martes, 8 de noviembre de 2022

CONFERENCIA DE JULIO GOYÉN AGUADO (1971)

 

Un 7 de noviembre de 1999 fallecía en un trágico accidente automovilístico el espeleólogo vasco-argentino Julio Goyén Aguado y, aunque nos gusta más recordar los natalicios en lugar de los fallecimientos, lo haremos, demostrando nuestra infinita admiración por este personaje singular, en la recuperación de una crónica hecha por un diario de la época y del lugar. Vaya nuesto gran agradecimiento al amigo investigador Javier Stagnaro, quien nos facilitó este precioso material.

LA VOZ DEL PUEBLO

Tres Arroyos, Domingo 27 de Junio de 1971

 La Conferencia del Espeleólogo Julio Goyen Aguado resultó muy Interesante

Mucho interés suscitó le conferencia pronunciada ayer en el local de la Biblioteca Pública Sarmiento por el espeleólogo Julio Goyén Aguado, presidente del Centro Argentino de Espeleología, la cual había sido organizada por la subcomisión del Museo "José A. Mulazzi", con el auspicio de la Dirección Municipal de Cultura. El orador se refirió el tema "El mundo subterráneo que se extiende por debajo de la cordillera de Los Andes". La disertación fue ilustrada con la proyeccion de una película y diapositivas en colores.

 El acto, que contó, entre otras autoridades, con la presencia del intendente municipal, doctor Oriente Blas Calabrese, y del secretario de Obras y Servicios Públicos de la comuna, Ingeniero Carlos Hugo Aprile, fue abierto por el señor Miguel H. Cacellas, curador arqueólogo y miembro del museo “José A. Mulazzi”, quien procedió a la presentación de Goyén Aguado. Este agradeció primeramente las atenciones recibidas durante su visita en nuestra ciudad, para pasar luego a la proyección de una película ilustrativa sobre las expediciones realizadas, conjuntamente con el doctor Romanelli, secretario del Centro Argentino de Espeleología, también allí presente, y el señor Juan Moricz, húngaro nacionalizado argentino, quien financió la empresa, en tierras peruanas y ecuatorianas.

 En el film se pudieron apreciar vistas de la región -por ejemplo del volcán Chimborazo en Ecuador, las cumbres máximas cordilleranas, zonas selváticas, el valle de Quito, ríos formados por los deshielos, etc.-, explicando asimismo Goyén Aguado, las dificultades sufridas durante la travesía de la selva para llegar a la boca de las cavernas buscadas, las que se prolongaron por un mes, aproximadamente, perdiendo en la misma los integrantes del grupo "15 kilogramos de peso”;  la trayectoria fue cubierta en distintos elementos, avionetas, balsas, y a pie en gran parte.

 Aportó también datos sobre la forma de vida de los 350.000 jíbaros existentes en la zona, quienes les prestaron valiosa colaboración.

 Luego procedió a exhibir diapositivas, sobre la parte específica de la charla, es decir, los descubrimientos realizados en la exploración que efectuaron a lo largo de 6 kilómetros, en las profundidades de una caverna subterránea andina.

  Indicó Goyen Aguado que cuando le comunicaron la existencia de un túnel infinito, por debajo del contrafuerte andino, pensó que era una nueva forma de engaño, de la que se quería hacer objeto a los argentinos, pero al enterarse de una frase pronunciada por un cacique jíbaro: “es hora de que el mundo tenga conocimiento de la existencia de un mundo subterráneo americano”, lo impulsó a trasladarse al lugar indicado para verificar la veracidad de la información.

 Remarcó una serie de detalles y experiencias técnicas, lo que se puede resumir de la siguiente forma:

 Supuestamente existe por debajo de toda la cordillera de Los Andes, y a una profundidad de más o menos 70 metros, un túnel que  constituiría un verdadero mundo subterráneo. La existencia de mismo se habría producido por cataclismos producidos en épocas remotas, los cuales abrieron fisuras en la corteza terrestre; por problemas en la superficie terrena, la civilización entonces existente, de la cual no se tiene el más mínimo Indicio, buscó refugio en las mismas, dotándolas de un elevado confort, lo que hace pensar de un alto desarrollo tecnológico de esos seres. Una prueba de que existían lo da el hecho de que Pizarro, al arribar a Tumbes, persiguió a unos 20.000 habitantes del lugar hasta la ciudad de Santa Elena, coincidente con la entrada a las cavernas, en la cual los citados seres desaparecieron. A la casualidad no se le podría achacar el hecho. Goyén Aguado recorrió 5 kilómetros de las galerías, que son varias con una central de 70 u 80 metros, las cuales poseen una temperatura que oscila en los 22 grados. En las mismas, naturales y artificiales, no había luz natural, lo que impidió a los expedicionarios avanzar más adelante, pudiéndose encontrar todo tipo de metales, esculturas y pictografías en las paredes, herramientas metálicas, etc. El suelo poseía residuos de una altura de 1,50 metros, con una distancia de 3 metros desde su capa superficial hasta el techo, lo que da una idea de una estatura normal de los habitantes que las construyeron. Se observan asimismo, estalagmitas de 2 metros de alto, cuyo trabajo natural de formación demanda alrededor 1.000.000 de años. Se encuentran también formaciones graníticas.

 Todo lo indicado constituye una hipótesis de la existencia de un túnel a lo largo de Los Andes americanos, formado naturalmente, pero acondicionado con seres técnicamente adelantados y de los cuales no se tiene conocimiento por el presente. Según leyendas jíbaras, ellos lo recorren de generación en generanción, existiendo otras bocas de entrada que facilitan su acceso. Por medio de los citados indígenas, cuyas tribus analizaba, tuvo conocimiento del hecho el señor Moricz, quien lo puso en conocimiento de Goyén Aguado.

 Señaló el explorador que se han realizado dos expediciones, y en la actualidad se continúa explorando, pero ningún material, a no ser películas, fotos y diapositivas, ha sido sacado al mundo exterior, lo que no permite una definición científica por el momento. Sólo eso podrá ser posible en 1972, cuando convergan en el lugar de los hallazgos, una comisión investigadora internacional.

 Indicó Goyén  Aguado, en otro orden de cosas, que durante 1969, presentó un informe al entonces presidente Onganía, quien prometió estudiar el asunto, mostrando interés en ello, pero hasta el presente no ha recibido contestación sobre una solicitud de su parte para que el estado avale una expedición de estudio formada por investigadores argentinos.

 En suma, algo que es tema de nunca acabar. Goyén Aguado expuso una serie de revelaciones verdaderamente importantes. El tiempo dará la ultima palabra.




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