viernes, 25 de enero de 2019

Tiahuanaco, ciudad mágica (Peter Kolosimo)

De las ruinas de Tiahuanaco se ha escrito muchísimo y se sigue haciendo, a medida que nuevas investigaciones y nuevos descubrimientos son revelados, pero en esta ocasión queremos mostrar la visión sobre ellas, de uno de nuestros investigadores favoritos: Peter Kolosimo, quien junto a tantos otros pioneros del Realismo Fantástico nos formó en nuestra adolescencia y primera juventud, en los misterios de nuestro planeta y el universo, tanto exterior como interior. Aquí nos ofrece un artículo publicado en la magnífica revista española Mundo Desconocido (n° 28, Octubre 1978), dirigida por otro investigador importante: Andreas Faber Kaiser






Estatuas vivas para una puerta cósmica

Monolios gigantescos, galerías excavadas que trazan constelaciones conocidas e ignoradas, plataformas marcadas por llamaradas de terible potencia: ¿acaso dersde tiempos inmemoriales una raza desconocida construyera aquí sus fabulosos cosmódromos?

Grandes platos coloreados 

En la región de Tacna, en el límite entre Perú y Chile, donde se eleva el volcán Descabezado Grande, desde hace años inquietantes fenómenos difunden el terror entre la población: fragores que, por cierto, no provienen del subsuelo, resplandores imprevistos, coloreados, estelas de fuego en el cielo y, lo más sorprendente, la aparición de "grandes platos coloreados luminosos como el sol". 

 La gente del lugar nunca sintió hablar de discos voladores, pero extrañamente vincula tales manifestaciones con los "diablos de la noche que vienen del cielo", y también afirman haber visto alguno de forma no humana en los alrededores de la ciudad de Moliendo (en el Perú) y de África (en Chile).
  Tanto para tranquilizar a los habitantes de la zona, como para buscar aclarar el origen de los fenómenos, un grupo del Centro de Expediciones Andinas organizó una serie de sistemáticas exploraciones. No llegó a ninguna conclusión, pero a través de la observación aérea descubrió dos extensas plataformas frente al volcán. Y algunos estudiosos fascinados por las marcas estelares no tardaron en ver en ellas astropuertos de una raza desconocida construidos en la Tierra en tiempos inmemoriales. 



700 metros cuadrados 

Estos "cosmódromos" están a 3.200 metros de altura, miden alrededor de 700 metros cuadrados y están formados al menos por 270 bloques de lava unidos, cada uno de los cuales debe pesar cerca de 10 toneladas. "Se ven extraños signos negros" agregan dos miembros del Centro, "que hacen pensar en improntas dejadas por las llamas de los vehículos espaciales". 

 Además afirman haber descubierto la entrada a una misteriosa galería. Podemos creerlo o no: pero existe el hecho de que los indios conservan el recuerdo de una tradición según la cual un largo túnel partiría del Descabezado Grande para terminar en el límite entre Perú, Chile y Bolivia, a poca distancia del lago Titicaca donde, se dice, habría existido otra plataforma similar a las dos descubiertas por la expedición andina. 


La serpiente de oro 


El Titicaca es un extraño lago: a 3.812 metros sobre el nivel del mar, mide 8.300 kilómetros cuadrados y sigue constituyendo un gran rompecabezas para la ciencia, sobre todo por su notable contenido salino. Basta con decir que en junio de 1970 una misión francesa excluyó de inmediato la posibilidad de usar su agua para irrigación: si se hubiera usado, el terreno circundante se habría convertido en un desierto.    En la lengua de los aymará (indígenas peruanos —alrededor de 500.000— descendientes de estirpes preincaicas), Titi significa puma y caca indica el color leonado, pero también es el nombre de un pez local que ocupa un papel considerable en las leyendas sobre la creación y el diluvio. La tendencia más reciente es la de traducir la denominación del espejo de agua como "Lago del puma y del pez sagrado", remitiéndose justamente a las tradiciones que lo describen como "seno de la humanidad".

  Aquí Viracocha, el dios supremo de los incas, habría cumplido su ingrato trabajo tendente a crear una raza perfecta: habría fallado cuatro veces, y ahogó los frutos de sus errores con el fuego de los volcanes, un diluvio tremendo, epidemias de una virulencia sin parangón y, finalmente, petrificando a los desobedientes a las leyes divinas. Se trata de creencias (recordadas todavía hoy) que se encuentran en todo el globo, que vemos reflejadas en el Popol Vuh de los mayas, en los relatos mesopotámicos, en los textos sagrados indios, sólo para citar algunos ejemplos. Pero aquí, en el enigmático lago encontramos algo más, vemos un despuntar de fantaciencia en las palabras que el emperador Atahualpa dirige a Pizarro:
 —Aquí está la impronta dejada por el Sol cuando tomó el impulso para subir al cielo.
  ¿De qué impronta se trata? "De una enorme quemadura en la piedra" nos enteramos por los cronistas de la Conquista. iY nos remiten a los "cosmódromos" de Tacna! 
 Y recién estarnos al comienzo de la ciencia ficción. Actuemos según Garcilaso de La Vega, uno de los más medidos historiadores (1537-1616) que cuenta haber descendido a las galerías cavadas debajo de la laguna de Urcos, entre Cuzco y el Titicaca, de las cuales —según antiquísimas tradiciones indígenas— habría "subido al cielo una enorme serpiente de oro". 

Galerías que son constelaciones 

Es la serpiente Amaru, que figura en el candelario de los antiguos peruanos y de los polinesios para señalar el comienzo del año. Y ese período coincide tanto para unos como para otros con la primera reaparición de las Pléiades, las estrellas que dejaron su impronta en los mitos más desconcertantes de la humanidad. 

 Las mismas galerías que se abrirían desde el Titicaca no sólo hacia el Descabezado Grande, sino en otras direcciones, marcan constelaciones conocidas e ignoradas. Lo afirma el escritor W. McCarthy refiriéndose a autorizados cronistas ibéricos y entre ellos a Cieza de León. 

Calles subterráneas 

"El gran viajero francés Alcide d'Orbigny", refiere por su parte Simone Waisbard, "señaló en el siglo pasado: 'Se ven por todas partes (en las cercanías del lago) bocas subterráneas'. ¿Exageraba? Su emulo, el austríaco Tschudí, habló de calles subterráneas que se extendían en toda la región, a veces alargándose hasta formar grandes cámaras cuidadosamente construidas y asegura haber visitado algunos pedazos, desgraciadamente obstruidos". Y el arqueólogo Kauffmann Doig declara que la Puerta del Sol de Tiahuanaco "podría sellar la entrada a un túnel desmesurado" con ramificaciones imprevisibles. 

Tierra de gigantes 



Estamos pues en Tiahuanaco, una de las más misteriosas y sugerentes ciudades muertas de\ globo. Hoy dista 25 kilómetros del lago, cuyo nivel baja cada vez más, pero en tiempos cercanos a nosotros el agua lamía este majestuoso conjunto. "En un titánico palacio hay una sala de 45 pies de largo y 22 de ancho, con un techo construido como los del templo del Sol de Cuzco", dice Cieza de León. "Esta sala tiene muchos grandes portales y muchas ventanas. La laguna baña los escalones que llevan al atrio. Los indígenas dicen que es el templo consagrado a Viracocha, el creador del mundo".

  Las leyendas pues, concuerdan, incluida la del diluvio y de los gigantes. La cual pretende que la ciudad fue edificada por titanes (¿cómo negárselos frente a tanta imponencia?), los mismos que, "desobedientes", habrían sido borrados de la faz de la Tierra por el dios. Al menos resulta curioso el hecho que sean recordados todavía, con una clara referencia a su petrificación, en el curso de ceremonias mágicas. El estudioso Bennett en 1932 fue admitido a participar en ellas, y al final lo des-pidieron las palabras que el sacerdote dirigió a todos los presentes:
  — Ya han visto. No vuelvan nunca más a este lugar, o se convertirán en roca como los gigantes.

Ciudad eterna 

También al diluvio y a los titanes parecen remitirse los intentos de interpretación del nombre de este enigmático centro. Según Luis E. Valcárcel se debería pensar en el lugar "donde se conjugan tierra y agua (de los monosílabos Ti = junto, Wa = Tierra, Na = unión, Co = agua). La explicación tal vez es demasiado simplista pero algunos términos aparecen en otras versiones (Miguel de los Santos Taborga: "Tia-l-Huanabco", el país bajo el agua del dios; Robert Schultz: "Tiava-Wan-Hake", la ciudad del Sol y del agua; Felipe Consío del Pomar: "Tiahua-Na-Ku", la ciudad eterna del agua, etcétera).
  De cualquier manera parece que la metrópoli fue dañada seriamente justo 9.500 años antes de nuestra era, después del cataclismo que causó el hundimiento de la Atlántida y levantó la Cordillera de los Andes a su actual altura. 

16.000 años 

Cuando los incas llegaron al Titicaca encontraron a Tiahuanaco ya destruída y desierta. Por lo tanto es imposible establecer su edad. Hay quien le atribuye 16 mil años (el ingeniero Posnansky, a quien debemos mucho en lo que concierne a la conservación de los últimos vestigios) pero sin duda las ruinas aparecen sobre restos de centros mucho más antiguos.
  Las excavaciones dirigidas por el Centro de Investigaciones Arqueológicas de Tiahuanaco bajo la dirección del arqueólogo Carlos Ponce Sangines, con la colaboración de los geológos Max Mille y Gerardo Mogrovejo Terrazas, llegaron a conclusiones asombrosas: "Cinco ciudades yacen sepultadas, con Caparazones de toxodontos, mamíferos ungulados de edad antidiluviana (...) El estudio de las estratificaciones revela que largos siglos de esplendor quedaron truncados de golpe, que le siguieron períodos de decadencia y espectaculares renacimientos"
 Una datación, aunque sea aproximativa, es imposible. Se convendrá en mantenerla en una lejanía de millones de años (desde 5 a 250!) que los ufómanos asignan a la primera metrópoli, considerándola fundada por colonizadores marcia-nos o por bellas venusinas orejudas dentro de la moda de la zoofilia. 

Estatuas vivas 

No se necesitan ciertas fantasías de este tipo para atribuirle a Tiahuanaco el apelativo de "ciudad mágica" que tantos estudiosos le han conferido. Es suficiente con recorrer algunos trozos de las antiguas crónicas como los que reproducimos a continuación. 
 Garcilaso de La Vega: "La obra más bella es una colina construida por manos humanas, con la cual los habitantes de esta ciudad han querido imitar la naturaleza. Para impedir que las masas de tierra se precipiten, han asegurado sus basamentos con murallas de piedra unidas a la perfección (...) Por un lado se ven dos gigantes de piedra con sombreros y largos mantos (...) Muchos portales enormes se han construido con un solo bloque".
  Diego d'Alcobaca: "En medio de las construcciones de Chuquiyutu (otro nombre de Tiahuanaco) en los alrededores del lago, hay una plaza de 24 metros cuadrados y a un lado de esta plaza se extiende una sala cubierta de 14 metros de largo. La plaza y la sala fueron labradas en una sola pieza: ¡esta obra maestra se cavó en la roca! Todavía hoy se descubren aquí muchas estatuas. Representan hombres y mujeres y son tan perfectas que se los creería vivos. Algunas figuras están en la actitud del que se dispone a beber, otras parecen a punto de atravesar un arroyo, otras son mujeres que le dan el pecho a sus niños"

La octava maravilla 

Jiménez de La Espada: "Hay un palacio que es una verdadera octava maravilla del mundo: piedras de 37 pies de largo y 15 de ancho han sido trabajadas de manera tal que encajan una en la otra sin que se descubra la conexión".
  Anónimo: "La gran sala del trono de Tiahuanaco tiene 48 metros de ancho y 39 de largo; la más pequeña (y más antigua) tiene 26 metros de ancho y 30 de largo (...) Los templos con terraza de Tiahuanaco son idénticos a los que se levantaron entre el Tigrís y el Eufrates".

La Baalbek del nuevo mundo 

Nada queda ya de estos espléndidos testimonios de una desconocida, grandísima civilización. Nadie podrá establecer ya cuánto se robó a Tiahuanaco y se dispersó en innumerables colecciones privadas de todo el mundo, pero basta con pensar en los monumentos que fueron destruidos y usados para construir caminos, palacios e iglesias, para comprender el alcance de las acciones vandálicas cumplidas.
  Para despedir de manera tan fascinante como triste la esperanza de aclaración de la "Baalbek del nuevo mundo" (así la llama el arqueólogo inglés E.G. Squier) ha quedado la Puerta del Sol, el mayor monolito esculpido sobre la Tierra, formado por un bloque de 3 metros de alto y 2 de ancho. Según Posnansky se trataría de un calendario y de un instrumento astronómico al mismo tiempo; otros estudiosos descubren en sus representaciones símbolos de la creación, de la potencia celeste, del diluvio, de fantásticas realizaciones humanas. 

Puerta cósmica 

Nos parece interesante la interpretación dada por Max Uhle, según la cual el personaje colocado en el centro sería el que rige el Olimpo andino, "el señor del trueno y del rayo, vestido de estrellas", el mismo que, con iguales atributos, es adorado en Amazonia. Uhle, recogiendo con paciente y minucioso trabajo las tradiciones aymará, piensa poder definir de esta manera a los otros desconcertantes seres: 

Lliphi-Lliphi, experto en razas y explosivos; Chijchi, guardián de las municiones; 
Akarapi, "patrón del frío y de la lluvia";
 Kada, hermana de Akarapi, señora de los hielos;
 Ritta, diosa de las nieves; 
Nina, guardiana del "sagrado fuego del rayo";
 Nina Pichinquilla, divinidad de los volcanes;
 Waira, desencadenador de los huracanes; 
Yallpa Kharkati, el "espíritu de los terremotos";
 Keko, el "dios que lanza los relámpagos". 


El más bello santuario 

Alrededor de estos atributos podrían tejerse innumerables fábulas cósmicas, alimentadas por las creencias aun vivas entre los indígenas. ¿Fábulas o reflejos de una insospechable realidad, como afirman los soviéticos Kasantzev y Jirov, que ven en las figuras de la Puerta del Sol representaciones de escafandras espaciales y de motores astronáuticos?
 Es imposible responder. Limitémonos pues a reconocer con Charles Wiener que Tiahuanaco "es el más bello santuario del mundo, con su desnudez, su extraña poesía, su fascinación de esencia inaprehensible". 



Agradecimiento eterno a Javier Stagnaro por el aporte de este artículo.