico. Subieron por ese camino, en el siglo pasado, unos cañones y durante muchos años un cañonazo anunciaba a los limeños el medio día. 

 El camino, la plazoleta y los trabajos de los invasores, han modificado la antiquísima visión de la montaña que se presenta rodeada por siete pequeñas alturas que rematan las siete extremidades en que se asienta, La más importante de sus siete extremidades se extiende de este a oeste y presenta su propia decoración, diferente de la decoración del San Cristóbal.  

 Es para nuestra ciudad "la montaña del tesoro", y ostenta todos los símbolos de las montañas sagradas. 

 Su cumbre, desde una dirección, es perfectamente piramidal. Desde otra dirección, la pirámide presenta una joroba: es el Cerro Jorobado. Representa al reino hominal, pero abrumado por el peso de su existencia, después de la “caída” en el mundo ilusorio de los hombres de la tierra,. 

 A media altura se ve desde el Sur Oeste la calavera. Está formada por los ojos y el hocico de un perro visto de frente. Es la cabeza de muerto que vimos un día desde la casa de Don Pedro Astete y el punto de mira para ella está en el malecón, sobre el río, donde fue demolida esa casa.

  Desde el Sur Este se ve una de las tres cabezas de perro. Inmediatamente abajo del ojo izquierdo de la escultura se ye grabada una cruz de la misma proporción que la cruz cristiana. Como escultura y como símbolo es magnifica.

  Desde el Este, exactamente desde la línea que cruza la “piedra liza” se ve la segunda cabeza de perro, la más completa. No solamente tiene la lengua fuera del hocico, sino se ve ante ella la escultura en piedra del Arca del Tesoro que está guardando, Es pues el guardián del Tesoro. La "piedra liza” es una roca de más de dos metros y medio de altura, con un hueco en la parte superior. Muy cerca, se veían hace algunos años, los baños de la “piedra liza”, que tomaban nombre de esta piedra. Han desaparecido hoy, pero el gran peñasco sigue en pie señalando, con el Arca del Tesoro, una de las líneas, del plano secreto del San Cristóbal. 

 Desde el Oeste, desde la pampita del medio mundo, se ve la tercera cabeza de perro, en el mismo lugar de las otras dos, pero formada con diferentes rocas. 

 Tenemos pues así el símbolo del Can Cerbero, el perro de tres cabezas, guardián del Tesoro y guardián de los infiernos, de lo inferior, del “inferus”. Dejaba entrar a las almas de los muertos pero no las dejaba salir. Impedía la entrada a los humanos. Era una fiera formidable con los dientes envenenados de sus fauces y con su collar de serpientes.

  Fue vencido en el mundo físico, por el Heracles griego o el Hércules romano: Huari entre los Huancas. El Héroe lo estrujó entre sus brazos y lo obligó a salir a la luz del día para mostrarlo a Euristeo. Fue vencido por la Sibila de Cumes en el mundo mágico: le dio a comer una torta encantada para llevar a Eneas al mundo de las sombras, Fue vencido por Orfeo en el mundo espiritual, al son de la lira, cuando éste quiso sacar a Eurídice del averno. 

 ¿Por qué está representado el Can Cerbero en el San Cristóbal? Porque como guardián del Tesoro es un símbolo de la Montaña Sagrada, Arca del Tesoro más importante de la tierra: La Sangre Humana. En cada catástrofe cíclica el hombre salva esa sangre en tas cavernas de piedra. 

 La Tierra, Nuestra Madre, ha producido, en el mundo físico, sus minerales, sus vegetales, sus animales y sus hombres. 

 La síntesis de esa evolución milenaria es la Sangre Humana. Su desaparición obligaría a la Tierra, a repetir los miles de siglos de su Historia. Los Dioses no pueden permitirlo. La Mitología Mexicana lo dice textualmente; “Los Dioses no pueden permitir que desaparezca el hombre sobre la tierra”. Las humanidades son el caldo de cultivo en el que nacen, de los Héroes mortales, los Dioses inmortales. Estos adquieren, en el Misterio de la Resurrección, la inmortalidad de la tierra. 

 La Biblia nos dice que esa es la única finalidad del hombre que tiene que sufrir el tránsito de ánima viviente a espíritu vivificante, de animal en cuerpo mortal de materia a espíritu en cuerpo inmortal de pura energía. 

 Como todas las montañas sagradas, el San Cristóbal, que tiene grabada desde hace más de ochenta y cinco siglos la cruz de Cristo. Es el Cerro del Tesoro, de ese tesoro de la Tierra, la sangre del Héroe, que está guardada para siempre, en lugares inaccesibles y en una copa de esmeralda .



Este artículo fue publicado en la revista peruana Lo Insólito año 2 n° 13 (década de los 70s)

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